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Alonso del Canto

Biografía

Canto, Alonso del. Santa María de Nieva (Segovia), p. t. s. xvi – ?, ú. t. s. xvi. Diplomático, contino.

Procedente de una familia de la baja nobleza, Alonso del Canto consiguió establecer su hidalguía en 1539. Entonces ya había entrado al servicio del emperador Carlos V, quizá como sobrino o primo de Mariana de Peralta, la esposa del secretario Francisco de Eraso. Fue nombrado contino a finales de los años 1540 y llevó a cabo varias misiones en el Sacro Impe­rio y los Países Bajos. Al menos desde 1552 desem­peñó el cargo de contador de la artillería en Malinas; actuó como tal en la batalla de San Quintín (1557). Hasta 1561 fue contador de sueldo de las tropas espa­ñolas en los Países Bajos.

En 1561 obtuvo una comisión para buscar y repa­triar a herejes españoles que estaban en el norte de Europa. Desde abril de 1561 cobraba, aunque de ma­nera irregular y deficiente, un salario de 75 escudos al mes por esta función. En esta capacidad trabajaba en Inglaterra, los Países Bajos, Francia y el Sacro Im­perio y empleaba a un equipo de entre cuatro y diez agentes. Logró repatriar, por ejemplo, al valenciano Fadrique Furió Ceriol y encontró a numerosos here­jes españoles relacionados al monasterio de San Isidro de Sevilla.

Entre 1561 y 1566 envió informes a la Corte espa­ñola desde Bruselas, junto al fraile agustino Lorenzo de Villavicencio, tocando a las elites gubernamen­talesde los Países Bajos, especialmente sobre la defi­ciente persecución de los protestantes y la actitud de los nobles descontentos, el príncipe de Orange y los condes de Egmont y Horne. Presentó una imagen de­sastrosa de la situación religiosa y política en los Paí­ses Bajos a la víspera del tumulto iconoclasta (1566) y aconsejó a Felipe II que enviara al duque de Alba para reponer el orden. En 1566, al verse amenazado de muerte en los Países Bajos, volvió a España.

En 1568 volvió a Bruselas para servir al duque de Alba, acompañado por su mujer. No obstante, en 1573 se vio encarcelado en Madrid por orden de los contadores mayores de cuentas y se le quitó su fun­ción, dejando a su mujer y a sus hijos, como decía el mismo Del Canto, muriendo de hambre en los Paí­ses Bajos.

 

Fuentes y bibl.: Instituto Valencia de Don Juan, envío 37, 6.L. P. Gachard (ed.), Correspondance de Philippe II sur les affaires des Pays-Bas, vol. I, Bruxelles, Librairie Ancienne et Moderne, 1848; L. P. Gachard, Correspondance de Marguerite d’Autriche, duchesse de Parme, avec Philippe II, vol. I, Bruxelles, 1867; P. D. Lagomarsino, Court factions and the formulation of Spanish policy towards the Netherlands (1559-1567), tesis doctoral, Cambridge, University of Cambridge, 1973 (inéd.), págs 40-41; R. W. Kinder y A. Gordon Kinder, “The pur­suit of Spanish heretics in the Low Countries: the activities of Alonso del Canto 1561-1564”, en Journal of Ecclesiastical History, 30 (1979), págs. 65-93.

 

Liesbeth Geevers