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Joaquín Teodoro Egaña

Biografía

Egaña, Joaquín Teodoro. Montevideo (Uruguay), 9.XI.1802. – Mercedes, Soriano (Uruguay), 11.VIII.1876. Militar, coronel, agrimensor y geógrafo geodesta.

Hijo del piloto español de Guipúzcoa Juan Bautista Egaña, estudió en su ciudad natal la carrera de agrimensor.

Sus primeros servicios militares (1844), los ejerció en el Cerrito durante la Guerra Grande, como capitán de ingenieros; en el departamento de Soriano, comandó la Guardia Nacional de Artillería del departamento mencionado y la de Colonia.

En junio de 1846 ingresó al ejército de línea, integrando la división a órdenes del general Servando Gómez, la cual operaba al norte del Río Negro. Se halló en la toma de la Villa del Salto, donde —según Fernández Saldaña— el 6 de enero de 1847, sus piezas de cañón, “apostadas en las alturas de la Caballada, echaron a pique los barcos gubernistas ocasionando un inútil sacrificio de fugitivos no combatientes”.

Sargento mayor (septiembre de 1848), con esta jerarquía fue designado comandante militar de la 1.ª Sección del Departamento de Salto. Teniente coronel en julio de 1851, pasó a ocupar el cargo de jefe de Estado Mayor Divisionario del Ejército de Operaciones al mando del general Ignacio Oribe, y en las postrimerías de la Guerra Grande, el comando de la artillería del bando sitiador.

Tras el convenio del 8 de octubre de 1851, continuó sus servicios en el ejército reorganizado luego del conflicto, siendo designado para actuar en la Comisión Demarcadora de Límites con el Brasil junto al coronel José María Reyes, con quien mantuvo discrepancias por particularidades geográficas del río Cuareim, motivando su regreso a Montevideo y su sustitución (1854).

Se sumó a la revolución conservadora de 1855, formando parte de la comisión encargada de los trabajos de fortificación de Montevideo. Años después (1858), el presidente Gabriel Pereira le encargó la Jefatura Política y de Policía y la Comandancia Militar del departamento de Soriano, promoviendo al militar al grado de coronel (4 de abril de 1859), cargos en los que se mantuvo al inicio del Gobierno de Bernardo P. Berro (1860-1864). Ministro de Guerra y Marina por algunos meses (septiembre-noviembre de 1862), cuando la invasión del general Venancio Flores, el Gobierno le nombró jefe del Estado Mayor del Ejército de Operaciones, ejerciendo la Comandancia Militar de Soriano nuevamente hasta mediados del año 1864.

Producida la invasión brasileña en apoyo a los revolucionarios “colorados” del general Flores, y circunscripta la defensa gubernamental a la plaza de Montevideo, Egaña integró en enero de 1865 el cuerpo de ingenieros, puesto en el que ascendió a coronel efectivo (14 de febrero de 1865), aunque la rendición del gobierno “blanco”, motivó su exilio forzoso y la no validación de su ascenso, siendo dado de baja del ejército.

Volvió a la república durante la Revolución de las Lanzas (1870-1872), y a pesar de su avanzada edad, participó en algunas de las acciones de guerra más importantes de la guerra civil, siendo herido en el combate de la Unión (29 de noviembre de 1870) y en la batalla del Sauce (25 de diciembre de 1870), considerada esta última como la más sangrienta del conflicto. Durante la dictadura del coronel Lorenzo Latorre (1875-1878), obtuvo la validación de sus despachos de coronel de ingenieros (18 de febrero de 1876), concedidos un decenio antes por el Gobierno de Aguirre.

Poco tiempo disfrutó el militar esta reivindicación, pues falleció en Mercedes meses después. Su biógrafo, Mateo Magariños de Mello resalta cumplidamente sus cualidades: “Leal, consecuente en la amistad y en la política, eficiente y honrado en la administración, enérgico y paternal en el mando, respetuoso, franco y digno como subordinado; valiente y decidido en la guerra, generoso de su dinero y de su esfuerzo, organizador y progresista en los cargos directivos, alegre y juerguista, aunque hombre de familia, en la vida privada, pintoresco y gráfico en la prosa suelta, ágil y colorida, mechada de ternos y de dicharachos populares, o picarescos, tales son los atributos con los que se nos aparece Egaña al cabo de nuestras investigaciones, en las que cobramos, por fuerza, admiración y respeto por su figura. Su copiosa extensa correspondencia con Diego Lamas constituye uno de los conjuntos documentales más expresivos del ambiente local salteño y de la época en que le tocó actuar, reflejándose en ella su temperamento extravertido, vehemente y proclive a los altibajos de humor, al desánimo y al optimismo.”

 

Bibl.: J. M. Fernández Saldaña, Diccionario Uruguayo de Biografías, 1810-1940, Montevideo, Editorial Amerindia, 1945, págs. 428-430; M. Magariños de Mello (comp., estud. prelim. y notas), El Gobierno del Cerrito. Colección de Documentos Oficiales emanados de los poderes del gobierno presidido por el Brigadier General D. Manuel Oribe, 1843-1851, t. II, Montevideo, El Siglo Ilustrado, 1961, págs. 1179-1182.

 

Alberto del Pino Menck

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