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Luis Vázquez Cárcamo

Biografía

Vázquez Carcamo, Luis. Madrid, 26.XI.1928 – 29.X.2000. Escenógrafo.

Nieto del fundador de la conocida empresa de atrezo Vázquez, comenzó a trabajar en la empresa de construcción de edificios de un pariente. Ingresó en la Escuela de Aparejadores, pero la abandonó en 1955, porque fue contratado como delineante, trabajando durante seis años en el estudio del arquitecto Manuel Barbero. Entonces, su amigo Ricardo Merino le propuso que trabajar en el cine. Su primera película fue Kilómetro 12 (1961), de Clemente Pamplona, en la que lo contrataron como regidor, continuando en dicho oficio en Cerrado por asesinato (1961), de José Luis Gamboa, Llovidos del cielo (1962), de Arturo Ruiz Castillo y Eva 63 (1963), de Pedro Lázaga.

Debido a sus conocimientos técnicos y de dibujo, el jefe de producción Ángel Monis le propuso incorporarse a la rama de decoración, por lo que, para cumplir con los trámites del Sindicato Nacional del Espectáculo, tuvo que pasar por varios oficios. En primer lugar de dibujante, figurando en títulos como El sabor de la venganza (1963), de Joaquín L. Romero Marchent y Los novios (1963), de Mario Maffei. Después hubo de figurar como ambientador, apareciendo en los títulos de algunas coproducciones como Los siete espartanos (1962), de Pedro Lázaga, Horror (1963), de Alberto de Martino y Los invencibles (1963), de Alberto de Martino. Cuando el Sindicato finalmente le permitió ser ayudante de decoración, colaboró como tal en su primera película a las órdenes de su cuñado el director artístico Luis Argüello en la creación de uno de los espacios más interesantes del cine español, como fue la vivienda de los protagonistas de La tía Tula (1963), de Miguel Picazo. A partir de entonces compaginó su trabajo en las ramas de producción y decoración, aunque progresivamente se fue centrando en esta última. De este modo aparece en esta época como Ayudante de decoración en coproducciones como Sangre sobre Texas (Alberto de Martino, 1966), Desafío en Río Bravo (Tullio Demicheli, 1965), Trampa bajo el sol (Gilles Grangier, 1965) y Las siete magníficas (Sidney Pink, 1966). Durante esta década se había trasladado a vivir a Barcelona, al haber sido contratado por la productora Balcázar, interviniendo en cintas como El Tigre se perfuma con dinamita de Claude Chabrol (1967), aunque también trabajó como ayudante de producción con otras empresas como Orfeo y Centauro.

A principios de la década de 1970 apareció por vez primera como director artístico, casi siempre en coproducciones como Lo quiero muerto (1968), de Paolo Bianchini; El ojo del huracán (1970), de José María Forqué; Los hijos del día y de la noche (1971), de Sergio Corbucci; Homicidio al límite de la ley (1971), de Tonino Ricci y colaborando en 1972 con Flavio Mogherini en Los Charlots van a España de Jean Girault y Al otro lado del espejo de Jesús Franco, en 1973, demostrando ser capaz de recrear en el interior de un estudio todos los ambientes marbellíes de Tarots de José María Forqué (1972).

A finales de los años setenta y primeros ochenta fue el director artístico habitual en las cintas dirigidas por Jacinto Molina y en los ochenta creó los ambientes de numerosas comedias bajo las órdenes de Mariano Ozores. Aunque también fue el director artístico de títulos más serios y comprometidos como El amor del capitán Brando (1974), de Jaime de Armiñán, la inacabada Los perros del infierno (1975), de Ruy Guerra, Mi hija Hildegart (1977), de Fernando Fernán-Gómez, Hablamos esta noche (1982), de Pilar Miró, La guerra de los locos (1986), de Manuel Matji y Asignatura aprobada (1986), de José Luis Garci. Asimismo fue autor de los decorados de varias series de televisión como Miguel Servet (1988), de José María Forqué de la que se sentía especialmente satisfecho, Shangay Lily (1989) de Rafael Moleón y Mnemos (1987) de José Luis Garci, episodio piloto de la serie Historias del otro lado, para la que en 1990 creó los ambientes de cuatro episodios. A finales de los ochenta se le vio aparecer como ayudante de decoración en los títulos de crédito de La jaula (1985) de Giuseppe Patroni Griffi y El Lute 2. Mañana seré libre (1987) de Vicente Aranda. Finalmente, tras intervenir, en 1990, como director artístico en la película Doblones de a ocho de Andrés Linares, se retira.

Fue un gran profesional, pues desde 1967 hasta 1990 fue capaz de intervenir en sesenta y cinco películas como director artístico, y además en sus tareas de producción se ocupó de conseguir, a veces con escasos medios, todo lo necesario para terminar con dignidad películas pertenecientes a muchos géneros y cuyos argumentos se desarrollan en diversas etapas de la historia.

Obras de ~: Dir. artístico en P. Bianchini (dir.), Lo quiero muerto, 1968; J. M.ª Forqué (dir.), El ojo del huracán, 1970; S. Corbucci (dir.), Los hijos del día y de la noche, 1971; T. Ricci (dir.), Homicidio al límite de la ley, 1971; J. Girault (dir.), Los Charlots van a España, 1972; J. Franco (dir.), Al otro lado del espejo, 1973; J. M.ª Forqué (dir.), Tarots, 1972; J. L. Merino (dir.), El secreto del Zorro, 1970; A. Sambrell (dir.), La última jugada, 1974; J. de Armiñán (dir.), El amor del capitán Brando, 1974; R. Guerra (dir.), Los perros del infierno, 1975; J. M.ª Forqué (dir.), Madrid, Costa Fleming, 1975; A. Drove (dir.), Nosotros que fuimos tan felices, 1976; F. Fernán-Gómez (dir.), ¡Bruja más que bruja!, 1976; F. Fernán-Gómez (dir.), Mi hija Hildegart, 1977; P. Lázaga (dir.), Siete chicas peligrosas, 1978; C. Puerto (dir.), En mil pedazos, 1979; Rafael Romero Marchent (dir.), Todo es posible en Granada, 1981; P. Miró (dir.), Hablamos esta noche, 1982; R. Gil (dir.), Las autonosuyas, 1982; R. Fernández (dir.), El donante, 1985; M. Matji (dir.), La guerra de los locos, 1986; J. L. Garci (dir.), Asignatura aprobada, 1986; J. M.ª Forqué (dir.), Miguel Servet, 1988; R. Moleón (dir.), Shangay Lily, 1989; J. L. Garci (dir.), Historias del otro lado, 1990; A. Linares (dir.), Doblones de a ocho, 1990.

Bibl.: J. Gorostiza, Directores artísticos del cine español, Madrid, Cátedra-Filmoteca Española, 1997.

Jorge Gorostiza López