Cifuentes, Miguel de. Gijón u Oviedo (Asturias), f. s. xv-p. s. xvi – Oviedo (Asturias), c. 1566. Jurista.
Aunque los autores parecen coincidir en que nació en Gijón o en su concejo, no es dato seguro. En la impresión de sus comentarios a las leyes de Toro de 1546 se afirma que era “naturali ratione originis ville de Gijon”, es decir, natural de esta localidad. De no haber nacido allí, lo más probable es que el hecho ocurriera en Oviedo, donde los Cifuentes también residieron: el bachiller Juan de Gijón fue canónigo de la catedral ovetense desde 1453, y figuran como hijos suyos, Frigión de Cifuentes, muerto en 1485 y enterrado en el claustro de la iglesia mayor ovetense, y Jorge de Cifuentes, racionero desde 1497. Éste es el círculo familiar inmediato del biografiado. Descendía de una de las familias más nobles y calificadas de Gijón, pero es cierto que residió la mayor parte de su vida en Oviedo (civi ovetensi), donde ejerció la abogacía y fue juez, al menos en los años 1531, 1532 y 1537. También se ignora dónde cursó sus estudios superiores, posiblemente en algún colegio o universidad de Castilla, y allí alcanzó la licenciatura. No obstante, en las impresiones de su obra se le denomina doctor en Derecho civil y canónico: “per doctorem Michaelem de Cifuentes, in utraque iuris sapientia peritum”.
Estuvo casado con Teresa González de Lavandera, hija de Luis de Lavandera, canónigo de Oviedo en 1495, también oriunda de Gijón, aunque se la identifica como natural de Oviedo, y de estirpe hidalga, de solar conocido en la aldea de su apellido. Con ella tuvo al menos cinco hijos: Ana, esposa del escribano del número de Oviedo, Juan Estébanez de la Plaza, padres a su vez del doctor Nicolás Estébanez de la Plaza, canónigo de Oviedo en 1613; Isabel, mujer del licenciado Querubín de Lorenzana, y progenitores del doctor Baltasar de Lorenzana, abad de San Adriano de Tuñón (Asturias), y oidor y presidente de la Chancillería de Valladolid, a principios del siglo xvii; María, que contrajo matrimonio con Juan de Llanos Cifuentes, vecino y regidor de Gijón; Gabriel, cura de Lastres (Colunga, Asturias), y el licenciado Juan de Cifuentes, el que sucedió en el mayorazgo familiar —acaso el particular del mismo nombre que figura, en 1565, como colegial del Grande de San Antonio de Porta Coeli de Sigüenza— que casó con María de Valdés, en la que tuvo descendencia.
Profesó esta familia rigurosos sentimientos estamentales de superioridad social, y así cuando quiso significarlos en una lápida de la capilla de san Juan Evangelista del convento dominicano de Oviedo, se levantó en la ciudad un gran escándalo.
Los autores le atribuyen diversas obras a Miguel de Cifuentes: Escudos de armas reales (Salamanca, 1536) y Ordenamiento real de Castilla. Con notas (Medina del Campo, 1555), pero la que le ha dado notoriedad es la de los comentarios a las leyes de Toro.
Por vía testamentaria, Miguel de Cifuentes, junto con su mujer, erigió un mayorazgo en el que incluía las casas grandes de Cimadevilla de Oviedo, donde residían. Debió de fallecer alrededor del año 1566, pues en este tiempo ya aparece viuda Teresa González.
El historiador dominico fray Juan de Taboada dice que recibió sepultura en el convento de Nuestra Señora del Rosario de la Orden de Predicadores, en Oviedo, el día de las octavas de san Pedro y santa Catalina de 1568. Los Cifuentes, en cumplimiento de su voluntad, establecieron en 1569 la referida capilla de San Juan, que es la del crucero, al lado del evangelio, de acuerdo con el sentido afecto que profesaban a los dominicos.
Obras de ~: Glosa de Cifuentes. Nova lectura sive declaratio legum Taurinorum edita a Michaele de Cifuentes civi ovetensi: et naturali ratione originis ville de Gijon, Salamanca, Juan de Junta, 1546.
Fuentes y bibl.: Archivo Capitular de Oviedo, Actas Capitulares, A, D, E. Pruebas: Genealogía y Limpieza de sangre, Pruebas del doctor Nicolás Estébanez de la Plaza, 1613, XII- 10 y Pruebas del licenciado Baltasar de Lorenzana, 1593, XXIV- 4. Archivo Histórico Provincial de Asturias, Protocolos de Oviedo, 6862, y Protocolos de Gijón, 1752 y 1754.
C. Miguel Vigil, Asturias monumental, epigráfica y diplomática, Texto, Oviedo, Imprenta del Hospicio Provincial, 1887, pág. 176; C. Suárez, Escritores y artistas asturianos. Índice biobibliográfico, vol. II, Madrid, Imprenta de Saez Hermanos, 1936, págs. 115-116; Marqués de Ciadoncha, Índice de los colegiales del Mayor de San Ildefonso y menores de Alcalá, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1946, pág. 166; F. J. Fernández Conde, I. Torrente Fernández y G. de la Noval Menéndez, El Monasterio de San Pelayo de Oviedo. Historia y Fuentes, IV. Colección diplomática (1450- 1546), Oviedo, Monasterio de San Pelayo, 1990, págs. 359 y 409; F. Diego Santos, Inscripciones medievales de Asturias, Mieres-Asturias, Principado de Asturias-Servicio de Publicaciones, 1994, págs. 81-82; M. P. García Cuetos, El convento dominico de Nuestra Señora del Rosario de Oviedo. Historia y arquitectura, Oviedo, Real Instituto de Estudios Asturianos, 2001, págs. 46-47 y 105-114; J. de Taboada, Historia del Convento de Nuestra Señora del Rosario de Oviedo, Salamanca, Editorial de San Esteban y Real Instituto de Estudios Asturianos, 2002, págs. 44, 87-89, 167, 266-267, 308 y 336.
Manuel de Abol-Brasón y Álvarez-Tamargo
