Llerena, García de. Burgos, f. s. xv – México, 1541. Alguacil mayor de Santiesteban del Puerto, factor, criado de Hernán Cortés.
García de Llerena fue hijo de Juan de Llerena. En 1518 se encontraba en la isla de Cuba, desde donde partió para participar en la conquista del Panuco junto a Pedro de Vallejo y Alonso de Mendoza, hacia 1522. En esta provincia fue alguacil mayor de la villa de Santiesteban del Puerto, durante el tiempo que Alonso de Mendoza tenía el cargo de capitán y teniente de gobernador. Avecindado en la Ciudad de México, fue factor de Hernán Cortés. En este puesto fue el encargado, junto al factor burgalés Alonso de Contreras, de dar a los maestres, pilotos y marineros el socorro a los soldados que formaban la armada que se envió al cabo de Honduras de 1.400 pesos.
El burgalés, el 11 de mayo de 1526, fue comisionado para supervisar los trabajos de oro menudo. Por este trabajo se le fijó un sueldo de 50 pesos. El 5 de mayo de 1528 realizó un reconocimiento de deuda que, junto a Hernando Alonso, Herrero y Bartolomé Morales, vecinos de México, hicieron a “vos el Sr.
Hernán Cortés, ausente”, por 1.730 pesos de oro, en “razón de cuarenta novillos, de ciento noventa carneros, que de vos recibimos comprados”. Esta deuda fue cancelada el 27 de ese mismo mes.
García de Llerena, como criado de Cortés y en su nombre, arrendó, el 28 de marzo de 1528, a Pedro García Moreno, mercader, vecino de México, una tienda “con el primer soberano encima de ella [...] la cual es la nueva que ahora se hizo en la torre que está en la esquina de la calle de Tacuba” por tiempo de un año y precio de 120 pesos de oro. Fue procurador de la Ciudad de México en 1529. En agosto de ese año, García de Llerena representó a Hernán Cortés en el juicio de residencia que la Primera Audiencia hizo contra él. Defender a Cortés le trajo problemas con los oidores de dicha Audiencia.
García de Llerena, junto a otros vecinos de la Ciudad de México, mantuvo un pleito con los licenciados Matienzo y Delgadillo. Este pleito comenzó el 17 de marzo de 1531 y finalizó el 1 de abril de 1533, cuando se presentó el proceso ante el Consejo de Indias, sin que se conozca la sentencia definitiva. El motivo era hacer restituir a los licenciados el importe de las condenas que les habían exigido injustamente, cuando habían sido oidores de la Audiencia. García de Llerena y los otros vecinos habían presentado una reclamación, a comienzos de 1539, por no estar de acuerdo con la forma de la elección para el nombramiento de los procuradores. Por esta razón habían sido acusados de alborotadores, y fueron encerrados en prisión. Visto el proceso, se dio una Real Cédula por la que se eximía de toda culpa a García de Llerena y a los demás vecinos, si tan sólo su falta era la de haber firmado esa protesta. También se ordenó a los licenciados Matienzo y Delgadillo, a que en el término de nueve días diesen y pagasen a los perjudicados 117 pesos de oro de minas. Los licenciados apelaron al Rey y al Real Consejo. Aceptado el recurso, el proceso fue enviado sin constar la sentencia definitiva.
A lo largo del proceso manifestó que tanto el presidente de la Audiencia, Nuño de Guzmán, como los oidores Matienzo y Delgadillo, se habían mostrado siempre enemigos de Hernán Cortés, así como de todos sus criados, parientes y amigos que residían en Nueva España.
Por este motivo había sido metido en prisión, a la vez que le castigaron a “salir a la ciudad a la vergüenza y darle cien azotes”. Antes de que pudiera apelar la sentencia, García de Llerena fue arrastrado por la ciudad, aunque no se llegó a ejecutar la totalidad de la pena por la intercesión de unos frailes dominicos.
Murió en 1541, después del mes de mayo, fecha en que realizó una información de sus méritos y servicios.
García de Llerena, como premio a sus servicios, recibió de Hernán Cortés en encomienda el pueblo de Titiquipac (Teticpac), con sus estancias y sujetos, en la provincia de Oaxaca, recibiendo posteriormente una cédula de encomienda en nombre de Su Majestad.
El tesorero, Alonso de Estrada, siendo presidente de la Audiencia, sin razón alguna, se los quitó, para dárselos a Pedro de Rodas, y que por su muerte pasaron al Rey, en abril de 1532. Muerto Llerena, en 1541, su viuda solicitó que se le devolvieran los indios que había tenido en la encomienda. Entre los años 1541 y 1552, se desarrollaron unos autos fiscales, otorgando sentencia a favor de los herederos de García de Llerena. El fiscal apeló, pero pasados diez años de la sentencia y de la apelación, no se había devuelto la encomienda, por lo que se solicitó que quedase anulada la apelación y se diera a Juan Pineda el título de la encomienda de su padre. Pero lo cierto es que, en la tasación de 1564, Juan de Pineda no aparece como encomendero.
García de Llerena estuvo casado con María de Pineda, con la que tuvo a Juan, Francisco, Gaspar, Leonor y Margarita.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Justicia, leg. 112, n. 2; leg. 115, n. 5 y leg. 194, n. 5; Indiferente General, leg. 422, l. 17, fol. 65v.
F. A. Icaza, Conquistadores y pobladores de la Nueva España. Diccionario Autobiográfico sacado de los textos originales, Madrid, 1923, n.º 648; A. Millares Carlo, Índice y Extractos de los Protocolos del Archivo de Notarías de México, t. I, México, Colegio de México, 1945, n.os 1141 y 1145; V. A. Álvarez, Diccionario de conquistadores, México, INAH, 1975, n.º 568; P. Gerhard, Geografía Histórica de Nueva España. 1519-1821, México, Universidad Nacional Autónoma, 1986, pág. 73; A. Pereda López, La Emigración Burgalesa a América durante el siglo xvi, tesis doctoral, Burgos, Universidad, 1997; La Emigración Burgalesa a América durante el siglo xvi, Burgos, Caja de Burgos, 2000, págs. 213- 214; Conquistadores y Encomenderos Burgaleses en Indias (1492-1600), Burgos, Universidad, 2001, págs. 34 y 139.
Ángela Pereda López