Samos, Juan de. Galicia, c. 1115 – Lugo, 1181. Abad benedictino (OSB), obispo de Lugo.
Probablemente era profeso del Monasterio Benedictino de San Julián y Santa Basilisa de Samos (Lugo), de donde fue elegido abad. Aparece por primera vez en la documentación el 6 de agosto de 1145, firmando una concordia con el Cabildo Catedral de Lugo, en la cual aquel reconocía al Monasterio de Samos la jurisdicción eclesiástica sobre las cuarenta y cuatro parroquias de su entorno, a condición de que el abad del Monasterio, al ser elegido, prometiera obediencia al obispo de Lugo y fuera bendecido por él, asistiera al sínodo diocesano y recibiera los santos óleos del obispo lucense. En 1146 el rey Alfonso VII agrandó, con donaciones, el patrimonio de la Abadía samonense hacia el sudeste y en 1148 le otorgó diversos derechos sobre Vilela. A pesar de la mencionada concordia, el abad Juan recurrió en 1150 al arzobispo primado de Toledo, éste remitió el asunto a Martín, obispo de Oviedo, quien, por consejo de Alfonso VII, declaró que el abad de Samos podía gozar de su jurisdicción eclesiástica como antiguamente y estaría sometido directamente al Papa y no al obispo de Lugo. En 1149 el abad Juan compró una propiedad a Martín Pérez de Triacastela. En 1152, a la muerte de Guigo, obispo de Lugo, Juan fue elegido por los obispos de la zona, con aprobación del rey Alfonso VII, para sucederle. En una carta al arzobispo de Braga, pidiéndole que consagrara a Juan en su iglesia, el Rey elogia a nuestro abad diciendo que es “varón de laudables costumbres, de íntegra fama y de vida honesta”.
El abad Juan dirigió la diócesis lucense durante casi treinta años, con prudencia, celo y eficacia, mostrándose muy caritativo para con los pobres, sobre todo en 1155 en que hubo una gran hambre en Lugo, durante la cual distribuyó trigo gratuitamente. Siendo obispo, intervino en asuntos del monasterio de Samos. En 1152 confirmó un privilegio real a favor del Monasterio de Monfero; en 1153 otro a favor de la exención de los canónigos de Lugo; en 1154 puso punto final al pleito que había entre el obispo de Oviedo y el de Lugo, con un acuerdo hecho tras las Cortes de Salamanca, y en esta ocasión el rey Alfonso VII hizo sustanciales donaciones a ambas iglesias. En el Concilio de Valladolid de 1155 fue el encargado de dirimir las diferencias que había entre los abades de Cluny y de Carracedo por causa de la posesión de una casa en Villafranca. En 1173 redujo el número de canónigos y prebendados de la Catedral de Lugo, para que los que quedaran estuvieran mejor dotados y obtuvo del Rey poder de disponer de un tercio de las monedas acuñadas en Lugo. En 1161 obtuvo del papa Alejandro III la confirmación de las posesiones y exención del monasterio cisterciense de Meira, y, en este mismo año, por encargo del Rey, medió en el pleito que el monasterio cisterciense de Sobrado tenía con el hijo del conde de Lemos, que había incendiado la iglesia de Santa María de Toral y por lo que hubo de ceder, en compensación, la iglesia de San Salvador de Sarria. En 1155 había reclamado sin éxito al obispo de León el arcedianato de Triacastela. Excomulgó a los asesinos del canónigo encargado de cobrar los derechos señoriales episcopales, por lo que tuvo que alejarse de Lugo por algún tiempo. El 1167 el rey Fernando II le donó el territorio existente entre la Catedral de Lugo y el Monasterio de Ferreira.
Fuentes y bibl.: Biblioteca Nacional de Madrid, ms. 772, fol. 276v.; Archivo de la Congregación de Valladolid (Abadía de Silos, Burgos), Documentación varia, vol. I, fols. 20r. y 192v.
E. Flórez, España Sagrada, vols. XL y XLI, Madrid, Pedro Marín, 1796 y 1798, pág. 233 y págs. 22-39 y 208-318, respect.; P. Arias, “Don Juan I, abad de Samos (1145-1152) y obispo de Lugo (1152-1181)”, en Boletín de la Comisión Provincial de Monumentos de Lugo, 3 (1947-1949), págs. 163- 265; A. de Yepes, Crónica general de la Orden de San Benito (est. prelim. y ed. por J. Pérez de Úrbel), vol. I, Madrid, Atlas, 1959-1960 (Biblioteca de autores españoles, vol. 123), pág. 329; P. Antolín de Jesús da Costa, Liber fidei Sanctae Bracarensis Ecclesiae, vol. II, Braga, 1978, pág. 27; M. Lucas Álvarez, El Tumbo de San Julián de Samos (siglos VIII-XII), Santiago de Compostela, Caixa Galicia, 1986, págs. 48, 52 y 60-61; M. Arias, Historia del monasterio de San Julián de Samos, Samos, Monasterio, 1992, págs. 133-145; E. Zaragoza, “Abadologio del monasterio de San Julián de Samos (siglos VIII-XX)”, en Estudios Mindonienses, 12 (1996), pág. 475; “Jean de Samos”, en R. Aubert (dir.), Dictionnaire d´Histoire et de Géographie Ecclésiastiques, vol. XXVII, Paris, Letouzey et Ané, 1999, cols. 580-581.
Ernesto Zaragoza Pascual
