Ayuda

Marceliano Soler

Biografía

Soler, Marceliano. Muel (Zaragoza), s. m. s. XIX – Zaragoza, c. 1945. Ceramista.

Último alfarero tradicional de Muel, miembro de una conocida familia de ceramistas. Antes que él, trabajaron en el alfar de los Camarasa: Pascual Soler, que rotuló con su nombre y el de la localidad alguna pieza de vajilla de hacia el tercer cuarto del siglo XIX (un plato conservado en el Museo de Bellas Artes de Zaragoza), y Ramón y Roque Soler, que firmaron algunas lápidas funerarias, como las inventariadas en los cementerios de las localidades zaragozanas de Atea y Jaulín, fechadas en 1855 y 1871. De los citados, Roque Soler Lezcano, manifestó tempranamente unas destacadas condiciones para el dibujo, que perfeccionó gracias al aprendizaje de esta materia en la Escuela de Artes y Oficios de Zaragoza, formación que le sirvió para trazar con facilidad cualquier decoración y, así, ser el artífice de la mejor azulejería con imágenes realizada en Muel entre la segunda mitad del siglo XIX y los inicios del XX. Conocemos asimismo la localización del obrador de otro miembro de esta saga, Mariano Soler, que estuvo instalado en el sector urbano denominado en la documentación del siglo XIX (1818) como el “Camino Real”, el cual venía a coincidir con el trazado de la antigua carretera de Zaragoza (calle de García Jiménez), en su margen izquierda y tramo final, cercano a la línea de tren, donde tuvo un “obrador-cueva”, en parte excavado en los montículos de arcilla que la delimitaban.

En este mismo barrio de obradores se hallaba el taller de Marceliano Soler, hijo de Roque Soler Lezcano, que tuvo que abandonar su trabajo en la localidad debido a la expropiación forzosa de su obrador y horno con motivo de la construcción, en los años treinta, de la línea de ferrocarril de Zaragoza-Caminreal. A consecuencia de ello se trasladó a Zaragoza, donde levantó un nuevo obrador en el barrio de Torrero, cerca del Cementerio y frente a la cárcel –recientemente clausurada– en el que trabajó hasta su fallecimiento en 1945. Su producción zaragozana fue, pues, por una parte, una prolongación de la antes realizada en Muel, ya que continuó haciendo el mismo tipo de obra tradicional, y, por otra, una renovación de ésta, adaptada al gusto de su nueva clientela. Vendió todo lo producido en el comercio de su propiedad abierto en la calle del Pilar y en la Sala Reino (propiedad de José María del Busto), una tienda y galería de arte inaugurada en 1942, a través de la que dio salida a los objetos cerámicos de diseño más moderno (azulejos, juegos de café, paragüeros, jarrones y vajillas que paliaban la casi total ausencia de objetos decorativos y de regalo en la ciudad como consecuencia del cierre de las fronteras internacionales después de la Guerra Civil). Algunas de estas piezas cerámicas correspondientes a la producción final de Muel fueron adquiridas por la Hispanic Society of America, de Nueva York, para su colección.

Hay que destacar dentro de la labor de Marceliano Soler la producción de azulejería obrada en su taller de Zaragoza. En él realizó los azulejos necesarios para el revestimiento de los suelos y muros del renovado monasterio de Cogullada (sito en las afueras de la capital aragonesa), coincidiendo con su adquisición por parte de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza (hoy, Ibercaja) y transformación en Escuela de Capacitación Agraria. El encargo, realizado en los cuarenta, fue continuado a su muerte por su yerno y sucesor en el oficio, Luis Valenzuela, ayudado por José Gil, antiguo dependiente de su tienda de la calle del Pilar, y era dado a conocer por la prensa local, en 1949. Con él se pretendió recuperar la tradición cerámica de Muel, imitando las azulejerías antiguas conservadas en algunas iglesias zaragozanas y colecciones privadas -tal como lo solicitaron el arquitecto responsable de la obra, Teodoro Ríos, y el director de la entidad, José Sinúes-, exigencia a la que supo dar forma Marceliano Soler y sus sucesores, manufacturando una azulejería pintada, renovada, cuyos diseños recuerdan los más característicos de los siglos XVI al XVIII. También realizaría los motivos cerámicos que se le encargaron para el ornato de la Academia General Militar y varios miles de tejas vidriadas necesarias para la restauración de la basílica de Nuestra Señora del Pilar. Su sucesor, Luis Valenzuela, se adaptó aún mejor a los nuevos tiempos, obrando las piezas cerámicas solicitadas en 1949 para la decoración del Cine Dorado, concebido dentro de una estética cubista, de acuerdo a los diseños de Santiago Lagunas, Fermín Aguayo y Eloy Jiménez Laguardia. Fabricó igualmente los azulejos pintados con motivos religiosos aplicados en los exteriores del Hospital de San Juan de Dios, también en Zaragoza.

 

Obras de ~: motivos ornamentales para la Academia General Militar, Zaragoza, 1936 ant.; tejas vidriadas para la restauración de la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, Zaragoza, 1936; azulejos para los arrimaderos y suelos del monasterio de Cogullada, Zaragoza, c. 1949.

 

Bibl.: Modern pottery from Muel in the colection of The Hispanic Society of America, New Cork, The Hispanic Society of America, New Cork, 1930; J. y J. Albareda, “La cerámica de Muel”, en Revista Aragón (Zaragoza) (1936), págs. 122-123; M. Gay, “Azulejos de Muel”, en Heraldo de Aragón (Zaragoza), 1 de enero de 1949, pág. 8; M.ª I. Álvaro Zamora, “El Museo Etnológico de Muel. Interés de sus fondos de azulejería”, en Artigrama (Universidad de Zaragoza, Departamento de Historia del Arte), 8-9 (1991-1992), págs. 165-198; Cerámica aragonesa, vols. I y III, Zaragoza, Ibercaja, 2002, págs. 36-37 y págs.88-104, 102-103 y 133-135, fig. 527; “Cerámica”, en VV. AA., Colección Ibercaja, Zaragoza, Departamento de Obra Social y Cultural de Ibercaja, 2003, págs. 451-506.

 

María Isabel Álvaro Zamora

Relación con otros personajes del DBE

Biografías que citan a este personaje

Personajes citados en esta biografía