Barreda, Blas Vicente de la. Santillana (Cantabria), 1710 – Cartagena (Murcia), 8.II.1767. Teniente general de la Real Armada y bailío frey en la Orden de San Juan de Jerusalén (Malta), en la que llegó a ser gran cruz y comendador.
Perteneciente a una familia de la nobleza, sentó plaza de guardia marina en la Real Compañía de Cádiz el 1 de julio de 1725. Embarcó en varios navíos, tanto en ese empleo como en el de alférez de fragata, que obtuvo el 1 de enero de 1728.
En 1729 embarcó en un navío de la flota de Indias, el cual estaba mandado por el teniente general marqués de Mary, haciendo un viaje redondo a América, de donde vinieron con caudales que desembarcaron en Cádiz a partir del día de la llegada, 18 de agosto de 1730.
El 15 de febrero de 1730 había sido ascendido a alférez de navío.
Embarcado en la escuadra de Francisco Cornejo, que condujo al asalto anfibio de Orán al ejército del duque de Montemar (junio-julio de 1732), mereció recomendaciones especiales del mando por su bravo e inteligente comportamiento en los hechos de armas a los que concurrió.
En 1733 zarpó de Cádiz para Filipinas formando parte de la dotación de una fragata de guerra, regresando a Cádiz el 21 de diciembre de 1734.
Ascendió a teniente de fragata el día 17 de junio de 1735 y embarcado en una de la Armada, navegó por el Atlántico y el Mediterráneo, visitando las costas de Grecia, Italia y Francia.
El 23 de agosto de 1737 ascendió a teniente de navío y embarcó en Cádiz en el navío Septentrión en el que navegó primero por las costas de Cantabria, zarpando enseguida para un viaje redondo a Montevideo y otro igual a Canarias.
Ascendió a capitán de fragata el 28 de agosto de 1740, y embarcado en la escuadra de Blas de Lezo se halló en la defensa de dicho puerto contra los ingleses, en la que se condujo con extraordinaria valentía, y fue el comisionado por el teniente general Sebastián Eslava y por Blas de Lezo para traer a España la noticia de la victoria.
Tras esa última comisión, tomó el mando en Cartagena del navío Brillante de la escuadra del mando de Juan José Navarro de Viana, el que por el combate librado contra los franceses en aguas de cabo Sicié (Tolón), 22 de febrero de 1744, recibirá enseguida el título de marqués de la Victoria.
Tras dicho combate, la escuadra de Navarro entró en Cartagena el 10 de marzo de 1744 y el 14 de mayo ascendió a capitán de navío. En ese empleo tomó el mando del navío Hércules, de la misma escuadra, con el que efectuó diversas comisiones hasta el 26 de septiembre de 1746 en que quedó desembarcado, pasando destinado al Departamento de Cartagena.
Por Real Orden de 16 de junio de 1747 se le confirió el mando del navío Brillante con el que efectuó diversas comisiones, visitando puertos del reino de Nápoles, de Génova y de Francia. Tras un período de carena en Ferrol, salió para los puertos militares franceses de Brest y Rochefort, regresando a Ferrol en 1748 y efectuando, a continuación, diversos cruceros por las costas del Cantábrico.
Desarmado su navío y, por tanto, desembarcado, salió con licencia para tomar las aguas en Francia y restablecer su salud.
Por Real Orden de 15 de enero de 1752 fue nombrado comandante del navío Tigre en el cual arbolaba su insignia el jefe de escuadra Pedro Mesía de la Cerda, marqués de la Vega de Armijo, que era además el comandante general del Departamento de Cartagena.
El 19 de febrero del mismo año, pasó a mandar el Septentrión primer navío construido en el nuevo arsenal de Cartagena, para que efectuase con dicho buque un viaje de pruebas, lo cual verificó en unión del Tigre entre el 11 de marzo y el 5 de abril de 1752.
Tras una infructuosa salida hasta aguas del cabo San Vicente, en persecución de tres fragatas argelinas, volvió al mando del Tigre el 29 de julio de 1752. Este mismo día se dispuso se dividiesen en dos las fuerzas de Cartagena, tomando Barreda el mando de la segunda compuesta por su navío y cuatro jabeques.
Con ella cruzó entre los alfaques de Tortosa y el Estrecho, después de haber transportado a Barcelona dos batallones del Regimiento de Infantería de África, reforzado con el navío Reina, con misión de represión de la piratería berberisca. En estas operaciones avistó, el 3 de junio de 1753, dos galeotas tangerinas que llevaban un paquebote y un pingüe apresados la noche anterior entre cabo de Palos y Portman, con celeridad les dio caza y pudo restituir las presas a sus legítimos dueños.
Por Real Orden de 8 de septiembre de 1753 fue relevado en el mando de esa división y salió de licencia por enfermo. Restituido se reincorporó al servicio y tomó el mando del navío Galicia, con el que desempeñó una misión reservada cerca de las regencias de Argel, Túnez y Trípoli, regresando a Cádiz, donde desembarcó por haber sido promovido a jefe de escuadra el día 30 de mayo de 1755.
El 26 de junio de 1755 tomó el mando de una escuadra destinada a América, arbolando su insignia en el navío Infante, con el que zarpó de Cádiz para La Guaira, Cartagena de Poniente (hoy en día de Indias) y La Habana, donde quedó destinado como comandante de aquel apostadero. Durante su mando activó las construcciones navales del arsenal habanero, que botó tres navíos, dos fragatas y seis menores.
El día 15 de julio de 1760 ascendió a teniente general y el 14 de enero de 1762 cesó en el mando de Cuba, regresando a la Península y saliendo con licencia por enfermo para los baños de Archena.
El 21 de junio de 1762 tomó el mando del Departamento de Cartagena y, tras otra licencia para restablecer su salud, el 25 de mayo de 1765 arboló su insignia, de segundo jefe de la escuadra del mando del marqués de la Victoria, en el navío Triunfante, escuadra destinada a transportar a Génova a la serenísima infanta de España, María Luisa, y a regresar de allí con la princesa de Parma. La felicidad con que se llevó a cabo esta comisión le valió la concesión, por el Rey de Nápoles, de la Gran Cruz de San Genaro.
Al regresar a Cartagena, volvió a tomar el mando del departamento el día 12 de agosto de 1765.
Para premiar sus méritos, Su Majestad le concedió por Real Orden de 5 de junio de 1766 la gratificación de mesa (dinero que se libraba a comandantes de buque y almirantes para que diesen la comida a sus subordinados) como teniente general embarcado, en vez de la que le correspondía como comandante general del departamento.
El 8 de febrero de 1767 le sobrevino un ataque de apoplejía del que falleció, siendo sepultado el día 11 en la iglesia de los padres jesuitas de Cartagena con los honores de ordenanza.
Fuentes y bibl.: Archivo General de la Marina Álvaro de Bazán (Viso del Marqués, Ciudad Real), Secc. Cuerpo General, leg. n.º 620/117.
F. de P. Pavia, Galería Biográfica de los generales de Marina, Imprenta J. López, 1873; R. de la Guardia, Datos para un Cronicón de la Marina Militar de España, Ferrol, Imprenta del Correo Gallego, 1914; J. M. Blanco Núñez, La Armada en la primera mitad del siglo XVIII, Madrid, IZAR, 2001; La Armada en la segunda mitad del siglo XVIII, Madrid, Navantia, 2004.
José María Blanco Núñez
