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Gabriel de Llupiá de Pagès-Vallgornera

Biografía

Llupià de Pagès-Vallgornera, Gabriel de. Señor de la Vall de Conat. Perpiñán (Francia), c. 20.II.1595 – ¿Barcelona?, I.1673. Militar, gobernador general de Cataluña, general de Artillería del reino de Sevilla, y caballero de Santiago.

Hijo mayor de Joan de Llupià de Saragossa (1572- 1657), señor de Vall de Conat, y de Marina de Pagès de Gleu (1574-1643). Su padre obtuvo su primer mando militar en 1594, y en 1597 combatió a los franceses en la invasión de Alfonso Corso; fue posteriormente carlán (castellano) de Elna, alcaide de Perpiñán y procurador real de Rosellón y Cerdaña, como sucesor de su hermano mayor Gabriel.

Gabriel de Llupià de Pagès pidió, desde 1629, suceder a su padre en la alcaidía de Perpiñán, alternando sus actividades políticas con las militares. En agosto de 1635 fue elegido visitador del general en Perpiñán; ese mismo mes formó parte de una embajada al virrey duque de Cardona en protesta por una aprehensión ilegal del marqués de Villafranca. En 1636 ocupó el cargo de sargento mayor de la milicia que se levantaba para acudir a la frontera con Francia, y al año siguiente encabezó otra embajada al virrey para darle cuenta de la fábrica y distribución de armas a las poblaciones. En 1639 mandó uno de los tercios de la milicia catalana en la campaña para la recuperación de la fortaleza de Salses, distinguiéndose en los primeros combates en los que resultó levemente herido.

A mediados de junio de 1640, ocupó la alcaidía de la villa rosellonesa, y cerró el paso a los tercios hispánicos, a los que se les había negado el alojamiento, y que entonces pretendían asaltar la población. Cuando se produjo el bombardeo indiscriminado de los enojados militares, Llupià y el obispo de Elna consiguieron detener aquella barbarie provisionalmente, y, más tarde, mediaron con las autoridades locales para evitar males mayores. Una vez sometida y ocupada militarmente la villa, no tardaron en producirse los primeros contactos conspirativos con las autoridades francesas, razón por la cual el gobernador Juan de Garay le mandó prender, inculpado de haber tomado parte en algunas de las reuniones. Bajo palabra del juez de la Audiencia Ramón Rubí de Marimón, fue liberado, no antes de mediados de febrero de 1641, y ya a finales de ese mismo año tomó parte en el asedio francocatalán de Cotlliure, donde tuvo ocasión de repeler una salida de los defensores.

En este punto, Gabriel de Llupià cambió de bando, gracias a las gestiones de Rubí de Marimón, que consiguió para él un hábito de Santiago (1641), el cargo de gobernador del Rosellón y la futura sucesión de la procuraduría real para su hijo; pudiendo ejercer, al mismo tiempo, el mando supremo del tercio del Rosellón. Llupià pasó a la Corte, donde permaneció, pensionado, desde principios de 1643 hasta que recibió su primer mando bajo las banderas de Felipe IV, que fue la recuperación de Agramunt (1644), población que tomó haciendo explotar la puerta de la muralla. Llupià fue sucesivamente gobernador de las plazas de Áger y de Agramunt. A mediados de octubre de 1646, fue nombrado maese de campo del tercio que se pretendía levantar con los exiliados de Tortosa en el Maestrazgo. Su papel durante las campañas finales de septiembre de 1651, fue clave, al conseguir someter muchas villas y obtener la colaboración de los miquelets con el marqués de Mortara. Nombrado gobernador general del Principado de Cataluña, por Real Privilegio de 3 de diciembre de 1648, no pudo jurar el cargo en Barcelona hasta el siguiente 2 de mayo de 1653. Poco después, sometía las comarcas de Olot y de Vic, donde los alojamientos militares habían producido graves revueltas, y asimismo acudía al socorro de Puigcerdán, asediada por los franceses (verano de 1653).

Tras esa primera fase de la guerra, su actividad se limitó básicamente a dar a conocer las órdenes reales o a representar al virrey; en septiembre de 1662 asumió la viceregia en ausencia de virrey. En marzo de 1668, acompañó a Gerona al virrey duque de Osuna para inspeccionar las fortalezas fronterizas, operación que repitió en octubre de 1670, con el virrey duque de Sesa.

Murió en enero de 1673, tal y como lo anunciaba por carta una autoridad francesa del Rosellón, que añadía que había sido Llupià “homme d’esprit, intrigant et fidell a l’Espagne”. En Perpiñán, que quedó para Luis XIV, le fueron confiscados todos sus bienes, rentas y posesiones, y en noviembre de 1653 fueron adjudicados, en su mayor parte a Felip de Copons y a Josep de Margarit. Gabriel de Llupià había desposado en 1625 con su prima Francesca de Ballaró (viuda, a su vez, de su tío de igual nombre), y fue su sucesor Manuel de Llupià de Ballaró, general de Artillería, gobernador general de Cataluña y caballero de Alcántara (1643), que asistió al Parlamento de 1653 y a las Cortes de 1701 y de 1705, y que pudo ver restituidos los bienes rosellonenses de la familia en 1679, tras la firma del tratado de Nimega.

 

Fuentes y bibl.: Archivo de la Corona de Aragón, Consejo de Aragón, legs. 279, 292, 380 y 395; Arxiu Pablo de Sàrraga, caja n.º 43, camisa “Lupià”; Archives Históriques de Vincennes, A 356, n.º 28; Biblioteca de Catalunya, F. Bons, n.º 5639.

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Manuel Güell Junkert