Silva Fernández de Híjar y Fernández de Córdoba, Alfonso de. Duque de Híjar (XVI). Pau (Francia), 4.VIII.1888 – Madrid, 8.V.1955. Grande de España, caballero de Calatrava.
Fue XVI duque de Híjar, XVII duque de Aliaga, XVII conde de Aranda, XI marqués de San Vicente del Barco, XII conde de Salvatierra, XVII marqués de Almenara, XXIII conde de Ribadeo. Hijo segundogénito de Alfonso de Silva Fernández de Híjar y Campbell, XV duque de Híjar, y de María del Dulce Nombre Fernández de Córdoba y Pérez de Barradas, tuvo como hermanos a Ángel (Madrid, 4 de octubre de 1881 – 7 de octubre de 1881); Andrés Avelino (Pau, Francia, 4 de julio de 1885 – Biarritz, Francia, 30 de noviembre de 1910), XV conde de Palma del Río con Grandeza de España (en sucesión a su abuelo y por cesión de su padre), falleció sin descendencia, y de María Araceli (Pau, Francia, 2 de noviembre de 1893 – Madrid, 17 de febrero de 1966), VII duquesa de Almazán (título otorgado por su padre el mismo año que se casó, es decir, 1915), fue la mujer, desde el 25 de junio de 1915, de Alfonso María de Mariátegui y Pérez de Barradas, XI marqués de Cortes de Graena.
Alfonso casó en Madrid, el 8 de febrero de 1899, con María del Rosario Gurtubay y González de Castejón (Bilbao, 8 de octubre de 1879 – Durango, Vizcaya, 8 de septiembre de 1948). Está enterrada en el panteón que la Casa de Alba tiene en Loeches. Fue dama de la Reina e hija de Juan Gurtubay y Meaza y de la marquesa de Velada y de San Vicente del Barco. Tuvieron una hija, María del Rosario de Silva y Guturbay (Madrid, 4 de abril de 1900 – Madrid, 11 de enero de 1934), XII marquesa de San Vicente del Barco, con Grandeza de España. Desde el 7 de octubre de 1920 fue la mujer de Jacobo Stuart Fitz- James y Falcó Osorio (Madrid, 17 de octubre de 1878 – Laussanne, Suiza, 24 de septiembre de 1953), XVII duque de Alba de Tormes y Berwick.
Recibió un patrimonio muy mermado por las diversas vicisitudes económicas que desde hacía siglos atravesaba la Casa Ducal de Híjar y por todos los acontecimientos políticos y sociales del siglo xix. Fue José Rafael Silva Fernández de Híjar, XII duque de Híjar, el que tuvo que vender la mayoría de sus propiedades.
Con su nieto, Agustín de Silva y Bernuy Fernández de Híjar, XIV duque de Híjar, desapareció, casi por completo, la administración que hasta entonces había tenido la Casa Ducal y la mayoría de sus empleados.
Sólo gracias a la fortuna de su mujer, el XVI duque de Híjar, acondicionó y modernizó su palacio en Épila (Zaragoza), lugar donde vivió largas temporadas y que en 1998 fue cedido por la Casa de Alba al ayuntamiento de dicho lugar.
El XVI duque de Híjar, falleció en Madrid el 8 de mayo de 1955. Le sucedió su nieta, hija única de María del Rosario y Jacobo, María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y Silva Fernández de Híjar (Madrid, 28 de marzo de 1926), desde 1957, XVII duquesa de Híjar, con la que siempre mantuvieron una relación muy entrañable, habida cuenta que su madre falleció siendo Cayetana una niña. De especial puede considerarse la relación que el XVI duque de Híjar mantuvo con Aragón, por eso dejó en Épila parte de su archivo.
En concreto, los documentos del Archivo Ducal de Híjar que estaban en la Capilla del Obispo de Madrid, custodiados, durante el último conflicto bélico, junto a los de otras casas nobiliarias, en la Biblioteca Nacional; siendo trasladados a Épila en 1940, para unirse a los del condado de Aranda, que estaban en esta población aragonesa, y formar el Archivo Ducal de Híjar o Fondo Híjar. Posteriormente, en 1987, Cayetana y Jesús Aguirre (Madrid, 9 de junio de 1937 – 11 de mayo de 2001), XVIII duques de Alba y XVII de Híjar, lo cedieron al Gobierno de Aragón, que lo depositó en el Archivo Histórico Provincial de Zaragoza.
Bibl.: M.ª J. Casaus Ballester, Archivo ducal de Híjar. Catálogo de los fondos del Antiguo Ducado de Híjar (1268-1919), Valencia, Diputación General de Aragón e Instituto de Estudios Turolenses, 1997; “La administración del Ducado de Híjar (siglos xv-xix.)”, en Revista de Historia Jerónimo Zurita, Institución Fernando el Católico, 74, (1999), págs. 247-276.
María José Casaus Ballester