Aréyzaga, Juan de. Cestona (Guipúzcoa), p. s. xvi – m. s. xvi. Sacerdote, náufrago y explorador de las tierras australes.
El clérigo Aréyzaga embarcó en la expedición capitaneada por Jofre de Loaysa, que zarpara de La Coruña en 1525, y entre cuyos capitanes y marineros se hallaban algunos nombres tan ilustres como Juan Sebastián Elcano y sus tres hermanos, o Andrés de Urdaneta.
El objetivo de esta potente armada era llegar a las islas Molucas para asentar el dominio español frente al avance portugués en aquella zona del Pacífico.
El viaje se vio determinado por las tormentas y huracanes que dispersaron a los siete navíos de la flota aún antes de penetrar en el estrecho de Magallanes, y entonces empezó la gran odisea del clérigo. Entre los barcos perdidos estaba el de Aréyzaga, que junto a otro batel debieron permanecer cerca del cabo de las Once mil Vírgenes (la embocadura del estrecho) a la espera del auxilio de los otros barcos.
Abandonados a su suerte y sin noticias de sus compañeros, los náufragos se refugiaron en un campamento construido con los restos de sus embarcaciones, y se dedicaron a explorar la zona. Juan de Aréyzaga y tres hombres más se internaron por tierra en busca de ayuda con provisiones para un máximo de cuatro días. Agotada la comida llegaron a bahía Victoria, donde creían estaban refugiadas algunas naves de su expedición, pero no hallaron a nadie. En su avance encontraron un pueblo de indios patagones que les salvaron la vida, pues andaban ya sin alimentos. La continuación de su odisea en busca de compañeros fue un lento peregrinar de varios meses entre tribus amigas y tribus belicosas, comiendo hierbas, lapas y mejillones y olvidados de sus compañeros que los daban por desaparecidos. Cuando la muerte redujo el cuarteto a trío pudieron alcanzar el río Santa Cruz en cuyo estuario estaban refugiadas tres de las naves de Loaysa. Pero no acabó aquí la aventura del clérigo.
Reparadas las embarcaciones intentaron volver a cruzar el estrecho para llegar a las Molucas, pero las corrientes y los vientos contrarios volvieron a dispersar la flota y la nave de Aréyzaga se perdió. Sin contacto con el resto y sabiendo la hostilidad de las tierras patagónicas determinaron regresar a España.
Juan de Aréyzaga escribió un relato de sus aventuras y dio valiosísima información a los marineros y cartógrafos de la Casa de Contratación, así como al cronista Fernández de Oviedo, quien en su obra también recoge parte de la odisea del guipuzcoano.
Bibl.: G. Fernández de Oviedo, Historia General y Natural de las Indias, 5 vols., ed. Juan Pérez de Tudela, Madrid, Biblioteca de Autores Españoles, 1959; J. Oyarzun, Expediciones españolas al estrecho de Magallanes y Tierra de Fuego, Madrid, Ediciones de Cultura Hispánica, 1999; J. M.ª González Ochoa, Quién es Quién en la América del Descubrimiento, Madrid, Editorial Acento, 2003.
José María González Ochoa
