Briceño Gasco, Francisco. Corral de Almaguer (Toledo), p. t. s. XVI – Bogotá (Colombia), 13.XII.1575. Oidor de Santafé y presidente de las audiencias de los Confines (Guatemala) y Bogotá.
Se desconoce parte de su biografía. Estudió Leyes, quizá en Alcalá, y fue enviado como oidor para fundar la Audiencia de Santafé de Bogota, creada por Cédula de 17 de julio de 1548 e instalada solemnemente el 7 de abril del año siguiente. La Audiencia se constituyó con los oidores licenciados Gutierre de Mercado, Juan López de Galarza, Beltrán de Góngora y Francisco Briceño. El primero era el decano y debía presidirla, pero se le dio la comisión de residenciar al visitador Armendáriz. Se puso en camino hacia Bogotá y murió en Mompós al subir el río Magdalena.
Francisco de Briceño tampoco pudo llegar a la capital, pues tuvo que cumplir previamente el cometido de dirigirse a Popayán para residenciar a Sebastián de Benalcázar. De los cuatro oidores iniciales sólo llegaron a Santafé la mitad: Góngora y Galarza.
El último tuvo que actuar como presidente. El período de la Audiencia gobernadora duró catorce años y originó muchos problemas jurisdiccionales; acabó con el nombramiento específico de presidentes de la Audiencia y gobernadores del Nuevo Reino de Granada a partir de 1564. Francisco Briceño fue directamente a cumplir con el juicio de residencia que se le había encomendado.
Desembarcó en Nombre de Dios, pasó a Panamá y fue por el océano Pacífico hasta Buenaventura. Era el año 1549. Desde allí se dirigió a Cali y ordenó a Sebastián de Benalcázar que se presentara en dicha ciudad para cumplir con lo que se le había ordenado. El gobernador de Popayán obedeció al juez y se dirigió a su encuentro. Viniendo de camino Briceño, le suspendió de sus funciones, asumió el mando y lo redujo a prisión.
Briceño se convirtió así en gobernador interino de Popayán el 24 de abril de 1549. El juicio fue severísimo y secreto. Benalcázar pudo librarse de casi todas las acusaciones, menos de las de asesinar a Robledo y sus compañeros.
Fue condenado a muerte. Benalcázar apeló al Consejo y se le concedió la apelación, previa fianza. Se puso entonces en camino a España por el río Magdalena.
Tuvo fiebres y murió a poco de llegar a Cartagena el 30 de abril de 1551.
El gobierno interino de Popayán encabezado por Briceño duró cuatro años: hasta el 30 de abril de 1553, cuando se reintegró a su cargo en Santafé y se distinguió por efectuar diversas penetraciones y fundaciones, con objeto de ocupar a la gran población de soldados sin oficio que existían por los conflictos civiles de Perú. La más importante la comisionó al capitán Vasco de Guzmán, a quien ordenó en 1551 que poblase en Guachicono, entre Popayán y Pasto. El oidor equipó una expedición al mando de Alonso de Fuenmayor, que fundó al sureste de Popayán la villa de San Luis de Almaguer, en recuerdo del lugar de nacimiento de Briceño (1551). Se encontraron minas y creció con numerosos colonos. Se hizo la villa con Justicia y Regimiento, junto a las minas de oro. También ordenó al capitán Sebastián Quintero que apaciguase a los paeces y fundase un pueblo. Éste hizo la leva y entre los soldados que se alistaron estaba Álvaro de Oyón, que se alzó y dio muerte a Quintero. Cuando Briceño abandonó Popayán para ir a Santafé dejó como gobernador interino al capitán Diego Delgado, que desempeñó este cargo por un año, hasta enero de 1554, haciendo frente a la sublevación de Oyón.
Después de Delgado, arribó el oidor Juan Montaño, que llegó a Cali para enfrentarse con Oyón, cuando ya se había dominado la rebelión. Pese a esto, destituyó arbitrariamente a Delgado y asumió el gobierno, durante el cual cometió algunos desafueros.
Briceño se posesionó al fin de su cargo de oidor en Santafé el 9 de febrero de 1553. A los cuatro meses, en junio, llegó el licenciado Juan de Montaño, que traía el cometido de visitar la Audiencia y a Armendáriz.
Montaño debía ayudarse de Briceño, pero fue imposible, pues inició su ejercicio de una forma violenta e irregular, lo que originó la indignación de Briceño.
Montaño suspendió a los oidores Galarza y Góngora, les tomó los testimonios, los consideró culpables y los envió a España. Murieron durante el viaje transatlántico.
La Audiencia gobernadora tuvo que afrontar el problema suscitado por la rebelión de Oyón, que designó al capitán Baltasar Maldonado, pero Juan de Montaño se ofreció como capitán general para la defensa de Popayán. Entró por el Quindío y llegó a Cali; entonces supo que todo había acabado. Volvió a Santafé dispuesto a seguir ejerciendo sus funciones, pero llegó el juez de residencia Alonso de Grajeda, que le apresó y le envió a la cárcel de Valladolid. El Consejo de Indias examinó su expediente y le encontró culpable.
Fue condenado a muerte y degollado en 1561.
Francisco Briceño siguió ejerciendo su oficio con acierto y mesura. En 1555 participó con el obispo fray Juan de los Barrios en la tasación que debían pagar los indios del reino. Vivía en Santafé casado con María de Carvajal, hija de Juan de Carvajal. Esta señora iba por su tercer matrimonio, pues había enviudado ya dos veces, una de Jorge Robledo y otra del tesorero Pedro Briceño, de quien tenía hijos. No se conocen las circunstancias que la llevaron a casarse en terceras nupcias con el juez que había condenado al asesino (Benalcázar) de su primer marido (Robledo).
Briceño recibió en 1563 la orden de tomar residencia a todos los ministros de la Audiencia de los Confines, que había presidido Juan Martínez de Landecho. Este tribunal se había creado el 13 de septiembre de 1543 como Audiencia de los Confines y Nicaragua (se extinguió entonces la de Panamá, creada en 1535) y se situó en Gracias a Dios porque estuviera más próxima a las minas. La presidió el oidor Alonso Maldonado de México que fue designado su presidente. Se trasladó a Santiago de los Caballeros por Cédulas de 1548 y 1549. Entonces llegó como presidente Alonso López de Cerrato. Luego estuvo suprimida desde agosto de 1564 hasta 1567, en realidad hasta enero de 1570. Briceño se trasladó de Bogotá a Guatemala y cumplió el cometido, encargándose además de trasladar después dicha Audiencia a Panamá; si bien, tres años después volvió a funcionar la de Guatemala. Al terminar su cometido, fue nombrado presidente de la Real Audiencia de Santafé, que se había transformado de Audiencia gobernadora en Audiencia con presidencia, para darle cierta autonomía respecto a Lima. El primer presidente de la Audiencia santafereña fue Andrés Díaz Venero de Leiva, que gobernó de 1564 a 1574, cuando regresó a España. La Corona nombró entonces a Briceño segundo presidente de la Real Audiencia santafereña. Se posesionó del cargo el 23 de marzo de 1575 y apenas estuvo en el mismo unos meses, pues murió en dicha ciudad el 13 de diciembre del mismo año, después de haber estado enfermo catorce días. El cronista Rodríguez Freyle recuerda bien aquella fecha, pues se armó un gran revuelo cuando iba a clase, con lo que se libró del colegio, y afirma que al preguntarse la causa del fallecimiento “dijo la mujer que de una purga que había tomado, que no la pudo echar el cuerpo”.
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Manuel Lucena Salmoral