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Beato Alfonso López López

Biografía

López López, Federico. Beato Alfonso. Secorún (Huesca), 16.XI.1878 – Samalús del Vallés (Barcelona), 3.VIII.1936. Religioso franciscano conventual (OFMConv.), mártir, beato.

Cursó Humanidades y fue secretario de ayuntamiento. Queriendo responder a su vocación religiosa, pensó hacerse benedictino, pero a los veintisiete años, en 1906, ingresó con los hermanos menores franciscanos conventuales en Granollers (Barcelona). Ese mismo año, fue enviado a Italia, en compañía de Francisco Remón. En 1907 hizo el noviciado, el trienio de Teología y la profesión solemne en Ósimo y fue ordenado sacerdote en 1911. Regresó a Granollers en 1912 y ese mismo año, recibió como destino la penitenciaría de la Santa Casa de Loreto, donde residió hasta 1915. Vuelto a Granollers, fue nombrado director de las “Escuelas Antonianas”. Durante muchos años fue rector de postulantes y maestro de novicios. Casi toda su vida transcurrió en Granollers, aunque participó en los proyectos de fundación en Barcelona en 1928 y en Santo Toribio de Liébana (Santander) en 1934.

Ante los temores que corrían, la noche del 19 de julio de 1936 abandonó el convento y se refugió en una casa junto con fray Miguel Remón. Pasó luego a la masía “Can Diego”, de Llerona (Barcelona), donde fue detenido el 3 de agosto de 1936 por uno que había sido su alumno y por otros milicianos, junto con los franciscanos conventuales Miguel Remón y Buenaventura Remón. Éste sobrevivió al fusilamiento. En un furgón fueron conducidos al lugar denominado “Dels Puatells”, del término municipal de Samalús del Vallés (Barcelona), distante unos seis kilómetros. Allí, en juicio sumarísimo les declararon reos de muerte por “ser frailes”, y en las últimas horas de la tarde del 3 de agosto de 1936, dos disparos de fusil acabaron su vida. Tenía cincuenta y siete años de edad.

Eugenio Remón Salvador, beato Miguel —Caudé (Teruel), 17.IX.1907 – Samalús del Vallés (Barcelona), 3.VIII.1936—, fue asesinado junto a él. Entró en el seminario de Granollers (Barcelona) en 1925. Allí hizo el noviciado, recibió el hábito y pasó cuatro años ejerciendo de cocinero, portero y cumpliendo otras tareas. En 1933 marchó a la penitenciaría de Loreto (Italia), donde emitió los votos solemnes en 1933. Era conocido por su piedad y su trabajo. En 1934 regresó a España, sufriendo la persecución y siendo asesinado en 1936, en las mismas circunstancias que el padre Alfonso López.

Otros franciscanos conventuales fueron también asesinados. Son éstos: Modesto Vegas Vegas —La Serna (Palencia), 24.II.1912 – Lliçà d’Amunt (Barcelona), 27.VII.1936—. A los doce años ingresó en el seminario de Granollers (Barcelona), donde estudió Humanidades. Profesó allí en 1929, y ese año se desplazó a Ósimo (Italia), donde completó los estudios eclesiásticos, hizo la profesión solemne y fue ordenado sacerdote en 1934. Regresó a España, permaneciendo en Granollers y en la comarca del Vallés Oriental, donde se dedicó al ministerio sacerdotal. Su salud no era buena. Padecía tuberculosis y en una operación perdió un pulmón. El 19 de julio de 1936, hubo de abandonar el convento y se refugió en un domicilio particular, pero al trasladarse al Hospital-Asilo de Granollers, por creerse más seguro allí, fue reconocido por unos niños, lo que alertó a un grupo de milicianos que lo detuvieron y lo condujeron al Comité. Allí confesó su condición de religioso franciscano y sacerdote, siendo víctima de injurias y vituperios y condenado a muerte. Acabado el interrogatorio, le condujeron al bosque de Can Montcada, término municipal de Lliçà d’Amunt (Barcelona), a unos cuatro kilómetros de Granollers, donde fue fusilado en la tarde de ese mismo día 27 de julio de 1936. Tenía veinticuatro años de edad.

Dionisio Vicente Ramos —Caudé (Teruel), 9.X.1871 – La Roca del Vallés (Barcelona), 31.VII.1936—. Fue la primera vocación en la restauración de la Orden Franciscana conventual en España. En 1886 fue a Italia e ingresó en la Orden en Montalto (Las Marcas). En 1887 lo enviaron a San Miniato (Toscana), donde hizo el noviciado. Profesó en 1891. Realizó los estudios de Filosofía en Bagnoregio, y los de Teología en Roma, en la Universidad de “Propaganda Fide”, doctorándose en 1895. Fue ordenado sacerdote en Roma, en 1894. Enseñó Filosofía en el seminario de Bagnoregio (1894-1899). Fue vicario parroquial en Civitavecchia y profesor de Filosofía en el seminario diocesano (1899-1902). De 1902 a 1905 fue vicario parroquial en Anzio y después penitenciario en Loreto. En 1912 regresó a España, ejerciendo diversas actividades en Granollers (Barcelona). En 1930, fue a Brescia (Italia), donde permaneció hasta el 1932 como profesor del seminario y maestro de noviciado. El 19 de julio de 1936, por su ceguera y avanzada edad, le aconsejaron que se acercara al Hospital de Granollers, pensando que allí estaría más seguro. Pero el día 3 fue detenido por el Comité Revolucionario y entre insultos y golpes se le obligó a subir al coche de la “muerte”. Con él apresaron a fray Francisco Remón, que se encontraba hospitalizado. Fueron conducidos a un lugar conocido como “Els Tres Pins”, en la carretera que conduce de Granollers a Cardedeu, a unos cuatro kilómetros de la ciudad, donde los asesinaron. Sufrió una agonía larga, de unas tres horas. Tenía sesenta y cuatro años.

Francisco Remón Játiva, —Caudé (Teruel), 22.IX.1890 – La Roca del Vallés (Barcelona), 31.VII.1936—. Entró en el convento de Granollers (Barcelona) en 1906. Este mismo año fue a Italia, al Sacro Convento de Asís, en compañía de fray Alfonso López. De 1909 al 1911 estuvo en Costacciaro y en 1911 volvió a Asís, donde hizo el noviciado y emitió la profesión temporal en la tumba de san Francisco. En 1916 hizo la profesión solemne en Asís, y allí permaneció hasta el 1935, ejerciendo durante casi veinte años el oficio de sacristán de la basílica de San Francisco. A finales de 1935 volvió a España, al convento de Granollers, siendo sacristán de la iglesia y portero del convento. En algún momento fue también limosnero. Refugiado en una familia el 19 de julio de 1936, fue detenido y conducido a la cárcel de Granollers, donde sufrió brutales golpes, por lo que le llevaron al hospital. Allí se encontró con el padre Dionisio Vicente. Ambos murieron en las circunstancias descritas. Tenía cuarenta y cinco años.

Cándido Rivera Rivera, beato Pedro —Villacreces (Valladolid), 3.IX.1912 – Barcelona, 6.IX.1936—. En 1925 ingresó en el seminario de Granollers (Barcelona), donde hizo el noviciado y cursó la Filosofía. Continuó los estudios eclesiásticos en Ósimo (Italia) de 1930 a 1933. En Roma concluyó la Teología, hizo la profesión solemne en 1933 y obtuvo la licencia en 1935, año en que volvió a España como guardián del convento de Granollers, donde permaneció hasta 1936. El 19 de julio se refugió en casas particulares, pero fue hecho prisionero el día 25 de julio y conducido a la cárcel de Granollers, de donde fue liberado. Se trasladó a Barcelona, a casa de una familia. Pero, denunciado, cayó en manos del un comité. Parece que fue conducido a la checa de San Elías, donde fue asesinado a finales de agosto o principios de septiembre, probablemente el día 6. Otros sostienen que lo mataron en la Arrabassada de Barcelona. Iba a cumplir veinticuatro años de edad.

Estos seis hermanos menores franciscanos conventuales fueron beatificados por Juan Pablo II el 11 de marzo de 2001.

 

Bibl.: J. M. Velasco, “Por la senda de los Mártires”, en Antena Conventual (abril-junio de 2001), págs. 40-41; V. Redondo, Entregaron su vida. Alfonso López y Compañeros Mártires. Beatos Franciscanos Conventuales, Madrid, 2001; “Testigos de ‘Paz y Bien’”, en VV. AA., Centenario de la Restauración de los Franciscanos Conventuales en España, Madrid, Ediciones SM, 2005; V. Redondo y A. Ginés, “Testigos de fe y vida franciscana en la restauración de la Orden”, en VV. AA., Los Franciscanos Conventuales en España. II Congreso Internacional sobre el franciscanismo en la Península Ibérica, Madrid, Asociación Hispánica de Estudios Franciscanos, 2006, págs. 549- 564; M.ª E. González Rodríguez, Los primeros 479 santos y beatos mártires del siglo xx en España. Quiénes son y de dónde vienen, Madrid, Editorial EDICE, 2008, págs. 535-544.

 

María Encarnación González Rodríguez