Fernández de Córdoba y Zapata, Luis. El Bárbaro. Baena (Córdoba), c. 1540 – Toledo, 23.XII.1592. Militar, menino de Felipe II, gentilhombre de la boca del príncipe Carlos, caballerizo mayor de Juan de Austria, corregidor, caballero de Santiago, embajador.
Hijo de la dama portuguesa Felipa Enríquez y de Pedro Fernández de Córdoba, primer presidente del Consejo de Órdenes, no hizo sino seguir los pasos de su padre en la Corte y en la Administración de la Monarquía, en la cual medró del mismo modo que su progenitor.
Éste le había fundado un mayorazgo de sus posesiones granadinas con todo el capital que consiguió acumular en vida, lo que dejaba a su hijo en una posición económica más o menos destacada como para continuar con los negocios familiares en la Corte. En ella, desde tierna edad, inició su carrera como menino de Felipe II (1543) gracias a las gestiones de Pedro, quien dejaba, además, en su testamento una petición de merced para su hijo dirigida al propio Monarca por los servicios prestados a la Corona, merced que Felipe II concedió en 1557 y que no era otra que la sucesión en las encomiendas que ya gozaba.
La influencia paternal no sólo se mostró en el terreno económico y político, sino en el de la educación que recibía de Pedro, pues con catorce años (en 1554) ya iba acompañando a su padre en el viaje a Inglaterra que éste realizó con motivo de la boda real de Felipe II con María Tudor. Por otro lado, y en atención a los servicios de su progenitor, era nombrado el 14 de noviembre de 1566 alférez mayor de Granada, donde desde entonces se asentó esta nueva casa de los Fernández de Córdoba.
Destacó notablemente en el levantamiento morisco de las Alpujarras en 1570, donde a su propia costa y sin sueldo desarrolló un notable papel (reconocido por dos cartas reales, una fechada en Madrid, el 8 de diciembre de 1569, y otra en Córdoba, el 30 de marzo de 1570). Allí acompañó, en primer lugar, al marqués de Mondéjar y, más tarde, a su pariente el duque de Sessa y sobresalió en los ataques de Aben-Aboo a Lanjarón y a la Acequia, donde según reza una de las cartas reales “dio de su persona la cuenta que debía conforme a su nacimiento”. Todo ello le granjeó el encargo personal de Juan de Austria de trasladar a los moriscos desde la Vega a Granada y, desde allí, a Castilla (25 de octubre de 1570), así como su nombramiento como caballerizo mayor de don Juan (además de la encomienda de Villanueva de la Fuente, 1571).
Así, acompañó al infante en la batalla de Lepanto y fueron ambos de los primeros en entrar en la capitana turca, según reseña Fernández de Bethencourt.
Cabrera de Córdoba destaca que él, junto con otros caballeros, fueron los encargados de la defensa de la popa de la galera Capitana Real, resaltando su presteza y valor al apoderarse de la enemiga. Por su parte, el poeta portugués contemporáneo suyo también se refiere a él en los siguientes versos: “Don Hernando Carrillo, ilustre conde / de Priego, al real mancebo acompañaba: / también don Luis de Córdoba le sigue / del gran duque de Sessa primo hermano”.
De nuevo al servicio de Juan de Austria, le acompañó en la jornada de Navarino en 1572, así como en sus viajes a Nápoles y Flandes, todo lo cual le reportó el nombramiento de embajador en Génova el 3 de junio de 1575. Tras ello volvió a España para atender sus asuntos y construyó su casa principal en Granada.
Más tarde, en 1592, Felipe II le nombró corregidor de Toledo, para continuar la labor de su padre. Durante su corregimiento se iniciaron las obras del ensanche de la Plaza Mayor, y en esa ciudad falleció.
Luis Fernández de Córdoba se había casado con su prima hermana, Francisca Fernández de Córdoba Zapata y Mendoza, señora de las Guájaras e hija de Gabriel Fernández de Córdoba, señor de parte de Albendín, y de Ana Zapata de Mendoza, señora también de las Guájaras, señorío que pasó a engrosar la casa de Luis Fernández de Córdoba merced a este matrimonio.
Tuvo entre sus hijos ilegítimos al humanista y escritor Francisco Fernández de Córdoba, abad de Rute.
Bibl.: F. Fernández de Bethencourt, Historia Genealógica y Heráldica de la Monarquía española, t. VII, Madrid, Imprenta de Jaime Ratés, 1905, págs. 157-164; F. Fernández de Córdoba, abad de Rute, “Historia de la Casa de Córdoba”, en Boletín de la Real Academia de Córdoba, año XXV, n.º 71 (julio-diciembre de 1954) y ss.; E. Soria Mesa, La venta de señoríos en el Reino de Granada bajo los Austrias, Granada, Universidad, 1995; Señores y oligarcas: los señoríos del Reino de Granada en la Edad Moderna, Granada, Universidad, 1997; L. Cabrera de Córdoba, Historia de Felipe II, rey de España. Felipe II (1527-1598), la configuración de la Monarquía Hispana, ed. de J. Martínez Millán y C. J. de Morales, Valladolid, Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Castilla y León, 1998; J. Corte-Real, Poesía, introd., selección y notas de H. J. S. Alves, Braga, Angelus Novus, 1998; R. Molina Recio, La nobleza española en la Edad Moderna: los Fernández de Córdoba. Familia, riqueza, poder y cultura, tesis doctoral, Universidad de Córdoba, Facultad de Filosofía y Letras, 2003.
Raúl Molina Recio
