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Francisco Pacheco

Biografía

Pacheco, Francisco. El Licenciado (desde c. 1565); El Canónigo (desde 1592). Jerez de la Frontera (Cádiz), 22.XI.1535 baut. – Sevilla, 10.X.1599. Humanista, erudito y poeta latino y castellano.

Humanista, erudito y poeta latino, nacido en Jerez de la Frontera en 1535, de una familia humilde de inmigrantes del norte de España; su padre, Hernando de Aguilar, era un tendero natural de Cantabria. Muy joven se trasladó a Sevilla, ciudad donde transcurriría el resto de su vida; en su Colegio-Universidad de Santa María de Jesús obtuvo en 1555 el grado de bachiller en Artes y Filosofía, y cursó entre 1559 y 1563 el de Teología. En 1565, siendo ya licenciado, obtuvo por oposición una capellanía en la capilla de San Pedro, en la Catedral.

Por estos años vivió intensamente el variopinto mundo poético sevillano, como refleja en sus ácidas obras de juventud, la Macarronea y la Sátira contra la mala poesía. A esa época debe de remontar su amistad con Fernando de Herrera y su círculo de poetas y humanistas (Francisco de Medina, Baltasar de Alcázar, Gonzalo Argote de Molina, etc.); fruto de ella es su participación en la gran obra coral que fueron las Obras de Garcilaso de la Vega con anotaciones de Fernando de Herrera (1580).

Sus cualidades le hicieron merecedor del reconocimiento de eminentes figuras del Cabildo, particularmente del prior Pedro Vélez de Guevara, con cuyo patrocinio comenzó pronto a hacer valer su talento: en 1568 el Cabildo lo eligió para ordenar la Biblioteca Capitular y acordó colocar como inscripción conmemorativa de la Giralda el epígrafe latino que él presenta; en 1570 colaboró con Juan de Mal Lara en el programa iconográfico representado en la ciudad con ocasión de la visita de Felipe II (publicado en el Recibimiento que hizo la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla a la C. R. M. del rey D. Felipe N. S [Sevilla, 1570]). En 1571 fue elegido capellán de la Capilla Real, dependiente de la Corona.

Su carrera sufrió un duro contratiempo en 1572, cuando el Cabildo lo acusó de sustraer libros de la Biblioteca Capitular, y lo despojó de sus prebendas en la Catedral. Él respondió dedicándose a la composición de la mayor parte de su poesía latina y recluyéndose en un silencio roto sólo con trabajos para el Ayuntamiento de la ciudad, como las inscripciones latinas de la Alameda de Hércules (1574) y de la Puerta de la Carne (1577). El ostracismo terminó a finales de la década, cuando el Cabildo volvió a confiar a su ingenio sus programas iconográficos, entre ellos el de las salas capitulares de la Catedral (1579) y el de la custodia mayor (1580-1587). Por esos años ya era reconocido como una autoridad en el ámbito de las antigüedades, según atestiguan numerosas cartas que le enviaron sabios y aficionados de toda Andalucía.

La elección en 1581 del influyente Rodrigo de Castro como nuevo arzobispo de Sevilla terminó por auparlo a las más altas distinciones, ya que se convirtió en el humanista de referencia de su corte. Así, en 1583 fue nombrado por la Corona administrador del Hospital del Cardenal (o de San Hermenegildo), un puesto que solía ser la antesala de un obispado, y en 1592 fue elegido canónigo a instancias del prelado; por esos años compuso por encargo de éste los Officia propria Sanctorum Hispalensis Ecclesiae et Diocesis, en los que se fijaba el ritual litúrgico de los santos de Sevilla, y emitió informes para la Inquisición sobre censuras de libros.

Durante sus últimos años sufrió las preocupaciones propias de los poderosos, a las que tanto se había opuesto en su juventud: en 1596 la Corona le abrió un expediente por corrupción en el Hospital del Cardenal; pese a que se descubrieron irregularidades, no fue relevado hasta 1599. Pero antes, en 1597, el rey Felipe II personalmente lo eligió como capellán mayor de la Capilla Real, merced a la que el canónigo tuvo oportunidad de corresponder un año más tarde creando el programa para el portentoso túmulo sevillano del Monarca, seguramente el más imponente de cuantos se concibieron nunca en la Monarquía hispánica. Murió el 10 de octubre de 1599.

Sus contemporáneos destacaron, por un lado, su rectitud moral (Alonso Morgado en su Historia de Sevilla; Arias Montano, gran amigo suyo, en los In XXXI Dauidis Psalmos priores commentaria; Espinosa de los Monteros en el Teatro de la Santa Iglesia metropolitana de Sevilla), y, por otro, su asombrosa erudición y su maestría como poeta latino (Vicente Espinel en “Casa de la memoria” y el mismo Miguel de Cervantes en el “Canto de Calípe” de La Galatea).

 

Obras de ~: I) Tratados de erudición, obras eclesiásticas e informes. Officia propria Sanctorum Hispalensis Ecclesiae et Diocesis, Sevilla, 1590; 1679 (impreso bajo el nombre del arzobispo Rodrigo de Castro; incluye nueve himnos originales: tres a san Isidoro, tres a san Hermenegildo y tres a las santas Justa y Rufina); Catálogo de los Arzobispos de Sevilla y primado de las Españas (inéd.); dos informes inéds. para la Inquisición sobre censuras de libros: el primero, c. 1590, sobre los De Republica Hebraeorum libri VII (1583) y el Comentario a la Historia Sacra de Sulpicio Severo (1590), obras ambas de Carlos Sigonio; el segundo, 1599, sobre el Theatrum uitae humanae de H. Zwingler (1586).

II) Programas iconográficos. El del túmulo erigido al abrirse la Capilla Real nueva, 1579; el de las salas capitulares de la Catedral, 1579; el de la custodia mayor, labrada por Juan de Arfe entre 1580 y 1587; el del túmulo de Ana de Austria en la Capilla Real, 1580; el del túmulo de Felipe II en la Catedral, 1598, compuesto por casi un centenar de composiciones, que incluyen series de alegorías de las virtudes del Rey, de jeroglíficos alusivos a su gobierno, y de emblemas referentes a sus reinos, sus esposas, sus victorias, y a santos relacionados con el Monarca y con Sevilla.

III) Inscripciones latinas (sin contar las incluidas en programas iconográficos). La inscripción conmemorativa de la Giralda, 1568; la del san Cristóbal de la Catedral, s. f.; las de la Alameda de Hércules, 1574; las de la desaparecida Puerta de la Carne, 1577.

IV) Poemas. Macarronea, 1565 (inéd.; poema satírico y mundano, compuesto de 632 hexámetros en latín macarrónico, con críticas a la Iglesia, la Universidad y los ambientes poéticos); la Sátira apologética en defensa del divino Dueñas o Sátira contra la mala poesía, 1569 (compuesta por 706 endecasílabos en tercetos encadenados, en que ridiculiza el ambiente poético sevillano, al tiempo que destila una amarga crítica sobre aspectos sociales como el monopolio de la propiedad de la tierra por los frailes, las desigualdades de los hombres por nacimiento, la miseria o el mal gobierno); Sermones sobre la instauración de la libertad del espíritu, c. 1573 (dos extensas epístolas horacianas en hexámetros, con una profunda crítica al orden social vigente —nobleza, realeza, esclavitud, tortura, ley, Corte, Iglesia— y la expresión del ideal de retirarse a la Peña de Aracena junto a Pedro Vélez de Guevara, Benito Arias Montano y sus íntimos, para dedicarse a la poesía, la erudición y la espiritualidad cristiana, y conquistar así la libertad del espíritu); In effigiem Io. Austrii, c. 1572-1573; un epigrama latino a la ‘Alameda de Sevilla’, c. 1574; In Garsiae Lassi laudem genethliacon, 1580 (poema preliminar en F. de Herrera, Obras de Garcilaso de la Vega con anotaciones de Fernando de Herrer [Sevilla, 1580], págs. 22-30); otro poema preliminar en P. Vélez de Guevara, Coena Romana, c. 1589-1590; ocho poemas latinos de carácter petrarquista a una dama llamada Isabel (s. f.); cuatro paráfrasis de salmos (c. 1573); etc.

 

Bibl.: F. Rodríguez Marín, “Una sátira sevillana del licenciado Francisco Pacheco”, en Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 17 (1907), págs. 1-25 y 433-454; J. F. Alcina Rovira, “Aproximación a la poesía latina del Canónigo Francisco Pacheco”, en Boletín de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, 36 (1975-1976), págs. 211-263; C. Valcárcel, “La ‘Sátira contra la mala poesía’ del licenciado Francisco Pacheco (ms. 4256)”, en Manuscrt.cao 1 (1988), págs. 9-30; B. Pozuelo Calero, “Hacia un catálogo de las obras del canónigo Francisco Pacheco”, en Excerpta Philologica, 1-2 (1991), págs. 649-686; “Los epigramas latinos del túmulo de Felipe II en Sevilla”, en Habis, 22 (1991), págs. 349-368; [“Estudio introductorio”], en F. Pacheco, El licenciado Francisco Pacheco. Sermones sobre la instauración de la Libertad del Espíritu y Lírica amorosa, Sevilla-Cádiz, 1993; B. Pozuelo Calero, “El túmulo erigido en Sevilla a la apertura de la nueva Capilla Real (1579), obra emblemática del licenciado Francisco Pacheco”, en Excerpta Philologica, 3 (1993), págs. 349-372; “Poemas introductorios del licenciado Pacheco y de Benito Arias Montano a la Coena Romana de Pedro Vélez de Guevara”, en Humanistica Lovaniensia, 43 (1994), págs. 369-384; “El licenciado Pacheco y Lepanto: un poema latino de vaticinios y delirios imperiales”, en Excerpta Philologica, 4-5 (1994-1995), págs. 335-369; “El epigrama latino del licenciado Francisco Pacheco a la Alameda de Hércules: imitación y originalidad”, en J. Martín, F. Velázquez y J. bustamante (eds.), Estudios de la Universidad de Cádiz ofrecidos a la memoria del profesor Braulio Justel Calabozo, Cádiz, Servicio de Publicaciones, 1998, págs. 171-177; J. Solís de los Santos, “La inscripción conmemorativa de la Giralda”, en Archivo Hispalense, 246 (1998), págs. 141-169; A. Dávila Pérez, “Francisco Pacheco y Arias Montano piden libros a la imprenta plantiniana: hacia la reconstrucción de las lecturas de un círculo humanista sevillano (I)”, en Excerpta Philologica, 9 (1998), págs. 213-257 [“Francisco Pacheco y Arias Montano piden libros... (II)”, en Calamus Renascens, 2 (2001), págs. 107-180]; J. Montero, “La tinaja de Pandora: el Giraldillo y sus artífices en la Sátira de Francisco Pacheco”, en Calamus Renascens, 1 (2000), págs. 229-246; “Problemas textuales en la Sátira del licenciado Pacheco (Primera entrega)”, en R. Reyes Cano, M. de los Reyes Peña y K. Wagner (eds.), Sevilla y la Literatura. Homenaje al profesor Francisco López Estrada, Sevilla, Universidad, 2001, págs. 303-314; G. Lazure, To Dare Fame: Constructing a Cultural Elite in Sixteenth Century Seville, tesis doctoral, Baltimore (Maryland), Johns Hopkins University, 2003 (inéd.); B. Pozuelo Calero, “Introducción”, en F. Pacheco, El túmulo de la reina doña Ana de Austria, ed. y est. de B. Pozuelo, Madrid-Alcañiz, Instituto de Estudios Humanísticos, 2004, págs. I-CXLVII; J. Montero y J. Solís de los Santos, “La macarronea sevillana del licenciado Francisco Pacheco”, en P. M. Piñero Ramírez (ed.), Dejar hablar a los textos. Homenaje a Francisco Márquez Villanueva, Sevilla, Secretariado de Publicaciones de la Universidad, 2005, págs. 637-666; J. M. Domínguez Leal, “El prólogo de la Macarronea de Francisco Pacheco: estructura, fuentes y contexto macarrónico”, en Calamus Renascens, 8 (2007), págs. 89- 107; B. Pozuelo Calero, “Estoicos en la Sevilla del XVI: un poema en falecios del licenciado Francisco Pacheco a Pedro Vélez de Guevara”, en Revista de Estudios Latinos, 8 (2008), págs. 143-159; “La ‘Oda a Fernando de Herrera’ de Francisco Pacheco: un retrato del círculo sevillano en 1573”, en Calíope, 14 (2008), n.º 1, págs. 61-93; L. Charlo Brea y B. Pozuelo Calero, “La paráfrasis al salmo 12 de Arias Montano y del licenciado Pacheco y su composición”, en I. Morales Sánchez y F. Coca Ramírez (eds.), Estudios de Teoría literaria como experiencia vital. Homenaje al profesor José Antonio Hernández Guerrero, Cádiz, Universidad, 2008, págs. 97-116; B. Pozuelo Calero, “La paráfrasis latina inédita del salmo 109 (110) del licenciado Francisco Pacheco y sus objetivos en comparación con las de George Buchanan, Benito Arias Montano y Fray Luis de León”, en Neolateinisches Jahrbuch, 10 (2008), págs. 5-39; “Llanto por la muerte del sabio: una colección de epitafios latinos al licenciado Francisco Pacheco”, en Calamus Renascens, 10 (2009), págs. 201-235; “El oscuro suceso de la llegada a Sevilla de las reliquias de San Hermenegildo”, en R. Carande y D. López-Cañete (eds.), Pro tantis redditur. Homenaje a Juan Gil en Sevilla, Zaragoza, Pórtico, 2011, págs. 401-419; J. Solís de los Santos, “Partida de bautismo del licenciado Francisco Pacheco (22-XI-1535)”, en R. Carande Herrero y D. López Cañete (eds.), Pro tantis redditur. Homenaje a Juan Gil en Sevilla, Zaragoza, Pórtico, 2011, págs. 393-399; “El trasfondo humanista de la Alameda de Sevilla”, en Calamus Renascens, 12 (2011).

 

Bartolomé Pozuelo Calero

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