Caimo, Jerónimo. Milán (Italia), 1558 – Madrid, 14.VIII.1627. Jurista lombardo y regente del Consejo de Italia.
Nació en una familia de la pequeña nobleza milanesa, presente en la oligarquía municipal de la capital del ducado desde el siglo xiv, con el nombre de Girolamo Caimi, que luego castellanizó. Su padre, Bartholomeo II Caimi, fue un capitán de caballería lombardo que sirvió en los ejércitos de la Monarquía y combatió en los campos de batalla de media Europa.
Su madre, Margarita de Adda, pertenecía a otra linajuda familia lombarda. Los Caimi disponían de una capilla propia en la iglesia de San Eustorgio, fundada por Ottone Caimi en 1401, que los hijos de Bartholomeo y Adda, Gaspare, Girolamo, Gianbattista Benedetto y Erasmo, los poderosos “fratelli Caimi”, ordenaron que se restaurara y embelleciera en 1617.
Manifestando así cómo los cinco habían alcanzado la cumbre del poder y el prestigio social. Orgullosos de su linaje hicieron colocar una inscripción al acabar las obras: “antiquissimum caimorum sepulchrum restauratum anno mdc.xviii”.
Sobre esta leyenda estaba esculpido el escudo familiar, un blasón partido por un rostro con una corona de la que brotaba un dragón con una cara en su cuello y dos cuernos que salían de su cabeza. En esa misma capilla una lápida recordaba y resumía la vida de Bartolomeo cuyos huesos no reposaban en el panteón familiar: “A Girolamo Caimo figlio di Bartolomeo, giurisconsulto collegiato, vicario di provissione, prefecto della città, oratore per la patria a Filippo II, avvocato fiscale, questore, senatore, consigliero, carissimo nelle cose d’Italia e nelle più gravi di tutta la monarchia a Filippo III ed al IV per veintitré anni, deposto in Madrid presso i chierici minimi; poichè Ottone, nipote, figlio del fratello conte Gaspare questore, senatore e pure reggente ivi [Madrid] prevenuto dalla Morte non potè farlo, Erasmo referendario d’ambe le segnature, prevosto dell’insigne collegiata di Santa Maria della Scala, apostolico e regio economo generale in tutto il dominio di Milano, pose al zio meritissimo”.
Dado su origen, desde la misma cuna Girolamo Caimi estuvo vinculado al Gobierno de la ciudad de Milán, donde adquirió prestigio y cierta popularidad.
Perteneciente al Colegio de Jurisconsultos de Milán, fue vicario de provisión (praefectus urbis) en el año 1592. Ese mismo año fue enviado como oratore (embajador) milanés a la Corte española para evitar una reforma del Senado que cercenase los intereses y privilegios de la magistratura lombarda. Esta misión le confirió un enorme prestigio, como recuerda el eminente compilador del Derecho lombardo Giulio Cesare Ruginelli en la dedicatoria de su libro Practicarum questionum rerumque iudicatarum liber singularis (Venecia, 1610). Nombrado abogado fiscal del Estado de Milán el 25 de diciembre de 1599, ascendió en el servicio real obteniendo el puesto de magistrado extraordinario (29 marzo 1600), senador (1 agosto 1605) y regente del Consejo de Italia en marzo de 1606. Fue el segundo nominado del gobernador, el conde de Fuentes, y en la consulta elevada al Soberano el 11 de diciembre de 1605 se encomiaba su condición de “caballero y rico” además de buen jurista. Se puede decir que siguió literalmente los pasos de Alessandro Rovida, dado que fue ocupando las vacantes que éste iba dejando en su ascenso, en 1600, en 1605 y 1606. Como no tuvo hijos, se dedicó a favorecer a su hermano mayor, Gaspar, y sus hijos con cargos, honores, rentas y privilegios y culminaría su propio ascenso y el de su familia al conseguir para su hermano los feudos y título de conde de Turati y Masina.
En 1621 fue comisionado por el conde duque de Olivares para formar parte de la junta presidida por Fernando Carrillo para recuperar los bienes de la Corona enajenados por los duques de Lerma y Uceda, su cometido fue revisar las concesiones y mercedes hechas en Italia. Falleció en Madrid el 14 de agosto de 1627 a la edad de sesenta y nueve años. Su sobrino Ottone Caimo, que se encontraba en la Villa y Corte, se encargó de las exequias y de su enterramiento en la iglesia de los “chierici minimi”, franciscanos minoritas —tal vez la iglesia de San Pedro y San Pablo de los Italianos—, redactando un epitafio que decía: “Hieronymo. Caimo. Barthol. F. —patritio mediolanensi- iurisc.ex.collegio selec.iud - praefecto.urbis.aedilicia.potestate- ad Phillippum IV. Hisp.regem.Med.ducem.-pro patria sua legato - advocato. Fisc - quaestori. extraord.redit.- senatori -regio. in. iis. quae.Pertinent - ad. res. italas. - aliis-que .gravioribus. quibusque -consiliario-pictate. fide. scientia. rerum. usu - moderatione- morum. suavitate. conspicuus – vixit.Ann. lix. Decessit. xvi. Kal. Sept.- mdcxxvii. Otho Caimus Gasparis. F. Senator -patruo, opt.mer.p.”
Esta inscripción, recogida en las crónicas milanesas de la época, no llegó a ponerse nunca, pues el sobrino también falleció muy poco después, quedando inconclusa la tumba. Finalmente fue su hermano Erasmo quien incluyó una inscripción conmemorativa en la capilla familiar de Milán en el año 1652.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Secretarías Provinciales, título abogado fiscal 1347, 159-160; magistrado ext. id. 176v.-178; senador, 1351, 1-3; consulta para proveer su vacante en el Senado por promoción al de Italia, 55- 57; Archivo Histórico Nacional, Estado leg. 1892, Consulta para Consejo de Italia, 11 diciembre 1605, “publicada” en marzo 1606.
G. González Dávila, Teatro de las grandezas de la villa de Madrid Corte de los Reyes Católicos de España, Madrid, Thomas Lunti, 1623 (ed. facs., Maxtor, Valladolid, 2003), pág. 170; M. Caffi, Della Chiesa di San Eustorgio in Milano, Milano, Tipografía di Giudita Boniardi, 1841, págs. 17-26.
Manuel Rivero Rodríguez