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Antonio Boto Recatero

Biografía

Boto Recatero, Antonio. Regaterín. Madrid, 27.II.1876 – Barcelona, 18.III.1938. Torero.

Sobrino de los banderilleros Victoriano, Luis y Tomás Recatero, y hermano de Victoriano Regaterín Chico, novillero y luego también subalterno. La trayectoria de Antonio Boto es ejemplo de las dificultades por las que los toreros menos válidos, pero tesoneros, pasaban para destacar en su profesión; de cómo la plaza de Madrid se convertía (y se convierte) en la tabla de salvación para muchos diestros modestos; y, por último, un ejemplo de cómo una vida de torero podía edificarse cornada sobre cornada, todas graves y algunas terroríficas.

Toreó por primera vez en traje de luces el 8 de septiembre de 1894, en Talavera de la Reina, actuando en la cuadrilla de Jerónimo Gómez Currinche. El 30 de diciembre de ese mismo año toreó en Madrid, luciéndose en banderillas. Hizo su debut como novillero el 2 de junio de 1896 en León; antes de presentarse en Madrid toreó en plazas de mucha importancia, como Zaragoza, Valencia, Sevilla, Barcelona y, entre otras, Bilbao. En Madrid hizo su primer paseíllo el 5 de diciembre de 1897, junto a Juan Domínguez Pulguita Chico, con toros de Teodoro Gómez.

En ese mismo festejo, los jóvenes principiantes de la cuadrilla dirigida por un tal Medrano lidiaron dos moruchos embolados. Según Pérez López, Regaterín “estuvo valiente y con buenas maneras de muleta, escuchó palmas, en especial en el segundo. Bregó mucho y, a veces, con acierto”. Repitió actuación el 25 de diciembre en una novillada con motivo de las Fiestas de Navidad, en la que, además de la parte seria (Félix Velasco y Regaterín) también actuó la mojiganga de “El doctor y el enfermo”, en la que salió una caravana “al estilo asiático. Después salió un torete, picado en caballos de mimbre, banderilleado en cestos y estoqueado por Ramón Navarro Morito. También intervino la cuadrilla de principiantes dirigida por Medrano, para lidiar dos moruchos embolados”.

Según Pérez López, Regaterín estuvo valiente, pero menos lucido que en el festejo anterior; escuchó un aviso en el cuarto. Muy trabajador en brega y quites”.

La mojiganga estuvo deslucida y a Morito le dieron los tres avisos. Hizo mucho frío y a la plaza acudieron muy pocos espectadores.

Al año siguiente volvió a torear dos tardes en Madrid (5 y 9 de junio, este día sufrió una cornada seria en la mano), ninguna en 1899 (estuvo anunciado el 5 de noviembre, pero el festejo se suspendió debido al mal tiempo) y una en 1900 (el 18 de febrero, novillada que había sido aplazada por lluvia los días 4 y 11 anteriores), festejo en el que estuvo bien con un novillo y mal con el otro, por lo que escuchó los tres avisos. En 1901 volvió a torear dos tardes en Madrid y una en 1902, en lo que parecía ya el declive de su carrera.

Sin embargo, un golpe de suerte le cambió la vida.

El 1 de marzo de 1903 presenciaba como espectador una novillada en Madrid, en la que durante la lidia del segundo resultaron heridos Cocherito de Bilbao y Lagartijillo Chico. El sobresaliente Elías Labrador Pinturas lidió ése y el tercero, y antes de aparecer en la arena el cuarto, al ruedo saltaron varios novilleros, pidiendo permiso para torear los tres que faltaban.

A todos se lo denegó el presidente, excepto a Regaterín.

Estuvo Antonio Boto tan lucido, que en ese año 1903, de triunfo en triunfo, toreó nada menos que doce novilladas en Madrid, siendo el que más paseíllos hizo esa temporada en la capital. Al año siguiente toreó seis tardes en Madrid. Cuando parecía que la carrera ya estaba relanzada, tomó la alternativa el 30 de octubre de 1904 en Ondara, de manos de Lagartijillo Chico, si bien durante 1905 regresó a las filas de los novilleros (toreó nueve tardes en Madrid).

El 17 de septiembre de este mismo año volvió a tomar la alternativa (en Madrid, en esa ocasión), de manos de Rafael González Machaquito, que le cedió el toro Torrecillo, de Benjumea.

Conquistado ya cierto nombre, desde 1905 hasta 1915 toreó doscientas ocho corridas en España, Francia y Portugal, además de algunos festejos en ruedos americanos. Se retiró el 27 de junio de 1916 en Madrid, alternando con Rafael Gómez Gallo y Juan Belmonte.

Regaterín fue un torero muy castigado por los toros; entre sus percances más graves se cuenta el que sufrió en Barcelona el 23 de julio de 1899, cuando un toro de Miura le dio una cornada en el cuello y el pitón le salió por la boca; como consecuencia, perdió los dientes y la lengua.

Según Cossío, que ofrece la relación de percances, Antonio Boto Recatero “ha sido un torero en el que predominó el valor sobre sus demás cualidades. De su lucha con las fieras le quedó el cuerpo cubierto de cicatrices, y una sobre otra no le quitaron arrestos al mozo, pero sí fuerzas. Su papel en la tauromaquia ha sido si no de mucho esplendor, sí de mucha honra”.

Tuvo fama en su tiempo de ser el matador que con mejor estilo consumaba la suerte del volapié.

Retirado de los toros, ejerció como asesor taurino de los presidentes de la plaza de Madrid, cargo que ocupó hasta el estallido de la Guerra Civil. Regaterín, el torero que tantas veces había esquivado la muerte en los pitones de los toros, falleció en Barcelona víctima de un bombardeo.

 

Bibl.: Paco Pica-Poco (M. Álamo), Antonio Boto (Regaterín). Biografías de los toreros del día, Madrid, Félix Moliner, 1909; VV. AA., Antonio Boto (Regaterín) y el 27 de junio de 1916, Madrid. Imprenta de Crespo, 1920; Uno al Sesgo (T. Orts Ramos), Antonio Boto (Regaterín). Su vida, sus hechos, juicios críticos, Barcelona, Ediciones B. Bauzá, col. Los Reyes del Toreo, s. f.; J. M. Cossío, Los toros. Tratado técnico e histórico, vols. III y V, Madrid, Espasa Calpe, 1943 y 1980, págs. 130-131 y pág. 708, respect.; F. Claramunt, Historia ilustrada de la Tauromaquia, Madrid, Espasa Calpe, 1989; D. Tapia, Historia del toreo, vol. I, Madrid, Alianza Editorial, 1992; N. Luján, Historia del toreo, Barcelona, Destino, 1993 (3.ª ed.); V. Pérez López, Anales de la plaza de toros de Madrid (1874-1934), t. I (vol. 2) y t. II (vol. 3), Madrid, Unión de Bibliófilos Taurinos, 2004 y 2006, respect.

 

José Luis Ramón Carrión

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