Pérez Espolita, Gonzalo. Avilés (Asturias), 28.VIII.1901 – Oviedo (Asturias), 21.I.1966. Pintor.
Hijo de un pintor decorador que era el progenitor de una familia numerosa en la que al menos cuatro de los hijos fueron pintores de cierta incidencia en la vida artística local, Gonzalo Espolita se dio a conocer en la primera de las exposiciones de arte avilesino organizadas —al menos tuteladas— por José Francés.
Inició su formación en la Escuela de Artes y Oficios de su ciudad natal, en la que permaneció hasta que su obra sobresalió en aquella primera exposición del año 1922 y le valió para que el Ayuntamiento de Avilés le becase, junto a su hermano Juan y Luis Bayón, para ampliar estudios en la Escuela Especial de Pintura de Madrid. Allí permaneció durante tres cursos completos hasta que la parquedad de la beca y también los primeros brotes de la enfermedad mental que aquejó durante toda su vida a su hermano Juan, le obligaron al regreso sin haber culminado la titulación. Desde entonces y hasta 1934 participó en la totalidad de las exposiciones auspiciadas por José Francés en Avilés y antes lo había hecho en la de pintores asturianos organizada por el diario El Heraldo de Madrid en los bajos de la Biblioteca Nacional y en la que su obra llamó poderosamente la atención de Ramón del Valle-Inclán.
En 1929 fue seleccionado para la Exposición Internacional de Pintura de Barcelona celebrada en el marco de la Exposición Universal. A partir de esta fecha, acuciado por la penuria económica en la que se movía su familia, su pintura se volvió más comercial y perdió gran parte del vigor y originalidad que tenía en sus comienzos, algo que le valió tanto para hacerse con un prestigio local como para impedirle un mayor conocimiento y trascendencia en el ámbito regional o nacional. Sin olvidar el paisaje, género en el que había destacado y especialmente en las marinas, los bodegones y los retratos serán los temas que trate con mayor frecuencia. Su fama local le valió para realizar encargos de cierto empaque, como los frescos en la iglesia de los Franciscanos o el gran lienzo del Descubrimiento para el Centro Asturiano de La Habana. Sus últimos años los dedicó especialmente a la enseñanza en su propio estudio y la dinastía parecía continuarse en su hijo Gonzalín que, desgraciadamente, tan sólo le sobrevivió un año.
Obras de ~: La Ferrería, 1923; Al mercado, c. 1923; Baco, c. 1924; Plaza del Carbayedo, 1929; Desde el estudio, c. 1945; La noria del Jardín de Ferrera, c. 1950; Fuente del Jardín de Ferrera, c. 1950; Descubrimiento, c. 1950; Avilés nevada, c. 1955; Bodegón del besugo, 1955.
Bibl.: J. Francés, [“crítica”], en El Año Artístico (1922, 1923, 1924 y 1925); C. Suárez, Escritores y artistas asturianos, Madrid-Oviedo, Imprenta Sanz Hermanos-Instituto de Estudios Asturianos, 1936-1959; N. Santos, Cara a cara con los artistas avilesinos, Avilés, Imprenta La Voz de Avilés, 1975; Juan Espolita-Gonzalo Espolita, Oviedo, Banco Herrero, 1975; J. Barón Thaidigsmann y C. Cid Priego, El arte en Asturias a través de sus obras, Oviedo, Editorial Prensa Asturiana, 1996; L. Feás Costilla, Artistas Asturianos, t. II, Oviedo, Hércules Astur, 2002; VV. AA., Diccionario Enciclopédico del Principado de Asturias, t. VI, Oviedo, Ediciones Nobel, 2004.
Ramón Rodríguez Menéndez
