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Félix Alvarado

Biografía

Alvarado, Félix. ?, 1766 – p. m. s. xix. Cura.

Nació en 1766 y probablemente murió en la primera mitad del siglo xix. Cura de la ciudad de Heredia o Cubujiquí, en los meses previos al final de la colonia. Era negociante de esclavos, especialmente del género femenino.

En una ocasión vendió a dos esclavas llamadas Isabel y Josefa de la Cruz, madre e hija, a un comerciante nicaragüense llamado Antonio Artiles. Posteriormente, el cura Félix Alvarado compró de nuevo a la bella esclava Josefa ya de veinticinco años; de lo cual se deduce que era un activo tratante de esclavos, en el estrecho margen que permitía la provincia de Costa Rica.

Su carácter emprendedor y enérgico hizo que tuviera el convento de San Francisco por cárcel, debido a que irrumpió en la comisaría atropellando al cabo y a cuatro soldados, para hablar con el preso Felipe Chavarría. Según monseñor Víctor Sanabria narra así aquellos hechos: “exhorto del Gobernador Perié al cura de Cartago para que siga una información y castigue al clérigo manteísta, Félix Alvarado, en el día 26 había a caballo por la puerta principal de la cárcel para hablar con el preso Felipe Chavarría, atropellando al cabo y a los cuatro soldados de la guardia.

Se siguió la sumaria. Félix Alvarado tuvo por cárcel el convento de San Francisco; el 30 de agosto dio satisfacción por la falta cometida, y se absolvió”; pero esas características de su personalidad facilitaron que el 31 de octubre 1797 se pusiera la primera piedra de la iglesia de la ciudad de Heredia; centro forjador y definitivo de la nueva población.

Además, fue un gran impulsor de la educación en la ciudad de Cartago, donde el presbítero Félix Alvarado y el alcalde Joaquín Oreamuno contrataron al famoso bachiller Rafael Osejo para que impartiera durante tres años el curso de filosofía, por un salario de trescientos pesos anuales. Lo anterior obligó a los vecinos de San José a pagarle lo mismo que le ofrecían en la ciudad de Cartago, para poder mantenerlo en la casa de enseñanza de Santo Tomás, lo cual Rafael Francisco Osejo no aceptó, pues su deseo fue quedarse en la dicha ciudad de San José.

Félix Alvarado al ser parte de la elite de la época, gozó de grandes privilegios que lo hicieron destacar entre las autoridades eclesiásticas, fue uno de los grandes capellanes de su época, al parecer terminó sus días en la lucha por la educación, durante el período republicano.

 

Bibl.: L. Fernández, Colección de Documentos para la Historia de Costa Rica, t. X, San José, Costa Rica, Imprenta Viuda de Luis-Tasso, 1907, págs. 345 y 382; V. Sanabria Martínez, Datos Cronológicos para la Historia Eclesiástica de Costa Rica 1774-1821, recop. de V. Rojas, M. Picado, San José, ediciones CECOR, 1992, págs. 25, 39, 62, 66, 94, 164, 215, 258, 494, 545, 554, 655, 673, 679, 731, 1042, 1101, 1198, 1214, 1225 y 1274; G. Malavassi y P. Gutiérrez, Diccionario Biográfico de Costa Rica, Costa Rica, Universidad Autónoma de Centro América, 1993, pág. 16.

 

Robert Rodríguez Morales