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Francisco Sánchez Barbero

Biografía

Sánchez Barbero, Francisco. Floralbo Corintio. Moriñigo (Salamanca), 1764 – Melilla, 1819. Humanista, poeta, erudito y político.

Los padres de Sánchez Barbero fueron unos labradores de Moriñigo, un pueblecito de pocos habitantes muy cercano a Salamanca. Según unos autores, entró en el Seminario Conciliar de esta ciudad a los nueve años; según otros, fue a la edad de los doce. Durante el período que pasó en el Seminario estudió Lengua Latina, Retórica y Poética, y se aplicó a la afición y cultivo de los modelos más excelsos de la Antigüedad Clásica. Desde un principio, se sintió más versado en Homero y Virgilio que en los padres de la Iglesia. Durante su etapa como estudiante en Salamanca, Sánchez Barbero mostró una gran pasión por la poesía, lo que le llevó a profesar una gran admiración por los escritores de la escuela salmantina de aquel momento, como Meléndez Valdés, Cadalso o Iglesias de la Casa. Aunque ya instruido en los clásicos grecolatinos, la lectura de estos autores le ayudó a perfeccionar profundamente su estilo literario. De hecho, llegó a tratar con Meléndez e Iglesias, a los que presentó sus primeros ensayos. A éstos les agradó su estilo y le animaron a que continuara escribiendo, después de darle algunos consejos.

Puesto que no le atraía la carrera eclesiástica, Sánchez Barbero abandonó en 1788 el Seminario, después de haber terminado sus estudios de Teología y de Filosofía y de haber obtenido el grado de bachiller. Seguidamente, estudió Jurisprudencia y en Madrid ejerció con éxito la abogacía. De hecho, también en la capital de España se empezó a dar a conocer por su talento poético, tanto por sus composiciones latinas como castellanas, aunque las primeras sobresalían especialmente por su calidad. En este período conoció a Leandro Fernández de Moratín, a quien probablemente leyó su tragedia Coroliano, que se menciona en los Orígenes del teatro español y que no se sabe si llegó a imprimirse. Una elegía en verso castellano dedicada a la muerte de la duquesa de Alba, y titulada En la muerte de la Duquesa de Alba, permitió que Sánchez Barbero fuera considerado uno de los mejores poetas de la Villa y Corte, lo que facilitó su entrada a la Academia de los Arcades de Roma con el seudónimo de Floralbo Corintio. El éxito que estaba teniendo en el mundo de las letras españolas se vio confirmado con la impresión, en 1805, de Saúl, un melodrama en dos actos y, sobre todo, del manual educativo, los Principios de retórica y poética. Con respecto a este último, frente a los manuales clásicos cargados de reglas complejas y de estilo oscuro, los Principios [...] de Sánchez Barbero tratan de enseñar la Retórica con reglas sencillas y ejemplos de composiciones que aclaraban aún más los preceptos. En 1825, el Gobierno propuso este manual como modelo en el plan de estudios y, dos años más tarde, fue elogiado por la Gaceta de Madrid de octubre de 1827. En 1854 Alfredo Adolfo Camús, catedrático de Literatura Grecolatina en la Universidad Central, reeditaría la parte de la Poética como libro de texto universitario junto con la oficial Retórica de Hugo Blair. Después de la Retórica, Sánchez Barbero compuso tres Odas al combate de Trafalgar que le confirmaron como uno de los mejores poetas de la Corte. Entre tanto, los soldados napoleónicos invadieron España. Sánchez Barbero arremetió contra ellos con versos que atacaban a los invasores y a su Emperador. Por este motivo, fue encarcelado en 1809 y le confinaron a Francia. Sin embargo, en Pamplona logró escaparse. Antes de su huida le robaron diversas obras literarias: siete tragedias, una comedia, y un poema de las cuatro edades del hombre, que se comparaba con las cuatro estaciones del año. Una vez que se libró de los franceses, Sánchez Barbero pasó medio año escondiéndose y recorriendo media Península Ibérica para que no le capturaran. Por fin, pudo llegar a Cádiz, donde se encontraba el Gobierno legítimo de España. Allí fue admitido como colaborador en el periódico El Conciso.

Una vez expulsados los franceses, Sánchez Barbero pudo volver a Madrid en 1813, donde comenzó a publicar el periódico El Ciudadano Constitucional. Durante la Regencia se le nombró bibliotecario de San Isidro y censor de los teatros. No obstante, con la llegada del rey Fernando VII, una oda a la apertura de la Cátedra de la Constitución en San Isidro, así como sus opiniones como editor en el periódico antes mencionado, le atrajeron animadversiones y persecuciones por su talante liberal. De nuevo, fue encarcelado durante diecinueve meses en la cárcel de la Corte, donde perfeccionó su gramática latina, que presentó al Gobierno y a la que no se le hizo ningún caso, a pesar de la aprobación más que favorable de la Real Sociedad Económica Matritense. Años más tarde, en 1829, sería publicada por un particular. Al igual que la Retórica, su Gramática destaca por su sencillez y su ánimo de introducir en España el método educativo racionalista que predominaba en ese momento en Europa (esencialmente en Francia) para la enseñanza de la lengua en general y del latín en concreto. En la cárcel también compuso otras obras, como una ópera que tuvo gran éxito en el teatro.

En la noche del 17 al 18 de diciembre de 1815 se confinó a Sánchez Barbero al presidio de Melilla, donde estaría hasta el fin de sus días. En Melilla tampoco perdió el tiempo y compuso diversas composiciones tanto latinas como castellanas. En el primer caso, imitó a los clásicos como Horacio, Ovidio, Marcial, Catulo, etc. Destacaban, entre estas composiciones, Ovidio y Gradus ad Parnasum. En el segundo caso, escribió romances, letrillas y cantatas, entre las que sobresalen dos odas en la muerte del duque de Fernandina. Las composiciones españolas de Sánchez Barbero fueron menos valiosas que las latinas, porque en las primeras se sentía más cómodo para dar rienda a sus sentimientos y porque temía el espionaje al que le sometían los carceleros.

El 23 de octubre de 1819 moría Sánchez Barbero pobre y en la miseria en la cárcel de Melilla. Su vida estuvo llena de dificultades y penurias. Muchas de sus obras no llegaron a publicarse, otras se perdieron y otras no alcanzaron el éxito que merecía. Según Ramajo y Gil Sanz, que escribieron sobre su vida, le faltó un mecenas, como solían tener los poetas más importantes de su tiempo. Si lo hubiera tenido, se le hubiera reconocido exitosamente su talento como humanista y, sobre todo, como poeta latino.

 

Obras de ~: Composición poética en la muerte de la excelentísima señora Doña María del Pilar Teresa Cayetana de Silva Álvarez de Toledo, Duquesa de Alba, Madrid, Imprenta de la Administración del Real Arbitrio de Beneficencia, 1803; Principios de retórica y poética, Madrid, Imprenta de la Administración del Real Arbitrio de Beneficencia, 1805; Saúl, Melodrama en dos actos, Madrid, Imprenta de la Administración del Real Arbitrio de Beneficencia, 1805; Composiciones poéticas sobre el combate naval del día 21 de octubre de 1805, Madrid, Imprenta de la Administración del Real Arbitrio de Beneficencia, 1806; Gramática Latina, precedida de un discurso sobre la Gramática General, aprobada por la Real Sociedad Económica, compuesta por ~, Madrid, Imprenta de Repullés, 1829; “D.ª Manuela Prieto”, en Revista de España, de Indias y del Extranjero, XI (1848), págs. 179-190; Poesías (Odas, Elegías, Silvas, Epístolas, Cantatas, Romances, Cantilenas, Letrillas, Composiciones varias, Diálogos satíricos, Óperas), Madrid, Rivadeneyra, 1869- 1875, págs. 551-641; Poesías latinas, Santander, Imprenta de la Librería Moderna, 1935; Coriolano, s. l., s. f. (¿inéd.?); Las cuatro edades del hombre, s. l., s. f. (desapar.).

 

Bibl.: M. José Quintana, “Composición poética en la muerte de la Duquesa de Alba: por Don Francisco Sánchez”, en Variedades de Ciencias, Literatura y Artes, t. III (1803), págs. 183-187; J. M. de Carnerero, “Composiciones poéticas sobre el combate naval del día 21 de Octubre de 1805”, en Memorial Literario. Biblioteca Periódica de Ciencias y Artes, 39 (1806), págs. 97-109; F. Sánchez Barbero, Gramática Latina [...], op. cit., págs. III-XIV; A. A. Camús y Cardero, Curso elemental de Retórica y Poética. Retórica de Hugo Blair. Poética de Sánchez, Madrid, M. Rivadeneyra, 1847; J. M. Calatrava, “Muerte de D. Francisco Sánchez Barbero. Carta de D. José María Calatrava”, en Revista de España, de Indias y del Extranjero, t. XI (1848), págs. 283-287; M. Ramajo y A. Gil Sanz, “Don Francisco Sánchez Barbero. Noticias biográficas y juicios críticos. I” y “Don Francisco Sánchez Barbero. Noticias biográficas y juicios críticos. II”, en L. A. de Cueto, marqués de Valmar, Poetas líricos del siglo xviii, vol. II, Madrid, Rivadeneyra, 1869-1875 (Biblioteca de Autores Españoles, n.º LXIII), págs. 551-554 y págs. 554-558, respect.; VV. AA., Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, t. LIII, Madrid, Espasa Calpe, 1988, pág. 1205; J. Espino Martín, “Política y enseñanza del latín: Liberales y conservadores en la gramática latina durante el reinado de Fernando VII”, en Estudios Clásicos, 123 (2003), págs. 45-65.

 

Javier Espino Martín

Relación con otros personajes del DBE

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