Arnau Moret, Joan. San Feliu de Guixols (Gerona), 1603 – Barcelona, 1693. Pintor.
Poco se sabía de Joan Arnau hasta 1992 cuando Alfonso Emilio Pérez Sánchez escribía, a propósito de este pintor, “no sabemos nada”. Hoy se puede ofrecer un fragmento, si no definitivo, sí significativo de la trayectoria de este artista. La primera fuente que ofrece noticias sobre Joan Arnau es Palomino, que le dedica una elogiosa reseña, mientras que Ceán Bermúdez también lo hace acreedor de muchos méritos.
Pero es Palomino quien proporciona una noticia de primera magnitud al decir que Arnau “paso a esta Corte (Madrid) donde se perfecciono en la escuela de Eugenio Cajés (pintor que fue del señor Felipe IV)”.
Si se considera esta información fidedigna, resulta que Joan Arnau es uno de los pocos artistas catalanes que se marchó de su lugar de origen en busca de nuevos horizontes artísticos. Palomino también valora muy positivamente su estancia en Madrid, ya que al volver a Cataluña manifestó “su gran habilidad en diferentes obras”. A su regreso a Barcelona se estableció, primero en la plaza Nueva y después, en la calle Canuda.
Existe un documento notarial que proporciona una radiografía no solamente del taller de Arnau, sino también de las prácticas artísticas de esta época. Se trata de un contrato, realizado el año 1636, entre Joan Arnau y el negociante de pintura Pere Miquel Pomar.
El artista se compromete a pintar, en nueve meses, veinticinco cuadros de Nuestra Señora del Rosario y veinticinco cuadros del Rey David, todos ellos de seis palmos de altura por cinco de ancho. Asimismo, se le encargaron catorce cuadros de los Reyes Magos, que tenía que tener listos en cuatro meses. En síntesis, el encargo de Pomar supone la realización de sesenta y cuatro obras en muy poco tiempo, tarea imposible de realizar sin el soporte de un nutrido taller, apto para realizar esta copiosa producción seriada, dirigida a una clientela ávida de pintura.
Desgraciadamente, ha llegado poca obra de Joan Arnau. Muchas a las que Palomino se refiere han desaparecido.
Sin embargo, quedan algunas evidencias de su obra. La primera documentada es de 1634 y es el retablo de Sant Esteve del Coll (Barcelona), articulado con diferentes episodios de la vida del santo. Desde esta época hasta 1673 existe un persistente silencio, roto con el lienzo de la Inmaculada Concepción de la Pobla de Montornés (Tarragona), en donde la Virgen aparece rodeada de los símbolos de las letanías marianas, siguiendo la tipología tradicional del Tota Pulcra. Esta obra es especialmente importante porque es la primera obra firmada y datada por el artista: “Me fecit Ioanes Arnau.
Barcinone. 1673”. Y en 1680 pintó un retablo de pequeñas dimensiones para la capilla de la Concepción del castillo de Vilassar (Barcelona). Por último, cabe citar su ciclo de Sant Joan de les Abadesas (Gerona), pinturas que están relacionadas con el famosísimo Descendimiento del monasterio. Sin duda, y a pesar de la pérdida de muchas de sus obras, su conocimiento constituye uno de los eslabones clave para el conocimiento de la pintura seiscentista en Cataluña.
Obras de ~: Sant Esteve del Coll (retablo), 1634; Inmaculada Concepción, 1673; Concepción (retablo en el castillo de Vilassar), 1680; Pinturas de Sant Joan de les Abadesas, s. f.
Bibl.: J. A. Ceán Bermúdez, Diccionario histórico de los más ilustres profesores de Bellas Artes en España, Madrid, Imprenta de la Viuda Ibarra, 1800; J. F. Ráfols, Diccionario biográfico de artistas de Cataluña desde la época romana hasta nuestros días, Barcelona, Millá, 1951-1954; S. Alcolea, “La pintura a Barcelona durant el segle xviii”, en Anales y Boletín de los Museos de arte de Barcelona, XIV y XV (1959-1960 y 1961-1962), respect.; J. R. Triadó, L’epoca del Barroc. Segles xvii-xviii, vol. V, en F. Miralles (coord.), Història de l’Art Català, Barcelona, Edicions 62, 1983-2005; A. E. Pérez Sánchez, Pintura barroca en España, Madrid, Cátedra, 1992; I. Socias Batet, “Joan Arnau Moret (1603-1693), un pintor català retrobat”, en Butlleti de la Reial Academia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi, t. XIII (1999), págs. 187-214.
Inmaculada Socias Batet