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Rodrigo Sánchez de Arévalo

Biografía

Sánchez de Arévalo, Rodrigo. Campeón del Papado. Santa María La Real de Nieva (Segovia), 1404 – Roma (Italia), 6.X.1470. Canónigo, jurista, obispo de Oviedo, Zamora, Calahorra y Palencia, polemista, embajador, humanista, alcalde de Santángelo.

Fueron sus padres Alonso González de Sagrameña y María Sánchez de Arévalo. En esta villa segoviana de Santa María la Real de Nieva aprendió las primeras letras con los padres predicadores del Monasterio Dominico de la villa, que había sido fundado por doña Leonor, esposa de Juan II de Castilla.

El año 1418, posiblemente, se trasladó a Salamanca para estudiar Leyes; con toda probabilidad los dos Derechos entonces vigentes en la Universidad de Salamanca: Derecho Canónico y Derecho Civil. El año 1432, obtuvo el bachillerato en Derecho por la Universidad de Salamanca, y concluido este período de formación regresó a Santa María la Real de Nieva, momento en el que se planteó cuál iba a ser su destino o vocación. Sus tíos eran partidarios de que siguiera la carrera de Derecho en el ámbito de la vida civil, mientras que su madre abogaba porque se inclinara por la carrera eclesiástica. Las dudas y reflexiones que le suscitó esta doble opción están recogidas en su obra de 1468: Speculum vitae humanae, texto que es de gran interés para apreciar la posición de Sánchez de Arévalo en ese momento de transición entre la Edad Media y el Renacimiento; momento de transición, que el autor ejemplifica de modo paradigmático. En ese momento de transición y cambio de época, inició Sánchez de Arévalo hombre su carrera como jurista y diplomático, de la mano de Alfonso de Cartagena, obispo de Burgos.

Este momento histórico coincide con la época de los últimos Trastámara en la Corte de Castilla: Juan II de Castilla (1406-1454) y Enrique IV (1454-1474), dos monarcas que han sido criticados como políticos, pero en cuya Corte estuvo presente el primer círculo de humanistas castellanos, al que se puede asociar al biografiado. Este momento histórico es también el del florecimiento del Reino de Castilla, que pasa a protagonizar la historia de España; y es ahí donde Sánchez de Arévalo va a jugar un papel relevante.

En la primavera de 1434, formó parte de la solemne embajada enviada por el Rey de Castilla Juan II al Concilio de Basilea, cuya discusión más importante fue la que enfrentó a los conciliaristas con los partidarios de la primacía del papado en el gobierno de la Iglesia. Sánchez de Arévalo fue desde el principio un acérrimo defensor del papado, que es otro de los rasgos que caracterizan su vocación, que finalmente se inclinó por el sacerdocio y fue uno de los grandes servidores del papado en la Roma renovada del siglo xv, que a partir de Martín V (1420) había vuelto a recuperar la sede del papado, una vez pasado el período de Aviñón. Los papas con los que coexistió y trabajó Sánchez de Arévalo fueron Eugenio IV (1431-1447), Nicolás V (1447-1455), Calixto III (1455-1458), Pío II (1458-1464) y Pablo II (1464-1471).

Otro rasgo característico de Sánchez de Arévalo es precisamente el de polemista. Muchas de sus obras tienen esta peculiaridad. Son obras polémicas, lo que es otro signo del período de crisis histórica que le tocó vivir. Una de estas sus primeras obras polémicas es la que escribió en 1447 con ocasión de sus asistencia al Concilio de Basilea y que lleva por título Contra tres propositiones Concilii Basiliensis. En él defiende al papado frente a los conciliaristas, así como frente a los príncipes que se alían con los conciliaristas y los heréticos frente al papado.

A la vuelta de su embajada del Concilio de Basilea, fue nombrado canónigo de la Catedral de Burgos. La diócesis de Burgos estaba entonces ocupada por Alfonso de Cartagena, en cuyo servicio inició su carrera diplomática Sánchez de Arévalo. Además de canónigo de la Catedral de Burgos, desempeñó otros varios cargos en dicha diócesis, como es el caso de archidiácono de Treviño y abad de Cervatos. La ciudad de Burgos fue su lugar de residencia hasta que el año de 1457 fue nombrado obispo de Oviedo por el papa Calixto III.

Durante este período de su vida, se puede llamar la atención sobre dos embajadas, que desempeñó con éxito. Una de ellas fue a la Corte de Alberto de Austria en 1439, al que luego sucedió Federico III, para mediar en la aceptación del papa Eugenio IV por los príncipes de esta Corte. La otra embajada fue a la Corte francesa de Carlos VII para negociar una cuestión referente a la frontera de Fuenterrabía.

El 23 de febrero de 1447 murió Eugenio IV y le sucedió como papa Nicolás V, con el cual el humanismo inició una carrera de esplendor en el Trono pontificio de esta época. Roma y el papado se convirtieron en los protagonistas de un humanismo cristiano, que iba a tener como uno de sus representantes más destacados a Eneas Silvio Piccolomini, que accedería al papado con el nombre de Pío II. Durante todo este período, Sánchez de Arévalo estuvo íntimamente ligado a la Corte papal de Roma, al mismo tiempo que siguió recibiendo distintos nombramientos, que iban enriqueciendo su cursus honorum. Fue nombrado, como ya se ha dicho, obispo de Oviedo en 1457, obispo de Zamora en 1465, obispo de Calahorra en 1467 y finalmente obispo de Palencia en 1469.

Con la llegada al papado de Pablo II, fue nombrado alcalde de la fortaleza del Castel Santángelo en Roma, usada como residencia-refugio de los Pontífices, así como prisión, que es la función que desempeñó mientras fue alcalde Sánchez de Arévalo. Durante ese tiempo, tuvo como prisioneros a importantes humanistas, como es el caso de Pomponio Leto y Platina, entre otros, con los que mantiene una interesante correspondencia, que permite apreciar muy bien el tipo de humanismo de unos y de otro. Un humanismo de elegante estilo en los italianos y más sobrio y jurídico en el castellano.

La obra de Sánchez de Arévalo puede dividirse en dos grandes bloques: su obra latina y su obra castellana. La mayor parte de su producción está escrita en latín, pero también tiene obras castellanas, que hacen de él uno de los buenos prosistas castellanos del siglo xv. Ello es también un signo de la “época de transición” que le tocó vivir. Una época en la que el latín iba a ir perdiendo terreno e iba a ir haciendo su aparición el castellano como lengua romance. Todas sus obras, tanto latinas como castellanas, se pueden ordenarlas por temas.

En primer lugar se encuentran las obras dedicadas a la defensa del papado. La primera de ellas, que quizá sea también la primera de su producción, es De remediis schismatis escrita en torno a 1442, que ha llegado a ser muy representativa de su producción por varios motivos; en primer lugar, porque permite analizar muy bien el “método de composición” que Arévalo sigue en este tipo de obras. Sirviéndose de su formación como canonista inicia la presentación del tema con una retórica verbal ampulosa, llena de repeticiones y citas; en un segundo momento, organiza bien su argumentación, que aparece claramente reconocible. Los autores que mejor conoce de primera mano son santo Tomás de Aquino y Aristóteles, mientras que las citas de los padres de la Iglesia es dudoso que las conozca de primera mano; y cabe suponer que las ha tomado de algún glosario. En este bloque de obras sobre la defensa del papado, pueden citarse también Contra tres propositiones Concilii Basiliensis (1437), De remediis afflictae eclesiae (1469) y De septem questionibus (1470).

En relación con este tema de la defensa del papado, merece la pena citar la carta que Nicolás de Cusa dirigió a Arévalo (1442) con ocasión de otra de sus embajadas a Fráncfort con vistas a evitar el cisma de la Iglesia. Nicolás de Cusa, uno de los grandes filósofos y teólogos de la Iglesia de aquel momento, reconoce la importancia de Arévalo como defensor del papado y le confiesa que ha cambiado de bando; primero, fue partidario de los conciliaristas y, en esa carta, confiesa a Arévalo que se ha pasado al bando de los papistas. Se confiesa amigo de Arévalo y le muestra su respeto por sus enseñanzas y su agudeza intelectual.

Un segundo bloque de las obras de Sánchez de Arévalo se pueden englobar bajo el tema del humanismo. Entre ellas, conviene citar en primer lugar De questionibus ortolanis, escrita entre 1443 y 1447, en la que describe, con pretensiones literarias, la vida de los clérigos en la ciudad de Burgos de su momento, tomando como motivo un banquete en los jardines del palacio episcopal, en el que se disputa acerca de la primacía de la vista o el odio. El texto es una clara imitación de las Disputationes Tusculanas de Cicerón, y su valor es más literario que filosófico.

Dentro de este bloque, también debe citarse su obra De arte, disciplina, et modo alendi et erudiendi filios, pueros, et iuvenes de 1453, inspirada en el De liberis educandis de Plutarco, que se puede considerar como el primer tratado pedagógico español del Renacimiento, que es un claro síntoma del cambio que estaba experimentado la nobleza en aquel momento, ya que sus preocupaciones principales ya no se limitaban a las armas, sino que se extendían a las letras.

Y es dentro de esta preocupación donde puede encajar asimismo su obra castellana El vergel de príncipes, escrita entre 1456 y 1457, y dedicada a Enrique IV de Trastámara y dividida en tres tratados: el primero sobre el ejercicio de las armas, el segundo sobre la caza y el tercero sobre la música.

Tiene también algún tratado teológico como es el caso del Brevis tractatus an mysterium Trinitatis probari possit naturali et humana rationi, escrito hacia 1462 y que toca un tema que es de una gran actualidad en ese momento.

Otro bloque fundamental de sus obras es el de los escritos políticos en el que se puede encuadrar su Suma de política, escrita en castellano en torno a 1454 o 1455, que se debe considerar como una exposición de la ciudad ideal tal como es expuesta por Aristóteles en su Política. Es una de las obras fundamentales de Sánchez de Arévalo y uno de los más importantes trabajos políticos del aristotelismo renacentista en lengua castellana. En este mismo bloque, hay que citar el Libellus de paupertate Christi et apostolorum, de 1466, en el que defiende la realeza de Jesucristo, que es otro de los temas políticos estrella del momento. Se trata de un nuevo aspecto de la especulación cristológica, que en la concepción de Arévalo defiende la realeza de Cristo basándose en la unión hipostática con el Verbo, creador del universo. Escribió también su De monarchia orbis, en 1467, y el De pace et bello, en 1468.

El último bloque temático de las obras de Sánchez de Arévalo autor es el de sus escritos históricos, dentro del cual puede citarse su Libellus de situ et descripcione Hispaniae, de 1463; y su obra Historia hispanica, de 1469-1470, que consta de cuatro libros y narra los principales hechos de la historia de España desde Fernando III hasta Enrique IV, siguiendo el modelo de la historiografía renacentista y buscando en el pasado modelos a imitar.

Murió en Roma el 4 de octubre de 1470, tal como consta en el epitafio de la lápida de su sepulcro, conservada hoy en la iglesia de Montserrat de Roma.

La figura de Rodrigo Sánchez de Arévalo se caracteriza por su actividad como diplomático. Esta característica es la que hace de él un humanista típico del siglo xv, que, a semejanza de los secretarios florentinos, protagonizó un humanismo, que no salió de las cátedras universitarias, ni de los discursos de los oradores, sino de una práctica civil muy concreta: la de la diplomacia. Y por eso su humanismo no está coloreado por el arte de la palabra, por la retórica o la lógica, sino por la vida moral y política. Por eso, su cultivo de las “letras” está siempre impregnado de un claro “compromiso político”.

 

Obras de ~: Dialogus de remediis schismatis, 1440-1442, Cod. Lat.Vat. 4002, fols. 1 y ss.; De questionibus hortolanis, 1443-1447 (en BibliotecaUniversidad de Salamanca, ms. 2619, fols. 72 y ss.); Contra tres propositiones concilii Basiliensis, 1447-1448, Cod. Vat. Lat. 4154, fols. 1 y ss.; Cod. Vat. Lat. 4167, fols. 121 y ss.; Padua, Biblioteca Pública capitularia, Cod. A 45 R 2, fols. 24 y ss.; “De arte, disciplina, et modo alendi et erudiendi filios, pueros et iuvenes”, 1453 (en Biblioteca Universidad de Salamanca, ms. 2619, fols. 63 y ss.); Cod. Vat. Lat. 4881, fols. 154 y ss. (ed. de H. Keniston en Bulletin Hispanique, XXXII (1930), págs. 204-217; Suma de política, 1454-1455, Madrid, Biblioteca Nacional, ms. 1221, fols. 1 y ss. [ed. de J. Beneyto Pérez, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1944, ed. de M. Penna, Madrid, 1959, Biblioteca de Autores Españoles (BAE), t. 166, págs. 249-341]; El Vergel de los príncipes, 1456-1457 (ed. R. de Uhagón, Madrid, BAE, 1900, t. 166); Tractatus de expedientia, utilitate, et congruentia congregationis concilii generalis, 1460-1461 (en Biblioteca Universidad de Salamanca, ms. 2619, fols. 42 y ss.); Epistola sive tractatus de quendam venerandum religiosum Cartusiensen, 1461-1464 (en Biblioteca Universidad de Salamanca, ms. 2619, fols. 42 y ss.); Cod. Vat. Lat. 4881, fols. 169 ss.; Brevis tractatus an mysterium Trinitatis probari possit naturali et humana ratione, ¿1462? (en Biblioteca Universidad de Salamanca, ms. 2619, fols. 50 y ss., Cod. Vat. Lat. 4881, fols. 174 y ss.); Libellus de situ et descriptione Hispaniae, Padua, 1463 (en Biblioteca Capitularia, Cod. A 45 R 2, fols. 14 y ss.); Tractatus de appellatione a sententia Romani Pontificis non informati ad seipsum bene informatum, 1464 (en Bilioteca Universidad de Salamanca, ms. 2619, fols. 1 y ss.); Cod. Vat. Lat. 4167, fols. 177 y ss.; Libellus de libera et irrefragabili auctoritate Romani Pontificis, Padua, 1464-1465 o 1466-1467 (en Biblioteca Capitularia, A. 45 R 2, fols. 14 y ss.); An sine peccato fideles licite fugiant a locis ubi saevit pestis, Padua, 1465-1466, Cod. Vat. Lat. 4881, fols. 179 y ss. (en Biblioteca Capitularia, A 45 R 2, fols. 1 y ss.); De castellanis et custodibus arcium, ¿1465?, Cod. Vat. Lat. 4881, fols. 118 y ss.; Libellus de paupertate Christi et apostolorum, 1466, Cod. Vat. Lat., 969, fols. 1 y ss. [ed. parcial de T. Toni Ruiz, en Estudios eclesiásticos, XII (1934), págs. 369-398]; Defensorium ecclesiae et status ecclesiastici, 1466, Cod. Vat. Lat. 4106, fols. 1 y ss.; Libellus de origine et differentia principatus regalis et imperialis: De monarquia orbis, 1467, Cod. Vat. Lat. 4881, fols. 1 y ss. (en Biblioteca Universidad de Salamanca, ms. 15522, ed. de F. de Fontecha, Roma, 1521); Commentum et apparatus super bulla privationis et depositionis Georgii Regis Bohemiae, Venecia, 1467 (en Biblioteca Marciana, Cod. Z-L CXCIV-B, fols. 1 y ss.); Speculum vitae humane (en Biblioteca Universidad de Salamanca, ms. 2400, fols. 1 y ss., ed. Roma, Ulrich Hahn, 1468); Clypeus monarchiae ecclesiae, 1468, Cod. Vat. Lat. 4881, fols. 49 y ss.; De regno dividendo et quando primogenitura sit licita, 1468, Cod. Vat. Lat. 4881, fols. 97 y ss.; De pace et bello, 1468, Cod. Vat. Lat. 4881, fols. 134 y ss., Venecia, Biblioteca Marciana, Cod. Marc. Lat. XI, fols. 103 y ss. (ed. no crítica, en: Cremonensium monumenta Romae extanlia. I, Roma, 1778, 1 y ss.); Liber de sceleribus et infelicitate perfidi Turchi, 1468- 1469, Cod. Vat. Lat. 971, fols. 1 y ss., y 972, fols. 1 y ss.; De remediis afflictae ecclesiae, 1469, Cod. Vat. Lat. 6425, fols. 1 y ss., Venecia, Biblioteca Marciana, Cod. Z-L XC, fols. 1 y ss.; Historia Hispanica, 1469-1470 (en Biblioteca Universidad de Salamanca, ms. 1785, fols. 125 y ss., ed., Roma, Ulrich Hahn, 1470, publicada también en A. Schott, Hispaniae illustratae, vol. I, Franfurt, 1608); De septem questionibus circa convocationem et congregationem generalis synodi, 1470, Cod. Barb. Lat. 1487, fols. 89 y ss.; Epistola lugubris et maesta simul et consolatoria de infelice expugnatione insulae Euboyae dictae Nigropontis, Roma, Ulrich Hahn, 1470; las cartas, discursos y sermones se encuentran relacionados en T. Toni Ruiz, Anuario de Historia del Derecho Español, XII, 349 y ss.

 

Bibl.: N. Antonio, Biblioteca hispana vetus, Madrid, Joaquín Ibarra, 1788; T. Toni Ruiz, Don Rodrigo Sánchez de Arévalo (1404-1470), su personalidad y actividades: el tratado “De Pace el Bello”, Madrid, Tipografía de Archivos, 1935; A. H. Trame, Rodrigo Sánchez de Arévalo (1404-1470): Spanish diplomat and champion of the Papacy, Washington, The Catholic University of American Press, 1958; J. M. Laboa, Rodrigo Sánchez de Arévalo, alcaide de Sant´Angelo, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1973; M.ª Morrás, “Una cuestión disputada”, en Atalaya, 7 (1996); J. A. Solórzano Tellechea, Rodrigo Sánchez de Arévalo: Tratado sobre la división del reino y cuando es lícita la primogenitura, trad. anotada de J. C. Miralles Maldonado, Logroño, Gobierno de La Rioja, Instituto de Estudios Riojanos (IER), 2011.

 

Cirilo Flórez Miguel