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Juan Vázquez de Salazar

Biografía

Vázquez de Salazar, Juan. Señor de la Villa de El Mármol (I). Úbeda (Jaén), 1530 – 1597. Alférez mayor de Úbeda, secretario de Felipe II.

Nació en 1530 en Úbeda, ciudad en la que residían sus ascendientes maternos, quienes tenían en el palacio de Francisco de los Cobos la Casa de referencia del linaje, perteneciente a la desaparecida parroquia de Santo Tomás. En esta casa pasó parte de su infancia su tío carnal Juan Vázquez de Molina, secretario real, y es probable que, en ella, naciera Juan Vázquez de Salazar. Su padre fue el licenciado Alonso Muñoz de Salazar, oidor de la Real Chancillería de Granada, vinculado a una familia de larga trayectoria jurídica y administrativa cuyas raíces se remontan a una casa nobiliaria muy antigua procedente del Valle de Salazar (llamada de los Sarazais en los Anales de Aragón) que llegó al Reino de Granada tras su conquista por los Reyes Católicos. Este personaje, que fue también consultor del Santo Oficio de la Inquisición de Granada, fundó un patronato en Granada, destinando parte de sus bienes a dotes para casar doncellas pobres de su familia (23 de noviembre de 1568). Sus abuelos paternos fueron el capitán Esteban Muñoz de Salazar y Juana Muñoz de Salazar, de Granada. Su madre fue Beatriz Molina de los Cobos, de Úbeda, hermana y heredera del Patronato que fundó en el Convento de las Cadenas Juan Vázquez de Molina, pasando luego tal derecho al hijo de Beatriz, Juan Vázquez de Salazar.

Sus abuelos maternos fueron Jorge Molina de los Cobos, que era alférez mayor de Úbeda en 1507, y Catalina Vázquez de Perea, nacida en Alcaraz, padres del secretario Juan Vázquez de Molina y del obispo de Jaén Diego de los Cobos, quien fue también arcediano de Coria, oidor de la Real Chancillería de Valladolid y obispo de Ávila, fundando en Úbeda el Hospital de Santiago para atender a enfermos pobres y afectados por enfermedades contagiosas.

La primera etapa de su vida transcurrió en Granada, donde residió oficialmente la familia, y en Úbeda, ciudad en la que estaban sus influyentes parientes maternos, quienes le ayudaron mucho en su rápido ascenso político. Casó con María Carrillo de Mendoza, hija del sexto conde de Priego. Este enlace reforzó el prestigio social del linaje. Del matrimonio nació su único hijo, Luis Molina de Salazar, que fue alférez mayor de Úbeda y secretario de Estado y de Castilla hasta su muerte, hacia 1615, quien casó con María Enríquez de Navarra y tuvo dos hijos, únicos nietos de Juan Vázquez de Salazar: Juan Vázquez, nacido en 1600 y fallecido con dieciséis años, que no dejó herederos, y María Enríquez de Salazar, esposa del virrey de Perú y primer marqués de Mancera.

Esta nieta de Juan Vázquez de Salazar, que murió en altamar hacia 1674 cuando regresaba de Venecia, fue quien heredó los títulos del linaje para su hijo Antonio Sebastián, caballero de Alcántara y virrey de México, quien casó dos veces pero no tuvo hijos, pasando la herencia a los hijos de su hermana María Francisca de Toledo. Así se aseguraba la línea de sucesión de Juan Vázquez de Salazar.

El ascenso en la Corte de Vázquez de Salazar forma parte del clientelismo familiar abierto por Francisco de los Cobos desde el reinado de los Reyes Católicos.

El sistema de promoción social de los funcionarios reales instaurado en la época de los primeros Austrias, cuando la burocracia se multiplicó considerablemente, exigía que éstos tuvieran una buena preparación y capacidad de trabajo, pero para llegar al cargo también era importante contar en la Corte con algún familiar o amigo que les iniciara en oficio. En este caso, el mentor del rápido ascenso fue su tío carnal Juan Vázquez de Molina, quien no tuvo problemas para catapultar a Vázquez de Salazar, pues éste contaba con una buena formación intelectual, dominaba los secretos del trabajo de despacho y era hombre de gran discreción personal. Todo ello cuadraba con las exigencias del monarca Felipe II a la hora de seleccionar a sus funcionarios, quienes debían ser hombres de moralidad, fidelidad, buena preparación jurídica y absoluto respeto a la ley. La confianza que el monarca tuvo en este secretario no pasó desapercibida a los testigos del momento, caso de Cabrera de Córdoba, quien menciona varias veces en sus escritos esta circunstancia, muy a tener en cuenta considerando la actitud recelosa y suspicaz que tuvo este Rey a la hora de confiar en sus secretarios. Además, para un monarca que hizo del documento escrito una pieza básica de su modelo de gobierno, contar entre sus funcionarios de confianza con hombres de cultura, como era el caso de Vázquez de Salazar, era fundamental.

Fue secretario del Rey, de Guerra y del Real Consejo de Cámara. El título de secretario del Rey está fechado en Toledo el 22 de agosto de 1560, refrendado por su tío Vázquez de Molina. Pocos años después, hacia 1567, recibió el título de secretario de Guerra, trabajando con su tío, al que sucedió en el cargo.

Antes de esta fecha ya hay numerosa correspondencia real que tiene la firma de Vázquez de Salazar. En adelante, retirado ya Vázquez de Molina a Úbeda, su sobrino incrementa esta actividad y toma parte activa en distintas convocatorias de Cortes. Tuvo su despacho cercano al del Monarca, lo que constituye otra prueba más de la confianza que Felipe II tenía en él.

Hacia 1571, en el mes de marzo, ya es secretario de la Cámara de Castilla, lo que le acerca más al círculo de la confianza real. En 1585 se le menciona como secretario de la “Cámara de Justicia”.

En 1575 Felipe II obtuvo licencia del Papa para enajenar algunos pueblos del Obispado de Jaén. Uno de ellos fue la Villa de El Mármol, llamada antiguamente Canalejas y dependiente del obispado de Baeza. Esta ocasión fue aprovechada por Juan Vázquez de Salazar para comprar al Rey la villa de El Mármol, cercana a su ciudad natal. Por ello, él y sus sucesores llevarán en adelante el título de señor de El Mármol, cuestión que ha provocado cierta confusión entre este personaje y un escritor y corrector de libros de la época llamado Juan Vázquez del Mármol, quien que estuvo al servicio de Felipe II y Felipe III.

Introdujo a su único hijo Luis Vázquez de Molina y Salazar en las tareas de la Corte cuando éste era muy joven, enseñándole el oficio y logrando que le nombraran secretario en abril de 1592. Su hijo le sucedió como secretario de Estado y de Cámara de Castilla en 1594, y hacia 1596 ejercía, junto a su padre, el cargo de secretario de la Cámara de Justicia, cargos que conservó hasta a su muerte, acaecida en los primeros años del reinado de Felipe III. Aunque Luis Vázquez no tuvo una carrera tan brillante como la de su padre, su presencia en la Corte refuerza la práctica del nepotismo del linaje de los Molina y demuestra la importancia que tuvo la nobleza ubetense en el gobierno de los Austrias mayores.

Hizo escritura fundacional del mayorazgo, a favor de su hijo Luis Vázquez de Salazar, firmada en Madrid, el 2 de mayo de 1597. En septiembre de ese año testó en Madrid, ratificando a favor de su hijo el patronato, bienes y privilegios que él heredó de su tío Juan Vázquez de Molina, fundador del monasterio de la Madre de Dios, de monjas dominicas, al que aportó nuevas riquezas y en que los patronos tenían reservadas dependencias para su residencia particular hasta 1730, año en el que las monjas se apropiaron de todo el edificio.

Se trasladó a Úbeda poco después de hacer testamento y murió a finales de 1597. Sus restos, junto a los de su hijo Luis, también secretario real (que testó y murió en Úbeda, el 24 de septiembre de 1606), reposan en la capilla mayor del Convento de la Merced, propiedad de su linaje, que Juan Vázquez de Salazar ordenó reedificar en 1572. Nada queda de este monasterio de la Orden de la Merced, que ya era un solar abandonado a principios del siglo XX.

 

Bibl.: G. Argote de Molina, Nobleza de Andalucía, Sevilla, 1588 (ed. Jaén, Est., Tip. de Francisco López Vizcaíno, 1866; ed. facs. Jaén, Riquelme y Vargas, 1991); L. Cabrera de Córdoba, Felipe II, Rey de España, Madrid, 1619; Anónimo, “La tumba de un ministro de Felipe II”, en Don Lope de Sosa (DLS), n.º 24 (1914), pag. 371; “Las monjas demoledoras. Un desahucio curioso”, en DLS, n.º 18 (1916), pág. 167; “Sic transit”, en DLS, n.º 45 (1916), pág. 262; J. S. Gallego Díaz, “Testamento de Juan Vázquez de Molina”, en De tiempos ya pasados (recuerdos históricos), vol. I, Madrid, 1919, págs. 71-111; Anónimo, “La Villa del Mármol, antiguo Señorío de los Vázquez de Salazar”, en DLS, n.º 145 (1924), pág. 347; F. Pinero Jiménez y J. Martínez Romero, Giennenses ilustres (Reseñas biográficas), t. I, Jaén, Imp. Palomino, 1954; A. Marichalar, Los Descargos del Emperador (discurso de ingreso en la Real Academia de la Historia, contestación de A. González de Amezua), Madrid, Real Academia de la Historia, 1956; J. A. Escudero, Los Secretarios de Estado y del Despacho (1474-1724), Madrid, Instituto de Estudios Administrativos, 1969, 4 vols.; R. Quesada, Úbeda: Hombres y Nombres, Granada, Gavellar, 1982; J. Pasquau Guerrero, Biografía de Úbeda, Úbeda, Artes Gráficas, 1984; A. Domínguez Ortiz, El Antiguo Régimen: Los Reyes Católicos y los Austrias, en M. Artola (dir.), Historia de España, Madrid, Alianza, 1988; G. Torres Navarrete, Historia de Úbeda en sus Documentos, Úbeda, Minerva, 1990, 7 vols.; M. de Jimena Jurado, Catálogo de los Obispos de las Iglesias Catedrales de la Diócesis de Jaén y Annales Eclesiásticos del obispado, ed. facs., est. prelim. e índices de J. Rodríguez Molina y M.ª J. Osorio, Granada, Universidad, 1991; A. Valladares Reguero, Temas y autores de Úbeda. Ensayo bibliográfico, Úbeda, Asociación Alfredo Cazabán, 1992; G. Sena Medina, “ Los secretarios del rey de Úbeda”, en Ibiut, año XIV, n.º 77 y 79 (1995), págs. 2-3 y 23; G. Parker, Felipe II, Barcelona, Altaya, 1996; L. Salazar y Castro, Historia genealógica de la Casa de Lara, Madrid, 1996, 6 vols.; R. Altamira, Felipe II, hombre de Estado: con individualidad humana, ed. de J. Martínez Millán, Alicante, Asociación Española de Historia Moderna-Fundación Rafael Altamira, 1997; M. Ruiz Prieto, Historia de Úbeda, est. prel. e ilustr. de A. Tarifa, Granada, Universidad, 1999; J. Barranco Delgado, Escudos heráldicos de Úbeda, Úbeda, Gráficas Minerva, 2001; A. Tarifa Fernández, Breve historia de Úbeda, Málaga, Ed. Sarriá, 2004 (3.ª ed.).

 

Adela Tarifa Fernández

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