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Pedro Mediavilla Núñez

Biografía

Mediavilla Núñez, Pedro. Palencia, 1824 – ?, s. xix. Militar y caballero Laureado de San Fernando.

Ingresó como soldado a los diecinueve años en el Regimiento de Córdoba, en el que al año siguiente recibió los ascensos a cabo segundo y primero, en 1846 a sargento segundo y en 1847 a primero.

Durante estos años guarneció las plazas de Valladolid, Zamora, Lérida y Barcelona, saliendo en 1845 de operaciones por la provincia de Tarragona.

En 1847 fue destacado a Bañolas, enfrentándose a los carlistas en diversas acciones. Al año siguiente fue trasladado al 1.er batallón Ligero de África, de guarnición en Melilla. En 1849 regresó a Barcelona, en cuya provincia volvió a participar en operaciones, hasta que a finales de ese año pasó destinado a unidades de la reserva en Palencia y más tarde en Segovia, obteniendo la licencia absoluta en el mes de agosto de 1851 con el grado de subteniente, otorgado por méritos de guerra en 1849.

Pocos meses después volvió a ingresar en el Ejército y fue destinado al Regimiento de la Princesa, en el que al año siguiente fue promovido al empleo de subteniente por elección y trasladado al Regimiento de Borbón.

En 1854, al producirse en Tarragona los sucesos del mes de febrero, fue preso y destinado a la reserva del 2.º batallón de Cazadores de Tarragona, hasta que, al producirse el alzamiento del mes de julio, pasó al batallón de Cazadores de Vergara, de guarnición en Zaragoza.

En mayo de 1855 salió en persecución del Escuadrón de Caballería de Bailén y las secciones de los de Aragón y Cataluña sublevados en Zaragoza a favor del carlismo y que pretendían unirse a la partida de Marco de Bello, hallándose el día 31 en la acción de los valles de Jérica y Camina (Castellón). Su participación en este hecho de armas fue premiada con la Cruz de San Fernando de 1.ª Clase.

En el mes de julio fue ascendido a teniente por antigüedad, pasando a servir en el batallón de Cazadores de Baza, con el que al año siguiente intervino en el bloqueo de Zaragoza, y más tarde salió de operaciones por el Principado de Cataluña.

En 1859 tomó parte en la Guerra de África, recibiendo el 20 de diciembre una herida grave. Tras recuperarse volvió de operaciones, y combatió en las batallas de Tetuán y Wad Ras, ganando en esta última el empleo de capitán por méritos de guerra.

Al término de la contienda pasó a la situación de reemplazo y más tarde fue destinado al Banderín de Ultramar en Burgos, del que en 1862 se le trasladó al de Cádiz. En 1863, con carácter de supernumerario, pasó al batallón provincial de Burgos y al año siguiente al del Ejército de la isla de Cuba con el empleo de segundo comandante, incorporándose a las fuerzas en operaciones en Santo Domingo y desempeñando en comisión el cargo de segundo jefe del 3.er batallón provisional. Durante el resto del año participó en la protección de convoyes e intervino en numerosas acciones de guerra hasta que, al año siguiente, regresó a Cuba, donde desempeñó, sucesivamente, los cargos de comandante militar de San Antonio de los Baños, isla de Pinos y Bayamo. En esta última plaza fue hecho prisionero por los insurrectos en el mes de octubre de 1868. Consiguió fugarse en enero del año siguiente, tras apresar al jefe y a varios componentes de la partida.

Durante los años siguientes intervino en diversas operaciones al mando de una columna y ejerció los cargos de comandante militar de Sancti Spíritus y Nuevitas, regresando en 1871 a la Península por encontrarse enfermo.

Permaneció entre julio de 1871 y julio de 1873 en situación de reemplazo en Valladolid y Aranda de Duero, siendo en dicha última fecha destinado al Regimiento de León, al que se incorporó en Vitoria para salir enseguida de operaciones contra los carlistas.

En 1874 fue baja en su unidad por haber obtenido el ascenso a teniente coronel por antigüedad, confiándosele el mando del batallón de reserva de Cáceres, con el que poco después se incorporó al ejército del norte, interviniendo en operaciones en las provincias de Logroño y Navarra.

Tras la desgraciada acción de Lácar, ocupó con el batallón de Cáceres, cuatro compañías del 2.º de la Princesa y alguna artillería e ingenieros, el cerro de Muriain, situado en una de las vertientes del monte Esquinza.

A pesar de las reiteradas embestidas del enemigo, defendió y mantuvo con un tercio menos de gente la importante posición que estaba confiada a su cuidado y al de los valerosos soldados de su mando, bisoños en su mayoría, que en aquella memorable jornada recibieron su bautismo de sangre.

En la noche del 3 al 4 de febrero de 1875 algunas fuerzas liberales se retiraron a Oteiza presas del terror; acudieron el teniente coronel Mediavilla, que cargó por un lado, y el comandante Alday por otro, pero no pudieron impedir que el enemigo asaltara los atrincheramientos, llegando algunos de los asaltantes hasta las dos terceras partes del terreno que ocupaban los liberales.

Atacaron éstos al fin resueltamente por ambos costados y rechazaron a los carlistas. Mediavilla resulto herido y muerto su caballo con veintisiete balazos. A pesar de todo, animó a su gente con repetidos ejemplos de valor, que enaltecieron su comportamiento al grado heroico establecido por la ley.

Los carlistas repitieron el ataque, pero los liberales les hicieron frente con serenidad, llegando ambos contendientes hasta a cruzar las bayonetas, a pesar de ser noche cerrada. La herida no le impidió a Mediavilla seguir luchando y rechazar a los carlistas, que de nuevo se lanzaron al ataque, pero esta vez con menor brío, dando ocasión a que en la retirada salieran los liberales a batirlos a campo descubierto, asegurando el cerro de nuevas embestidas.

Cerca de doscientas bajas experimentaron en uno y otro campo. El teniente coronel Mediavilla manifestó verdaderas condiciones de mando, de previsión y de resolución en la defensa del citado cerro, cuya pérdida hubiera ocasionado males incalculables para el Ejército y el país.

Como recompensa a su heroico comportamiento recibió el ascenso a coronel, concedido directamente por Alfonso XII, y la Cruz de San Fernando de 2.ª Clase, Laureada, por Real Orden de 31 de agosto de 1876, mientras el batallón de Cáceres obtuvo para su bandera la Corbata de San Fernando.

Una vez recuperado de su herida, se le encomendó el mando del Regimiento de Gerona, con el que siguió de operaciones, hallándose en la acción de Villarreal y en la batalla de Elgueta En los años siguientes prestó con su Regimiento servicio de guarnición en diversas plazas.

Poseía la Cruz de Carlos III, una Cruz blanca y dos rojas al Mérito Militar y la Medalla de Sufrimientos por la Patria.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. M-2430.

J. L. Isabel Sánchez, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando. Infantería, t. I, Madrid, Ministerio de Defensa, 2001.

 

José Luis Isabel Sánchez

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