Pedro de Osma, San. Bourges, Aquitania (Francia), s. XI – Palencia, 2.VIII.1109. Monje benedictino (OSB), obispo.
Se conoce una Vita anónima de san Pedro de Osma, escrita unos cincuenta años después de la muerte del obispo, en una versión resumida que aparece en los breviarios del obispo Pedro de Montoya (1454-1475), aunque también otras fuentes antiguas dan noticias sobre su vida. Destacó en su juventud por su amor a los estudios e ingresó como monje en el Monasterio de Saint-Orens de Auch, dependiente de Cluny, donde también era monje Bernardo, el futuro arzobispo de Toledo. Éste vino a España con el séquito de la reina Constanza a finales de 1079 y fue nombrado al año siguiente abad de Sahagún para suceder a Roberto, otro monje cluniacense caído en desgracia. Pero la llegada de Pedro a España debió de tener lugar en 1095, cuando Bernardo, ya arzobispo de Toledo, a su vuelta de un viaje a Roma pasó por Francia recogiendo clérigos que pudieran servir a sus intereses. De hecho, los más destacados de entre ellos (Giraldo de Moissac, Bernardo, Pedro y Raimundo de Agen, Jerónimo de Périgueux y el mismo Pedro de Bourges) terminaron ocupando importantes sedes episcopales en España. Pedro fue arcediano de la Iglesia toledana antes de ser nombrado primer obispo de la restaurada diócesis de Osma.
Los límites de la diócesis oxomense habían sido fijados en 1088 en el Concilio de Husillos; Bernardo, como metropolitano de aquella diócesis, tenía especial interés en tal restauración en contra de la sede burgense. Extraña un tanto que esperara hasta 1103 para nombrar un obispo residencial, cargo que recayó en su arcediano, Pedro. Como puede suponerse, la Iglesia de Osma se hallaba desprovista de todo lo necesario y no contaba ni con catedral ni con medios para levantarla. Pedro se dedicó primordialmente a la predicación y visita de toda su diócesis, organizándola de acuerdo con los criterios propios de la reforma gregoriana.
Ante el papa Pascual II, intentó ampliar los límites de su diócesis, pero no lo consiguió.
Alfonso VI murió en Toledo, el 1 de julio de 1109. Pedro asistió al entierro del Rey en el Monasterio de Sahagún, pero acabados los funerales se sintió gravemente indispuesto. Deseando morir en su diócesis, logró llegar hasta Palencia, donde murió el 2 de agosto, no sin antes pedir que su cuerpo fuera trasladado a Osma, como así se hizo. Después de un primer traslado en 1275, al que han seguido varios otros, sus reliquias se siguen venerando en la catedral oxomense.
Bibl.: J. López de Quirós y Lossada, Vida y milagros de S. Pedro de Osma, novilisimo galicano, patrón de esta Santa Iglesia, Valladolid, Imprenta de Antonio del Riego, 1724; J. Loperráez, Descripción histórica del obispado de Osma, vol. I, Madrid, Imprenta Real, 1788, págs. 76-95; F. Plaine, “Vita S. Petri oxomensis episcopi in Hispania ab anonymo suppari conscripta”, en Analecta Bollandiana, IV (1885), págs. 10-29; Q. Aldea, “Osma, Pedro de”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de la Historia Eclesiástica de España, vol. III, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1973, pág. 1849.
Miguel C. Vivancos Gómez, OSB