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Manuel Negrón de las Cuevas

Biografía

Negrón de las Cuevas, Manuel. Cañete la Real (Málaga), 3.I.1902 – Frente de Teruel, 20.I.1938. Aviador.

De familia militar, su padre fue el comandante de Artillería Ángel Negrón Fuentes y su madre Carmen de las Cuevas y de las Cuevas. Ingresó en el Ejército el 6 de mayo de 1917 como artillero de segunda voluntario en la Comandancia de Artillería de Ceuta del Marruecos Español. Al poco tiempo se incorporó como alumno en la Academia de Infantería, y al salir como alférez el 8 de agosto de 1920 fue destinado al Regimiento de Infantería Ceuta n.º 60. Durante sus actuaciones en múltiples servicios al frente del enemigo fue herido por arma de fuego el 17 de septiembre de 1921, pasando al Hospital Militar de Melilla y luego al de Córdoba, donde continuaba a final del año 1922.

Ascendido por méritos de guerra a teniente el 31 de enero de 1922, pasó destinado al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas Ceuta n.º 3. El 30 de enero de 1923 comenzó el curso como alumno para convertirse en piloto de aeroplanos, pasando en comisión al Servicio de Aviación hasta final de marzo de 1924. En este año comenzó en la Escuela de Sevilla y continuó hasta su terminación el Curso de Transformación en Cuatro Vientos. Obtuvo el título de piloto militar de aeroplano el 18 de marzo del mismo año.

El 3 de abril siguiente fue destinado a las escuadrillas expedicionarias en África. Desde ese momento ya permanecería en el Servicio de Aviación Militar hasta fines de febrero de 1931.

Ascendido por méritos de guerra a capitán el 1 de octubre de 1925, fue destinado a Getafe en 1926 y poco después al Grupo de Sevilla con destacamento en Granada. En 1927 acudió al Curso de Observadores en la Escuela de Tiro y Bombardeo de Los Alcázares.

Manuel Negrón solicitó licencia para contraer matrimonio en 1926, tal como era preceptivo en el Ejército entonces y hasta muchos años más tarde, y lo hizo con Elvira Pezzi Hernández, de la cual tuvo cuatro hijos, dos varones y dos hembras: Manuel, Elvira, Mercedes y Ángel. En años posteriores a la terminación de la Guerra Civil sus dos hijos varones continuaron la tradición de la carrera aeronáutica, falleciendo el mayor en accidente de automóvil cuando era capitán de Aviación, y el último se retiró de coronel del Ejercito del Aire. Su hija Mercedes se casó con el coronel de Aviación Mariño, con el que tuvo cinco hijos.

En 1930 estaba realizando el Curso de Mandos en Cuatro Vientos, entre el 4 de agosto y el 18 de septiembre, y en las represalias de finales de aquel año fue destinado al Batallón de Aviación de Granada en febrero del año siguiente. Poco después pasaba a la Escuadra Aérea n.º 2 en Granada, al poco de realizar la promesa de adhesión y fidelidad a la República y en el mismo destino finalizó en 1931, no sin antes haber vuelto a Los Alcázares y haber completado un Curso de Tiro en Caceause, Francia.

En 1933 fue enviado en comisión de servicio para la recepción de aparatos de entrenamiento para tiro de capot, en la fábrica francesa “Fils de Peinchaud”, permaneciendo destinado en el aeródromo Burguete y pasando a continuación a la Escuadra n.º 3 de Barcelona, estacionado en Logroño el 22 de mayo del mismo año.

Permaneció en los servicios de Material e Instrucción de la Aviación Militar a lo largo de varios meses de 1934, en la 3.ª escuadra hasta finales de 1935 y de nuevo en el anterior destino se encontraba en julio de 1936. Al comenzar la Guerra Civil estaba veraneando con su familia en Noja (Cantabria), donde el 19 de julio fue apresado por dos milicianos y conducido al penal del Dueso, en Santoña. Algún tiempo después lo trasladaron al barco-prisión Alfonso Pérez, anclado en el puerto de Santander, desde donde fueron sacados a fusilar muchos prisioneros. Parece que se salvó de correr esa misma suerte debido a que los republicanos esperaban que en algún momento decidiera pasarse y convertirse en su jefe de Aviación en el Norte. Cuando las tropas nacionales entraron en Santander fue el momento en que más peligró su vida, ya que sacaron a un grupo de prisioneros en camiones hacia Avilés con la intención de fusilarlos a todos por el camino. Finalmente fue liberado el 26 de agosto y poco después se presentó a la Aviación Nacional, pasando a reentrenamiento el 19 de septiembre de 1937, y terminando el mismo el 2 de octubre.

A los pocos días ascendió a comandante de Infantería por promoción extraordinaria, siendo nombrado jefe del Grupo de aviones de asalto y bombardeo 4-G-12, dotado con aviones italianos del tipo Romeo-37 bis.

Desde el primer momento el comandante Negrón, al frente de su unidad, realizó vuelos de ametrallamiento y bombardeo sobre los objetivos señalados, destacándose durante todas sus actuaciones a lo largo de los meses finales de 1937 y comienzo del año siguiente. El día 20 de enero de 1938 su unidad tuvo como objetivos Celadas, el Muletón y La Pedriza en el valle del Alfambra, durante la contraofensiva de Teruel. En sucesivas pasadas ametrallando y después de lanzar sus bombas en picado sobre La Pedriza, fue herido de gravedad por fuego enemigo, falleciendo casi instantáneamente. El capitán Mira, que le acompañaba como observador, fue herido por bala en el escroto durante la tercera pasada. Al dar la pasada séptima y última, según los comentarios intercambiados, el comandante Negrón recibió un impacto directo que le debió de causar la muerte de forma fulminante, por lo que Mira cogió los mandos del avión. Le quitó las gafas y trató de ver si vivía. Al volver al campo trató por tres veces de tomar tierra, pero no podía cortar el mando de gases por impedírselo el cuerpo; decidió entonces aterrizar violentamente.

Según Gomá Orduña en su libro La Guerra en el Aire, “los aviadores fueron trasladados al Hospital Militar de Zaragoza y uno al lado del otro, en el patio, quedaron depositados en dos camillas. Al llegar el general Kindelán con sus ayudantes, le impuso la Medalla Militar al comandante Negrón y, cuando se disponía a imponérsela al capitán Mira, alguien dijo que todavía vivía. Kindelán reaccionó y dijo: ‘No se la pondré para no gafarle’. Mira se salvó, mejoró rápidamente de sus heridas y continuó en el servicio en vuelo”.

El 23 de febrero de 1940 se le concedió el ascenso póstumo a teniente coronel por méritos de guerra con antigüedad de la fecha de su fallecimiento. A propuesta del general jefe del Aire le fue confirmada por el general Franco la concesión de la Medalla Militar individual, que le fue anotada con carácter oficial el 2 de noviembre de 1963.

En el expediente abierto para la posible concesión de la Cruz Laureada de San Fernando, declararon diferentes jefes y oficiales, dejando constancia de la alta consideración en que tenían al comandante por su inteligencia, valor y serenidad, considerando los hechos relevantes en que participó como dignos del mayor encomio, por su celo y bravura en el cumplimiento del deber.

 

Bibl.: J. Goma Orduña, La guerra en el aire, Barcelona, Editorial AHR, 1958, págs. 279-280; J. Salas Larrazábal, Guerra Aérea 1936-1939, Madrid, IHCA, 2003, 4 vols.

 

Rafael de Madariaga