Gargallo Manero, Primitivo. Castelserás (Teruel), 2.II.1918 – Tarragona, 20.X.1938. Militar y caballero laureado de San Fernando.
El 19 de julio de 1936 cooperó en Castelserás en el triunfo del levantamiento contra el Gobierno republicano, interviniendo seguidamente en la pacificación de varios pueblos de la zona e incorporándose el día 23 con su falange al cuartel de Los Castillejos, en Zaragoza.
Los meses siguientes actuó en las poblaciones de las inmediaciones de Zaragoza, tomando parte en el mes de agosto en el ataque a Osera y conquista de Villafranca de Ebro, y pasando en octubre a guarnecer las posiciones de la sierra de Alcubierre.
En enero de 1937 fue ascendido por méritos de guerra a subjefe de falange, asimilado a sargento, continuando de guarnición en la sierra de Alcubierre, donde resistió y rechazó duros ataques del enemigo, hallándose en el mes de junio en la reconquista del Monte Calvario. Entre los meses de septiembre y noviembre realizó el curso de alférez provisional, incorporándose a continuación al mando de la 51.ª Falange de la 1.ª Centuria de la 3.ª Bandera de Falange Española Tradicionalista (FET) de Aragón.
En 1938, tras un período de reorganización de su Bandera en Gurrea de Gállego, se trasladó a Zuera para relevar al Regimiento de Zamora. Roto el frente de Aragón en el mes de marzo, marchó a la Granja de Almudévar (Huesca), lanzándose el día 22 a la conquista de las posiciones de las Canteras de Almudévar, operación en la que fue citado como “Distinguido”.
Destinada su bandera al frente de Cataluña, en el mes de abril prosiguió su avance hacia el río Segre, siendo citado como “Distinguido” el día 2 en la conquista de Almacelles. Seguidamente pasó por Balaguer y relevó en San Lorenzo de Mongay al 5.º Batallón de Aragón, guarneciendo la cota 622 y la línea de Asentiu, contra las que el enemigo lanzaba frecuentes y violentos ataques y bombardeos.
En agosto se trasladó a Toledo para asistir al curso de teniente provisional, incorporándose a principios de octubre a su bandera, que había sido trasladada al frente del Ebro, siendo nombrado segundo jefe de la 1.ª Centuria.
El 9 de octubre se le encomendó a la 3.ª Bandera la misión de conquistar la posición n.º 102 del frente del Ebro, fuertemente atrincherada y defendida por numerosas armas automáticas, con una guarnición muy superior en número a las fuerzas asaltantes, así como con gran moral, por haber sido rechazados otros ataques.
En estas condiciones, el jefe de la bandera distribuyó sus fuerzas para el asalto, haciendo presente a la oficialidad la importancia del objetivo a atacar y que éste se realizaría sin apoyo de artillería ni aviación.
El teniente Gargallo pidió, y se le concedió, el mando de la 1.ª Centuria, que carecía de teniente comandante, por encontrarse enfermo.
El avance de las fuerzas propias se realizó con grandes dificultades por estar el terreno completamente batido por las armas automáticas de la defensa, por lo que antes de llegar a los emplazamientos señalados, para concentrarse primero y asaltar la posición después, costó el avance sensibles bajas, siendo herido grave en el pecho el teniente Gargallo, el cual, animado de un gran espíritu, no solamente se negó a ser evacuado, sino a curarse mientras no fuese ocupada la posición, continuando el avance al frente de su centuria hasta llegar a las mismas alambradas enemigas, muy batidas por las armas automáticas de la defensa, y ante el titubeo de los asaltantes les hizo reaccionar, animándolos personalmente, y dando ejemplo de gran valor, serenidad y desprecio de la vida, se lanzó por la brecha abierta por él mismo en las alambradas al asalto de la posición enemiga con granadas de mano, y fue el primero en poner el pie en la misma, combatiéndose con gran dureza y violencia al arma blanca para desalojar al contrario.
Por la importancia de la posición, y rehecho el enemigo, contraatacó éste rapidísimamente con toda violencia, resultando herido grave nuevamente tan valeroso oficial de un tiro en el vientre, negándose a ser evacuado, continuando en su puesto, de pie, animando a sus soldados y no consintiendo su evacuación hasta la terminación victoriosa del combate, siendo entonces trasladado al hospital de Zaragoza, donde falleció ocho días después de su comportamiento.
Recibió el ascenso a capitán a título póstumo y por Orden de 31 de julio de 1941 la Cruz laureada de San Fernando, cuya pensión pasó a cobrarla en 1946 su madre, Lorenza Manero Campos. Sus restos mortales se encuentran enterrados en el cementerio de su pueblo natal.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, leg. G-1921.
J. L. Isabel Sánchez, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando. Infantería, t. I, Madrid, Ministerio de Defensa, 2001.
José Luis Isabel Sánchez