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José Roura y Estrada

Biografía

Roura y Estrada, José. Sant Feliu de Guíxols (Gerona), 9.IV.1787 – Barcelona, 25.V.1860. Químico industrial, introductor en España de la iluminación por gas, primer director de la Escuela Industrial de Barcelona.

Nació en el seno de una familia de comerciantes relativamente acomodada. Hizo sus primeros estudios en el Monasterio de benedictinos de su pueblo natal.

En esta época, cerrada la Universidad de Barcelona, muchas familias de buena posición preferían enviar a sus hijos a la más cercana de las universidades francesas antes que hacerlo a la única existente en Cataluña, la de Cervera. Por eso Roura cursó estudios en la Universidad de Montpellier, muy prestigiosa por sus enseñanzas de Medicina y de Química, promovidas estas últimas por Jean-Antoine Chaptal desde la Société des Sciences, que influiría notablemente en Francesc Carbonell, primer titular de la Cátedra de Química de la Junta de Comercio. En Montpellier recibió los títulos de Bachelier ès lettres y de Licencié ès sciences en febrero de 1820. Casi inmediatamente, en abril y mayo, presentó dos trabajos para obtener el título de Docteur ès Sciences, las proposiciones sobre el oxígeno, el hidrógeno, el nitrógeno y el cloro, y las consideraciones sobre el peso específico.

Obtenidos sus títulos, Roura se estableció en Barcelona, en cuyo Nacional Instituto Gimnástico Militar Normal entraría como profesor de Matemáticas y de Química Aplicada a las Artes. A finales de 1822, enfermo Carbonell, Roura solicitó que se le confiara provisionalmente su Cátedra, labor que asumiría entre marzo y julio de 1823. En ese tiempo la Cátedra formaba parte de la Universidad de Barcelona, restaurada por el Ayuntamiento durante el trienio constitucional, pero vuelta a cerrar tras la restauración del absolutismo. Al jubilarse Carbonell por motivos de salud, Roura fue designado catedrático interino en febrero de 1824; obtendría la plaza en propiedad dos años más tarde. A principios de 1823 Roura había solicitado la admisión en la Academia de Ciencias, que le fue concedida tras presentar una memoria sobre el agua, el aire y la tierra como sustancias compuestas, que leyó el 7 de abril de 1824.

La Cátedra de Química estaba desarrollando una notable tarea docente y de asesoramiento al entorno agrícola y artesanal de la Cataluña de su tiempo: abonos, vinicultura, blanqueo y tintura, análisis químico...

Pero los trabajos que dieron más prestigio a Roura durante sus primeros años como catedrático fueron los que realizó ensayando la iluminación por gas, que comenzó en 1824. Para perfeccionarlos, la Junta de Comercio le subvencionó un viaje a Francia durante el verano de 1825. La primera prueba pública la realizó la noche de San Juan de 1826, iluminando una de las clases de Dibujo en la Lonja con “gas hidrógeno bicarbonado” (gas del alumbrado), obtenido a partir del carbón de piedra en unos aparatos construidos —al igual que el gasómetro— por artesanos barceloneses. Unos cuantos años más tarde, en 1832, fue requerido para iluminar la Puerta del Sol y unas calles céntricas de Madrid, celebrando el nacimiento de la infanta María Luisa Fernanda. En años posteriores continuaría ensayando nuevos métodos de iluminación por gas, a partir de otras sustancias (cal viva, aceite de pescado, desperdicios del corcho, orujo de la uva y cospillo de la aceituna).

Roura continuó visitando Francia, unas veces subvencionado por la Junta de Comercio y otras a cuenta propia, durante los veranos de 1826, 1828, 1829, 1833 y 1834, para informarse acerca de las últimas novedades en cuestiones industriales y agrícolas. En cada uno de estos viajes se traía además libros y productos químicos, que utilizaba para poner en marcha nuevos procedimientos de impresión, blanqueo y tintura de tejidos, junto con diversos aparatos de iluminación y para la destilación y elaboración artificial de vinos y aguardientes, así como para la clarificación de aceites.

Sin abandonar su Cátedra de Química, en 1836 Roura instaló en la Bordeta, extramuros de Barcelona, una fábrica de su propiedad en la que construiría diversos instrumentos (termómetros, barómetros) y se producirían jabones, sulfúrico, caparrosa, ácido clorhídrico y nitrato de plomo.

El 31 de octubre de 1843 Roura se casó con Teresina Vidal, viuda de un comerciante acomodado de Sant Feliu de Guíxols. Al año siguiente fue encargado de hacer la clasificación de las drogas comprendidas en el Arancel de Aduanas y nombrado miembro de la Academia de Medicina y Cirugía. En octubre de 1846 inventó un nuevo tipo de pólvora (la pólvora blanca Roura), menos higrométrica y más inflamable que la pólvora común hasta entonces empleada por el Ejército. Con el apoyo de Domingo Dulce, capitán general de Cataluña, presentó su producto al Ministerio de la Guerra. En 1848 se hicieron unas pruebas en el fortín de las Atarazanas, que demostraron la superioridad de la nueva pólvora. A pesar de ello, el Gobierno no se decidió a fabricarla.

En 1851 fue nombrado caballero de la Orden de Carlos III y comisario regio en la Exposición de Londres.

Ese mismo año, para poner en marcha los estudios de Ingeniería Industrial, fundados en 1850, Roura fue designado director de la Escuela Industrial Barcelonesa, establecimiento que se creó, por agrupación de la mayor parte de las cátedras de la Junta de Comercio, para impartir las nuevas enseñanzas.

Roura estuvo al frente de la escuela en sus años de arranque y consolidación, cuando sus principales preocupaciones eran el futuro de los titulados (sus atribuciones profesionales) y el reconocimiento para impartir la enseñanza superior, en un principio reservada al Instituto Industrial de Madrid. En ambos empeños la escuela obtuvo el apoyo de muchos sectores de la sociedad catalana, en particular de la emergente burguesía industrial.

Durante los nueve años en que estuvo al frente de la Escuela Industrial, Roura continuó sus investigaciones, presentando periódicamente algunos resultados de las mismas en la Academia de Ciencias.

Roura falleció el 25 de mayo de 1860, dejando tras de sí casi cuarenta años de labor fructífera desarrollada en el principal centro docente e investigador en química industrial de la Barcelona de su tiempo, la Cátedra de Química de la Junta de Comercio, reencarnada desde 1851 en el seno de la Escuela Industrial.

Algunos de sus principales discípulos proseguirían sus trabajos en las principales líneas que él había desarrollado, la química industrial (Pere Roqué), el gas (Jaume Arbós) y la viticultura (Ramón de Manjarrés).

 

Obras de ~: Propositions sur l’oxygène, l’hydrogène, l’azote et le chlore, Montpellier, 1820; Considérations sur la pesanteur spécifique, Montpellier, 1820; Disertación sobre alguno de los muchos procederes de que se valen los químicos para probar que el agua, aire y tierra no son cuerpos elementales, memoria manuscrita, Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, 1824; Memoria sobre la luz que emite el óxido de calcio (cal viva) resultante de la descomposición del sulfato de cal (yeso) por su incandescencia en la llama del gas hidrógeno, memoria manuscrita, Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, 1833; Memoria sobre los aceites y modo de purificar y clarificar el de olivas, Barcelona, 1835; con P. Vieta, Reflexiones físico-geológicas sobre fuentes ascendentes o artificiales que con motivo del pozo taladrado que mandó abrir la Real Junta de Comercio de este Principado, dan a luz los doctores D. Pedro Vieta y D. ~, Barcelona, 1835; Memoria de la destilación y la fermentación alcohólica, memoria manuscrita, Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, 1839; Memoria sobre los vinos y su destilación y sobre los aceites, Barcelona, 1839; “Mémoire sur les vins et leur distillation et sur l’huile d’olive”, en Bulletin de la Société des Pyrénées Orientales, V (1841), págs. 113-140; “Química aplicada a las artes”, en Revista Barcelonesa, t. I (1846), págs. 9-11, 20-25 y 36-37; Memoria relativa a las propiedades y usos de la pólvora llamada blanca de su invención, memoria manuscrita, Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, 1848; Breve ojeada sobre las materias grasas y sobre los jabones, memoria manuscrita, Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, 1853; Del aluminio, memoria manuscrita, Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, 1857.

 

Bibl.: A. A. Pi y Arimón, Barcelona antigua y moderna, t. I, Barcelona, Imprenta de Tomás Gorchs, 1854, págs. 288-293, y t. II, págs. 286-287; J. Ametller, “José Roura y Estrada”, en Revista de Gerona (1878), págs. 313-321 y 397-408; A. Elías de Molins, Diccionario biográfico y bibliográfico de escritores y artistas catalanes del siglo XIX, t. II, Barcelona, Imprenta de Fidel Giró, 1889, págs. 514-518; E. Portela, “Roura y Estrada, José”, en J. M.ª López Piñero, Th. F. Click, V. Navarro Brotons y E. Portela Marco, Diccionario histórico de la ciencia moderna en España, vol. II, Barcelona, Península, 1983, págs. 266-267; M. D. Martínez i No, Josep Roura (1797-1860): precursor de la Química industrial catalana, Barcelona, Associació d’Enginyers Industrials de Catalunya, 1993; P. A. Fábregas, Un científico catalán del siglo XIX: José Roura y Estrada (1787-1860): enseñanzas técnicas y alumbrado de gas en la modernización del país, [Madrid]-Barcelona, Gas Natural- Enciclopèdia Catalana, 1993; G. Lusa, “La creación de la Escuela Industrial Barcelonesa (1851)”, en Quaderns d’Història de l’Enginyeria, vol. I (1996), págs 1-51; G. Lusa Monforte y A. Roca Rosell, “Ciència aplicada i industrialització a Catalunya. Les aportacions de Josep Roura (1797-1860)”, est. introd. a J. Roura, Memoria sobre los vinos y su destilación y sobre los aceites, Barcelona, ETS d’Enginyers Industrials, 1997 (ed. facs.), págs. VII-XLIX.

 

Guillermo Lusa Monforte