Yupanqui, Francisco Tito. Copacabana (Bolivia), 1545 – Arequipa (Perú), 1608. Escultor.
Pertenecía a la parcialidad de los anansayas, comunidad indígena del pueblo de Copacabana situado a orillas del lago Titicaca. Los anansayas proponían como patrona del pueblo a la Virgen María en contraposición a San Cristóbal, patrón de los urinsayas. Animado por Alonso Yupanqui, cacique de su parcialidad, Tito Yupanqui viajó a Potosí con objeto de aprender el oficio de escultor; allí entró como aprendiz en el taller del español Diego Ortiz. Yupanqui viéndose obligado a que asimilar formas y técnicas totalmente extrañas a su cultura, dificultad que el artista explica en su autobiografía, la que fue inserta en la escrita por el agustino Alonso Ramos Gavilán. Es el primer testimonio de un artista americano que al ser obra de un indígena utiliza un lenguaje muy parecido al Guamán Poma de Ayala. A través de este texto se pueden conocer los problemas que afrontaron los naturales para asimilar las técnicas europeas. En su escrito Tito Yupanqui describe el esfuerzo que realizó para lograr la imagen que se le había encomendado, la hizo varias veces poniéndola a la consideración de los artistas españoles, los cuales, en principio, fueron muy despectivos con su obra, pero Tito Yupanqui nunca perdió el apoyo de su maestro Diego de Ortiz. El modelo para la imagen fue la Virgen de la iglesia de Santo Domingo, elegida por los indígenas de Copacabana residentes en Potosí, liderizados por el cacique Alonso Yupanqui.
Antes de que la obra de Yupanqui fuese aprobada por las autoridades eclesiásticas pasó por varias vicisitudes que llevaron al artista a rogar a Dios y decir misas a fin de que su imagen fuera aceptada. Una vez realizada la talla, el año de 1584, se llevó a La Paz donde la doró un escultor español de apellido Vargas, quien por entonces trabajaba en el retablo mayor de la iglesia de San Francisco de esa ciudad.
Yupanqui hizo otras imágenes como la Virgen de Pucarani (La Paz, Bolivia); la de Cocharcas (Perú) llevada allí por el indio Sebastián Quimichi; la de Río de Janeiro; entronizada en la playa de Copacabana que tomó ese nombre en honor a la Virgen del Lago. También se llevaron dos imágenes a Madrid y Roma, de las cuales no se conoce su paradero. La fama de la Virgen de Copacabana, entronizada sobre uno de los adoratorios incaicos más importantes del imperio, tuvo fama de milagrosa y fue muy conocida; Calderón de la Barca dedica a su historia una de sus obras teatrales.
Entre los discípulos de Tito Yupanqui está Sebastián Acostopa Inca, autor del antiguo retablo mayor de Copacabana, también es autor de una Virgen de Copacabana existente en el Convento de la Madre de Dios de Sevilla. Entre sus colaboradores está Felipe Poma quien le ayuda a tallar la Virgen de Copacabana y lo acompaña en todas sus vicisitudes.
Bibl.: J. de Mesa y T. Gisbert, Escultura virreinal en Bolivia, La Paz, Academia Nacional de Ciencias, 1972; A. Ramos Gavilán, Historia del Célebre Santuario de Ntra. Sra. de Copacabana y sus Milagros (1621), Lima, Ed. Prado Pastor, 1988; R. Ramos, “Reflexiones y noticias sobre escultores y ensambladores indígenas en Bolivia y Perú, siglos xvi y xvii”, en Barroco Andino, La Paz, Memoria sobre el Primer Encuentro Internacional sobre el Barroco Andino, 2003 págs. 245-256.
Teresa Gibert y José de Mesa