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Pedro Miguel Marqués García

Biografía

Marqués García, Pedro Miguel. Palma de Mallorca (Islas Baleares), 20.V.1843 – 25.II.1918. Compositor y violinista.

De niño mostró gran afición por la música, atraído por el violín. Al no encontrar en la isla un instrumento del tamaño adecuado, su padre, Bernardo Marqués, construyó expresamente para él un pequeño violín.

Miguel estudió Solfeo y Violín en una escolanía, con Honorato Noguera y Francisco Montis, y después con el italiano Foce, director de la orquesta del Círculo Mallorquín. A los once años, entró como primer violín en la orquesta de una compañía de ópera que entonces actuaba en el Círculo Palmesano; después escribió una fantasía original para violín, que interpretó con aplauso. Dada su facilidad musical, a los quince años de edad, becado por amigos y familiares con una pensión de 200 francos mensuales, se trasladó a París para ampliar su formación musical. Allí estudió Violín con Armingaud desde mayo de 1859, y después con Alard. A los dieciséis años realizó, durante las vacaciones, una gira artística por Alsacia y Lorena con dos condiscípulos de su edad, y compuso algunas melodías para violín.

En 1861 ingresó por oposición en el Conservatorio de París, ocupando una de las dos plazas disponibles entre sesenta y cuatro candidatos, y pasó a estudiar Violín con Massard, y Armonía con Bacin.

Marqués fue invitado a asistir a las recepciones ofrecidas los jueves en el domicilio de Massard, donde acudían habitualmente Rossini y Berlioz; éste le aceptó como discípulo de Instrumentación y Estética Musical. Durante su estancia en París, para costearse los estudios, actuó como violinista en orquestas de teatros —entre ellas, las del Teatro Lírico y la Gran Opera—, de conciertos —en la Sala Valentino, bajo la dirección de Arban— y de diversas iglesias. Tomó parte en los estrenos de Fausto, Mireille y El médico a palos de Gounod, y en las representaciones de obras de Bizet, Thomas, David, Auber y Meyerbeer, al tiempo que pudo conocer las obras sinfónicas de Haydn, Mozart, Beethoven, Mendelssohn y otros compositores, entonces interpretadas en París.

En 1863, Marqués regresó a Mallorca para cumplir con sus obligaciones militares. Tras ello, se trasladó a Madrid y continuó sus estudios musicales, matriculándose en octubre de 1866 en el Conservatorio, en quinto curso de Violín con Monasterio, y en segundo de Armonía con Galiana. Obtuvo el Primer Premio en el Concurso de Armonía de junio de 1868, y el Primer Premio de Violín en junio de 1869, bajo la dirección de Monasterio. También estudió Composición con Arrieta, si bien surgieron dificultades personales entre ambos, y Marqués abandonó las clases de composición tras el estreno de su 1.ª Sinfonía.

En 1867, Marqués ingresó en la orquesta de la Sociedad de Conciertos como violinista, siendo recomendado por Monasterio a Barbieri, y conocido por sus compañeros con el apelativo cariñoso de el Francés, y permaneció en la orquesta hasta el 12 de noviembre de 1884. Actuó también como violinista en el teatro de la Zarzuela y en el Teatro Real.

Entre 1869 y 1880, Marqués compuso cinco sinfonías en cuatro movimientos, que fueron estrenadas por la Sociedad de Conciertos de Madrid. La primera la escribió al oír, en la orquesta, cómo Barbieri animaba a Monasterio para que compusiera música orquestal; él mismo compuso una sinfonía que entregó de forma anónima en la Sociedad de Conciertos; tras una audición al piano, Monasterio decidió que se ensayase la obra, sin desvelar el nombre del autor. Tras tocarse el primer movimiento y el inicio del segundo, los miembros de la Sociedad de Conciertos comenzaron a aplaudir, pidiendo el nombre del autor, que fue revelado tras finalizar el segundo tiempo. La 1.ª Sinfonía, en Si bemol mayor, subtitulada Historia de un día, fue estrenada el 2 de mayo de 1869, bajo la dirección de Monasterio; el programa del concierto indicaba: “Siendo uno de los objetos de la Sociedad de Conciertos estimular a los compositores españoles a que escriban obras del género sinfónico, dicha Sociedad ha creído conveniente al efecto ejecutar una sinfonía compuesta por el socio D. Miguel Marqués, la que, en atención a sus dimensiones y estructura, ocupará toda la segunda parte del programa de este concierto”. Fue la primera sinfonía en cuatro movimientos de un compositor español presentada al público de la Sociedad de Conciertos, y muestra relaciones compositivas con obras de Beethoven, Berlioz y Mendelssohn, con un lenguaje musical netamente romántico. La obra fue recibida de forma entusiasta por público y crítica, pues con ella el arte musical español se situaba a nivel europeo al poseer un repertorio sinfónico específico.

Tras el éxito obtenido con su 1.ª Sinfonía, Marqués compuso su Sinfonía n.º 2, en Mi bemol mayor, que estrenó la Sociedad de Conciertos el 3 de abril de 1870 bajo la dirección de Monasterio, y elaboró posteriormente un segundo scherzo para la obra. La sinfonía pasó desapercibida a la crítica musical madrileña, sin obtener el éxito esperado por Marqués; su segundo scherzo fue interpretado en numerosos conciertos. La 3.ª Sinfonía, en Si menor, opus 30, una de sus obras cumbres, se estrenó el 2 de abril de 1876 bajo la dirección de Monasterio, concierto al que asistió el rey Alfonso XII, y supuso un gran éxito para el autor, repitiéndose en el estreno dos de sus cuatro movimientos. Ante el éxito de la obra, la Sociedad de Conciertos ofreció a Marqués la publicación de la sinfonía, permitiéndole, si lo creía más conveniente, que cobrara el dinero equivalente a los gastos de la edición. Marqués optó por publicar la obra, que pasó a ser de repertorio, interpretándose también en el extranjero. La Sinfonía n.º 4, en Mi mayor, fue estrenada el 21 de abril de 1878, bajo la dirección de Mariano Vázquez, sin que la acogida del público fuese buena, quizá debido a que la obra mostraba rasgos avanzados en su articulación tonal. La Sinfonía n.º 5, en Do menor, fue estrenada con éxito el 29 de febrero de 1880 bajo la dirección de Mariano Vázquez, presentando como referentes sonoros a Beethoven y Berlioz y mostrando un lenguaje armónico más asequible para el público que el de la obra anterior.

La obra sinfónica de Miguel Marqués permitió el desarrollo de la posterior trayectoria sinfónica española en el primer tercio del siglo xx. De sus ciento catorce obras de todos los géneros, treinta y tres pertenecen al género instrumental, incluyendo cinco sinfonías, cuatro poemas sinfónicos, seis polonesas de concierto, dos marchas de concierto, una marcha nupcial y otra heroica, un scherzo, dos oberturas, caprichos instrumentales, preludios, obras para violín y orquesta, fantasías y melodías, algunas de las cuales, como la titulada La primera lágrima, tuvieron una extraordinaria difusión en reducciones para piano. Destacan también las obras de encargo, como la Marcha Nupcial encargada por la Diputación de Madrid con motivo de la boda de Alfonso XII y María de las Mercedes.

Prueba del interés y la actualidad que en su momento tuvieron las obras para orquesta de Marqués es la interpretación de algunas de ellas en París —en los conciertos de la Sala Valentino bajo la dirección de Arban en 1874 y en los conciertos Pasdeloup—, en Viena —conciertos de Strauss—, Múnich —en 1883 bajo la dirección de Levy—, Ámsterdam, San Petersburgo o Teherán, así como en varios países de América. En la actualidad, el repertorio de Marqués está siendo editado —se han publicado sus cinco sinfonías en la Colección Música Hispana—, grabado e interpretado de nuevo en las salas de concierto.

El género sinfónico fue el preferido de Marqués, a pesar de no producir beneficios económicos, pues el compositor incluso pagaba las particellas de las obras orquestales. Como recuerda la Crónica de la Música, “tantas obras aplaudidas, tanto renombre legítimamente adquirido y tantos aplausos, no le daban, sin embargo, medios de vivir decorosamente, y tenía que estar atenido al mezquino sueldo de una orquesta. En nuestra patria, las obras instrumentales no producen más que trabajo”. De las sinfonías de autores españoles interpretadas en el Madrid de la segunda mitad del xix —entre otros autores Bretón, Chapí, Pablo Hernández, Carreras y Zubiaurre—, las que gozaron del favor del público y la crítica fueron las del maestro mallorquín, que llegó a ser considerado por la crítica como el “padre de la sinfonía española”. Marqués supo adaptar sus obras a los gustos del público. Su dominio de la técnica del crescendo, efecto muy apreciado por el público del momento, habla a favor de la modernidad —en términos relativos— de sus composiciones, relacionadas con la sinfonía descriptivista del ámbito francés, y marca una diferencia cualitativa con las sinfonías de otros músicos del momento, como Bretón o Chapí, las cuales apenas fueron repetidas tras su estreno.

Marqués cultivó, a lo largo de su carrera como compositor, el género lírico nacional, único capaz de producir beneficios económicos a los compositores del momento. Sus obras compuestas entre 1871 y 1888 responden al modelo en tres actos de la zarzuela grande, que combina también con obras en un acto.

En septiembre de 1875 Marqués es nombrado director de orquesta del teatro Apolo. En esa etapa consigue gran éxito con los dramas líricos en tres actos El anillo de hierro —su obra más conocida—, estrenado en el teatro de la Zarzuela el 7 de noviembre de 1878 —e interpretado setenta veces esa temporada—, y El reloj de Lucerna —para él su mejor obra—, estrenado en Apolo el 1 de marzo de 1884 —consiguió ochenta representaciones consecutivas—, ambos con libro de Marcos Zapata. La crítica destacó también el valor de los preludios e intermedios orquestales de las obras líricas de Marqués. Para la inauguración de la temporada 1880-1881 en el teatro Apolo, Marqués compuso una Gran Sinfonía Pot-pourrí sobre motivos de zarzuelas modernas, para orquesta y banda, que obtiene gran éxito. Entre 1889 y 1895 la producción de Marqués se orienta hacia el teatro por horas, son obras poco ambiciosas desde el punto de vista artístico, en muchas de las cuales aparecen sólo algunos números musicales sin excesiva vinculación con la acción dramática, próximos a las danzas de salón entonces de moda. Algunas de sus obras del género chico obtuvieron un enorme éxito, entre ellas El plato del día, estrenada en el teatro de la Alhambra en 1889, y El monaguillo, estrenada en 1891 en el Apolo; ambas llegaron a sumar miles de representaciones.

Marqués fue vocal tercero de la junta directiva de la Sociedad de Conciertos entre 1877 y 1879, así como miembro de diversos jurados de la Sociedad para la Admisión de Obras de Autores Españoles. En 1878 fue nombrado inspector de las bandas del Hospicio y de las escuelas especiales de música, y maestro de canto de las colegialas de la Inclusa, con un sueldo anual de 2.500 pesetas. Formó parte en 1881 del jurado encargado de dictaminar sobre la compañía formada en el Teatro Real, y en 1887 participó como jurado en el certamen de orquestas de Madrid. Tras la renuncia, en noviembre de 1884, a su condición de socio de la Sociedad de Conciertos, es nombrado el 18 de febrero de 1885 socio honorario. Fue tesorero de la Sociedad de Compositores Españoles y Editores Propietarios de Obras Musicales, constituida en Madrid en septiembre de 1892. El rey Alfonso XII le concedió la Cruz de Carlos III, libre de gastos, en 1878.

Tras el fallecimiento prematuro de su hija y con la estabilidad económica proporcionada por la herencia de un familiar, junto a los ingresos de su cargo de inspector músico y los derechos de autor de algunas de sus obras, Marqués vendió sus obras teatrales a Fiscowich, se retiró a Mallorca, y allí abandonó la creación lírica, dedicándose a la composición de poemas sinfónicos, preludios y melodías para orquesta, así como obras de cámara y religiosas. En Mallorca reelaboró los movimientos inicial y final de las Sinfonías 4.ª y 5.ª, aumentando el número de compases, y escribió los poemas sinfónicos La Cova del Drach —fechada en 1903 y estrenada en 1904—, La Vida, En la Alhambra y Oceánica, así como diversos preludios y el oratorio Mis Plegarias Íntimas.

El 31 de diciembre de 1911, Marqués fue proclamado Hijo Ilustre del Ayuntamiento de Palma de Mallorca, en una solemne sesión en la que se leyó un discurso, subtitulado Sinfonía biográfica en cuatro tiempos, escrito por Juan Luis Estelrich, donde se hizo una semblanza del compositor, acompañada por el catálogo de las obras de Marqués.

Marqués publicó el libro filosófico Dios y la inmortalidad del alma. Falleció en Palma de Mallorca el 25 de febrero de 1918. En su entierro, la Banda del Regimiento de Palma, dirigida por José Balaguer, interpretó la marcha fúnebre del poema sinfónico La Vida.

 

Obras de ~: Sinfonía n.º 1, Madrid, Real Conservatorio Superior de Música, 1869; Sinfonía n.º 2, Madrid, Real Conservatorio Superior de Música, 1870; Los hijos de la costa (zarzuela), libreto de L. M. Larra, Teatro de la Zarzuela, 10 de febrero de 1871; La primera lágrima (melodía), Madrid, Real Conservatorio Superior de Música, 1872; La Selva Negra (oboe), Madrid, Real Conservatorio Superior de Música, 1873; La Mariposa (polka obligada de cornetín), Teatro Apolo, septiembre de 1875; Sinfonía n.º 3, Madrid, Real Conservatorio Superior de Música, 1876; Marcha nupcial, Madrid, Real Conservatorio Superior de Música, 1978; Sinfonía n.º 4, Madrid, Real Conservatorio Superior de Música, 1878; El anillo de hierro (drama lírico), libreto de M. Zapata, Teatro de la Zarzuela, 7 de diciembre de 1878; Sinfonía n.º 5, Madrid, Real Conservatorio Superior de Música, 1880; Gran Fantasía para orquesta y banda militar sobre motivos de zarzuelas modernas, Teatro Apolo, 17 de septiembre de 1880; La cruz de fuego (melodrama), libreto de J. Estremera, Teatro Apolo, 8 de octubre de 1883; El reloj de Lucerna (drama lírico), libreto de M. Zapata, Teatro Apolo, 1 de marzo de 1884; El plato del día (extravagancia lírica), libreto de A. Ruesga, M. Lastra y E. Prieto, Teatro Alhambra, 20 de abril de 1889; El diamante rosa (zarzuela de gran espectáculo) libreto de G. Perrín y M. Palacios, Teatro de la Zarzuela, 25 de enero de 1890; El monaguillo (zarzuela cómica), libreto de E. Sánchez Pastor, Teatro Apolo, 26 de mayo de 1891; El cañón (zarzuela de gran espectáculo), libreto de G. Perrín y M. Palacios, Teatro Circo de Parish, 22 de diciembre de 1891; El cornetilla (zarzuela cómica) libreto de G. Perrín y M. Palacios, Teatro Eslava, 5 de octubre de 1893; Boda, tragedia y guateque o El difunto de Chuchita (sainete lírico de costumbres cubanas) libreto de J. Burgos, Teatro Eslava, 9 de enero de 1894; La Cova d’el Drach (poema sinfónico), Teatro Principal Palma, 26 de abril de 1905; Mis plegarias íntimas (oratorio), Círculo Mallorquín, 9 de abril de 1911; A Magna Inmortalidad (gran preludio, banda y orquesta), opus 111, 1915; La Vida, poema sinfónico, o sea, Séptima Gran Sinfonía, s. f.; En la Alhambra (pequeño poema o suite orquestal), s. f.; Oceánica (gran poema sinfónico), s. f.

 

Bibl.: A. Davell, “Don Miguel Marqués”, en La Ilustración Española y Americana, t. I, XV (1878); A. Peña y Goñi, “Miguel Marqués y la sinfonía en España”, en Revista Contemporánea, 30 de abril de 1880; “Miguel Marqués”, en Crónica de la música, 98, 5 de agosto de 1880; J. L. Estelrich, El Maestro Marqués, Hijo ilustre de Mallorca, Palma, J. Tous, 1912; B. Pons Fábregues, “El maestro Marqués”, en Baleares, año II, 44, 10 de marzo de 1918; R. Sobrino, “Catálogo de las obras españolas del Archivo de la Sociedad de Conciertos de Madrid”, en Anuario Musical (Barcelona, Consejo Superior de Investigaciones Científicas), 45 (1990); El sinfonismo español en el siglo xix: La Sociedad de Conciertos de Madrid, tesis doctoral, Universidad de Oviedo, Departamento Historia y Artes, 1992; Pedro Miguel Marqués, Sinfonía n.º 1, Madrid, Instituto Complutense de Ciencias Musicales-Sociedad General de Autores y Editores (ICCMU-SGAE), 1992 (col. Música Hispana, vol. 5); Pedro Miguel Marqués, Sinfonía n.º 2, Madrid, ICCMU-SGAE, 1995 (col. Música Hispana, vol. 6); Pedro Miguel Marqués, Sinfonía n.º 3, Madrid, ICCMU-SGAE, 1995 (col. Música Hispana, vol. 7); Pedro Miguel Marqués, Sinfonía n.º 4, Madrid, ICCMU-SGAE, 2002 (col. Música Hispana, vol. 22); Pedro Miguel Marqués, Sinfonía n.º 3, Madrid, ICCMU-SGAE, 2003 (col. Música Hispana, vol. 25); “Pedro Miguel Marqués”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la música española e hispanoamericana, vol. VII, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 2002, págs. 202-212; R. Sobrino, “Marqués García, Pedro Miguel”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la Zarzuela Española e Hispanoamericana, vol. II, Madrid, ICCMU, 2003.

 

Ramón Sobrino

Relación con otros personajes del DBE

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