Saiz Martínez, Julián. Saleri II. Romanones (Guadalajara), 19.VII.1890 – Madrid, 7.X.1958. Torero.
Nació en el seno de una familia humilde, que se trasladó a Madrid cuando Julián contaba nueve años. Cinco años más tarde era aprendiz en una carnicería, cuando comenzó a presentarse en las capeas de los pueblos de la provincia de Madrid, Toledo y Guadalajara.
Tras una temporada de novilladas por la provincia de Salamanca, consiguió debutar como novillero en la plaza de Vista Alegre, de Tetuán de las Victorias (Madrid), el 20 de abril de 1913. Su triunfo le llevó a plazas más importantes como Madrid, Barcelona, Alcalá de Henares, Zaragoza, Palma de Mallorca, Valencia, Sevilla y varios ruedos de Sudamérica, que le colocaron en 1914 a la cabeza del escalafón de novilleros. Este mismo año tomó la alternativa el 13 de septiembre, en Madrid, de manos de Vicente Pastor con Curro Vázquez como testigo y ganadería de Pérez Tabernero. En plena edad de oro del toreo se le considera el “tercer hombre” de la tauromaquia, tras Juan Belmonte y José Gómez Joselito, con este último haría el paseíllo en treinta y una ocasiones en la temporada de 1918, al final de la cual encabezaría el escalafón Joselito con ochenta corridas y Saleri II ocuparía el segundo lugar con setenta y dos. Considerado como torero de arte y valiente, se decía que, además, era el mejor banderillero de su época. Se mantuvo con dignidad en los ruedos hasta 1921 en el que una grave operación quirúrgica y otras incidencias personales y familiares minaron su carrera.
Retirado de los ruedos estuvo por América del Sur y Japón como empresario taurino y circense, actividad en la que perdió el mucho dinero que había ganado en los ruedos. Aunque fue presidente de la Asociación de Matadores de Toros y Novillos y se le debe la inauguración de las plazas de Barcelona (Monumental), Pamplona y Mondéjar (Guadalajara).
La Guerra Civil le dejó marcado y, cuando ésta finalizó, comenzó a ganarse la vida con pequeños negocios y como profesor y director de la Escuela Taurina Castilla de Madrid, de la que salieron alumnos como Gregorio Sánchez y Andrés Vázquez. La prensa de su tiempo dice que supo ser señor, arrogante, elegante, digno, entero y altivo tanto en los momentos buenos como en los malos.
Un infarto de miocardio en la plaza de Vista Alegre (Madrid), mientras daba clases, acabó con su vida. En la plaza de Las Cruces de Guadalajara se le recuerda con un monumento, una placa y un busto y en su casa natal con una placa y el nombre de la calle. Además, el maestro Román García Sanz compuso un pasodoble torero que lleva por título su nombre.
Bibl.: Uno al Sesgo (T. Orts Ramos), Salieri II, Barcelona, Gas Hermanos y Mercader, 1921 (col. Los Ases del Toreo); C. Algaba, Los Grandes Toreros, Barcelona, El Gato Negro, 1931; J. L. Francos, Julián Saíz Saleri II, As en la Edad de Oro del Toreo, Madrid, Egartorre, 2001.
Juan Luis Francos Brea
