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Manuel Cascón Briega

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Biografía

Cascón Briega, Manuel. Oviedo (Asturias), 15.II.1895 – Paterna (Valencia), 3.VIII.1939. Coronel de Aviación, último jefe de la Aviación de la República durante la Guerra Civil española.

Fue el tercero de los seis hijos de Avelino Cascón Martínez, oficial de Infantería, y Elvira Briega Martín.

Su infancia transcurrió en Ciudad Rodrigo, de donde eran originarios sus padres. Aunque bajo de estatura (1,54 metros), era fibroso y ágil, y en su juventud practicó asiduamente equitación, boxeo, esgrima y natación, entre otros deportes. Cursó sus estudios en el Seminario de Ciudad Rodrigo, y se planteó la posibilidad de ingresar en la Orden de los Cartujos, aunque finalmente decidió acudir junto con su hermano mayor, Pedro, a una academia de preparación militar.

Se incorporó, en 1912, a la Academia de Intendencia Militar de Ávila, en la que dos años antes también había ingresado Pedro. Perteneció a la promoción de oficiales de 1916, siendo nombrado oficial tercero de Intendencia, y su primer destino fueron las oficinas de Intendencia de la II Región, en Sevilla. Poco tiempo después fue destinado a la Comandancia de Tropas de Campaña de Melilla, siendo asignado a la 6.ª Compañía de Montaña de Batel, donde se curtió como jefe de convoyes de aprovisionamiento entre posiciones avanzadas, un cometido duro, peligroso y, como casi todos los de intendencia, sin ningún lucimiento. En junio de 1918 ascendió a oficial segundo y la subsiguiente reorganización de empleos le convirtió en teniente.

En octubre de ese año fue destinado a Intendencia General Militar, y mientras tanto, la idea de hacerse aviador había madurado en su mente. Nada más salir de la academia había cursado una instancia para el curso de pilotos, y su oportunidad le llegó con la convocatoria de un curso con un número de plazas sin precedentes, el cual daría origen a la que después fue conocida como la gran promoción de pilotos de 1920.

Tras realizar el curso y obtener el título de piloto, en octubre de 1921 fue destinado a la 2.ª Escuadrilla de Bristol, la cual estaba formándose en Getafe y fue enviada a comienzos de 1922 al aeródromo de Tauima (Melilla). En Marruecos realizó misiones de hostigamiento y bombardeo en apoyo a las fuerzas terrestres.

En marzo de 1923 ascendió a capitán, y cuatro meses más tarde fue destinado al Grupo de Caza de Getafe.

En mayo de 1924 regresó a Melilla y reanudó sus misiones de combate integrado en el Grupo Expedicionario Breguet, al mando del comandante Joaquín González Gallarza. El 6 de julio protagonizó una heroica acción al tomar tierra en territorio enemigo para recoger a su jefe de grupo, que había sido derribado.

En agosto pasó nuevamente destinado a Getafe, y su intervención en el norte de África se vio recompensada con la concesión de tres cruces del Mérito Militar de 1.ª clase con distintivo rojo por los tres períodos de operaciones en los que participó, más la Medalla Militar de Marruecos con el pasador de Melilla. En abril de 1926 fue destinado a la Escuadra de Instrucción en Cuatro Vientos y en junio de ese año comenzó en Los Alcázares el curso de hidros. A su regreso fue asignado al Grupo 14 de caza. En septiembre de 1928 fue destinado al recién constituido Grupo de Instrucción de Getafe, y al año siguiente pasó al Grupo 21 de la Escuadra de León. Ese año realizó en Cuatro Vientos el curso de Observador de Aeroplano. En 1930 fue nombrado ayudante de la Escuadra, y en el verano de ese año realizó un curso de mandos en Cuatro Vientos y Los Alcázares. A comienzos de enero de 1931, el decreto de reorganización de la Aeronáutica, unido a la discriminación de que eran objeto los oficiales de Intendencia en Aviación, le indujo a pedir la baja en el servicio y pasó a la situación “B”. A causa de un incidente menor con la autoridad militar en Ciudad Rodrigo se le impuso un arresto en prisión militar y se hallaba en dicha situación en Madrid cuando fue proclamada la República. Tras ser liberado, el 4 de mayo causó alta en el servicio y fue destinado a la Escuadra n.º 1 de Getafe. En 1932 realizó un curso de vuelo sin visibilidad, y en noviembre comenzó las prácticas para obtener el título de piloto aviador de transportes públicos, tarea que compatibilizó con su nombramiento como profesor de cursos de vuelo sin visibilidad. En marzo de 1934 realizó un curso de navegación aérea en Los Alcázares y a comienzos de agosto se hizo cargo de la Escuadrilla de Plana Mayor de Getafe. A finales de año fue nombrado jefe de la Unidad Trimotor y profesor del curso de Polimotores. Al producirse la sublevación el 18 de julio de 1936, se hallaba en Getafe como jefe del Grupo de Caza n.º 11, puesto que había asumido a comienzos de año. Su intervención fue decisiva para que fracasara el intento de insurrección en el vecino cuartel del Regimiento de Artillería Ligera n.º 1. El 20 de julio, a los mandos de un caza Nieuport 52 en misión de reconocimiento sobre la sierra de Madrid, abrió fuego sobre un Breguet 19 enemigo y lo alcanzó, aunque no se pudo confirmar su derribo. En septiembre fue nombrado jefe de las Fuerzas Aéreas del Norte, estableciendo su cuartel general en Santander. La firmeza de su carácter y su prestigio fueron determinantes en su nombramiento, y el 4 de noviembre fue ascendido a comandante. A comienzos de enero de 1937 encabezó la primera expedición de aspirantes a pilotos que fue enviada a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

El curso se impartió en Kirovabad (Azerbaiyán) y tras completar su instrucción, la promoción regresó a España en junio. No fue éste su primer viaje a la URSS: en agosto de 1928 había estado en una corta visita privada, y quedó seducido por el “paraíso comunista”.

Pero en este viaje las cosas fueron diferentes, y los efectos de las purgas efectuadas por Stalin, que pudo vivir y comprobar por sí mismo, le abrieron los ojos.

A pesar de ello, no olvidó cuál era allí su misión, y a ella dedicó toda su energía, consciente de la imperiosa necesidad que tenía la República de pilotos jóvenes y bien adiestrados. A su regreso, fue nombrado inspector de las Escuelas de Vuelo y jefe de la II Región aérea, y en agosto ascendió a teniente coronel. En agosto de 1938 cesó en sus funciones y pasó a eventualidades, quedando disponible, y en noviembre ascendió a coronel.

Al formarse el Consejo Nacional de Defensa y desaparecer el gobierno Negrín, a primeros de marzo de 1939, Cascón fue llamado para hacerse cargo de la sección de Aviación de la Subsecretaría de Defensa, cargo que ejerció tan sólo unos días. El coronel Camacho, jefe de Aviación, que había decidido ya su marcha al extranjero y estaba al corriente de su intención de permanecer en España, le nombró su sucesor en la Junta de Defensa. Cuando la guerra terminó, hizo entrega de la base de Los Llanos (Albacete) a las tropas italianas. Poco después fue encarcelado y sometido a un juicio sumarísimo de urgencia, en el que fue acusado de traición y rebelión militar. Rechazó todas las acusaciones, que le fueron presentadas como “hechos probados”, y solicitó clemencia para todos sus antiguos subordinados, aunque se negó a pedirla para sí mismo. El tribunal, compuesto por jefes y compañeros suyos de antes de la guerra, lo declaró culpable y dictó sentencia de muerte. Fue fusilado en el campo de tiro de Paterna (Valencia) el 3 de agosto de 1939.

En su último acto dio una gran muestra de entereza y valentía, cualidades que, junto a la lealtad y la dignidad, fueron las constantes de su vida.

Gran parte de su historia la relata él mismo en los diarios privados que dejó escritos y que obran en poder de su familia, así como en los manuscritos de dos de sus compañeros: Ismael Warleta de la Quintana e Isidoro Giménez García.

 

Fuentes: Archivo Histórico del Ejército del Aire (Villaviciosa de Odón, Madrid), Exp. personal y causa de Manuel Cascón; Informaciones aportadas por Isabel Cascón Briega, Elvira Cascón Briega y Juan José Aparicio Cascón.

 

Antonio Montero Roncero