Matevat, Jaime. Barcelona, ¿1585? – III.1644. Impresor.
La familia Matevat desarrolló su actividad impresora en Barcelona a lo largo de todo el siglo xvii y se constituyó como la segunda gran empresa después de los Cormellas. Se puede encontrar el nombre de esta saga familiar como Matevad, Mathevat, Mathevat y Matevat. De esta imprenta salieron abundantes textos si bien se caracterizaron por la impresión de textos menores tanto en extensión como en importancia literaria o científica aunque también se encuentran obras extensas y de importancia. Gran parte de su producción está constituida por “relaciones” “pliegos poéticos” y “sermones”.
Jaime comenzó a trabajar en la imprenta primero con su hermano Sebastián, representante más antiguo y fundador de la imprenta, desde 1620, aunque fue a partir de 1623 cuando la colaboración entre ellos se hizo más intensa. Trabajaron juntos hasta 1641 año en el que murió Sebastián y a partir de este momento imprimió en solitario hasta 1644 fecha de su fallecimiento.
Su hermano Sebastián fue nombrado impresor de la ciudad y de la Universidad en 1631 y no es casualidad que a partir de este nombramiento se encuentre también a Jaime estampando impresos menores para el municipio.
Se casó en 1637 con Eulalia, hija de un campesino de Caldes de Montbui y con la que no tuvo descendencia masculina. Su taller situado frente a la Rectoría del Pino, en el mismo lugar en el que Sebastián ejerció su actividad tipográfica, se mantuvo hasta su muerte en 1644, momento en el que se encuentra la firma de “Viuda Matevat”, que enlaza con el trabajo de Catalina Matevat sin que pueda saberse si era una misma persona. Será también en la Rectoría del Pino donde mantuvo su negocio de librería.
Entre sus trabajos más destacados están las Fabules de Esopo impresas en 1642 y que contienen la única marca tipográfica que se le puede atribuir y que había sido empleada ya en el siglo xvi por los talleres barceloneses de Claudi Bornat y Jaime Cendrat.
Fue al igual que su hermano impresor de la ciudad y de la Universidad. Sus impresiones guardan una gran semejanza con las de Sebastián y al igual que el fundador de la dinastía se caracteriza por la abundancia de obras menores y por el elevado número de “Relaciones”.
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Isabel Moyano Andrés
