Ledesma Hernández, Dámaso-Blas. Ciudad Rodrigo (Salamanca), 3.II.1866 – Salamanca, 13.VI.1928. Musicólogo, organista y compositor.
En 1875 ingresó en la catedral de su localidad natal como niño de coro y alumno de Solfeo y Piano del organista y maestro de capilla, seglar, Luciano Bastida y Chic, que, a los dos años de su ingreso, le hizo pasar al seminario diocesano, como organista y director del coro, labores que continuó ejerciendo tras aprobar (en 1879) el examen de ingreso en dicho seminario.
En 1888, al cursar primer año de Teología, murió su maestro Bastida y Chic. Dámaso Ledesma solicitó opositar al beneficio de organista, que había quedado vacante. Tras el brillante resultado de los exámenes, tomó posesión de la plaza el 30 de mayo de 1888.
Con el mecenazgo y magisterio del ilustre mirobrigense Clemente de Velasco y Sánchez-Arjona, estudió Armonía y Composición con José María Benaiges y contrapunto con Bartolomé Pérez Casas por correspondencia y, a veces, en Madrid.
Tras las oposiciones al beneficio de organista de la catedral de Salamanca, tomó posesión de este cargo el 20 de septiembre de 1896. Unos años más tarde fue nombrado rector y profesor del colegio de niños de coro, donde creó escuela, ya que algunos alumnos influyeron después en la vida musical salmantina; destacó el que pronto fue su colaborador, Bernardo García-Bernalt Huertos.
A través de la correspondencia con Adolfo Salazar, Dámaso Ledesma escribió: “[…] ya en Salamanca comencé a pensar en la música popular y habiendo un concurso en la Real Academia de San Fernando, para premiar una colección de cantos castellanos […] con seis meses de plazo me lancé en su busca, a pie, a caballo […] y en cuatro meses transcribí unos 900 […] obteniendo el premio el 14 de noviembre de 1905 y (también por unanimidad) el nombramiento de Miembro Correspondiente de dicha Academia […]”.
Tomás Bretón organizó un homenaje al premiado autor en el Ateneo Artístico y Literario de Madrid el 9 de mayo de 1906 en el que alumnos del Real Conservatorio, dirigidos por Bretón y con Ledesma al piano, interpretaron piezas del Cancionero Salmantino premiado.
Se repitió el homenaje en Salamanca, el 23 de noviembre de 1906, con músicos dirigidos por Bretón y Dámaso Ledesma. El día 25 se ofreció en Ciudad Rodrigo esa misma “Velada musical de Cantos Populares Salmantinos”.
La obra premiada, Folk-Lore o Cancionero Salmantino, fue publicada en 1907 por la Diputación de Salamanca (Imprenta Alemana de Madrid) con “Preámbulo” de Tomás Bretón, que la definió como “[…] de excepcional interés para el porvenir de la música española […]”.
Esta obra y su antecedente (Folk-Lore de Castilla o Cancionero popular de Burgos —1903— de Federico Olmeda) son consideradas por los musicólogos Miguel Manzano, Juan-Alfonso García y Miguel Ángel Palacios Garoz pioneras en sistematizar el trabajo de campo, su análisis y su catalogación científica, de lo que, hasta entonces no existía precedente. La faceta de Dámaso Ledesma como organista y compositor es estudiada por Luis Dalda Gerona, catedrático de órgano del Conservatorio Superior de Música de Salamanca, que escribe: “[…] sus Versos de 8º tono para dos órganos revelan a un Ledesma profundo conocedor del instrumento […]. Ledesma demuestra a través de esta música un profundo conocimiento de los múltiples recursos de los dos órganos barrocos que tenía a su cargo, como organista […]”.
En el Cancionero Salmantino se clasifican en siete Secciones cuatrocientos cuatro documentos de los recogidos por Dámaso Ledesma. La sección séptima (instrumental) ofrece treinta y una tocatas: silla de dulzaina y redoblante, y veintiséis de tamboril y “gaita” (flauta de tres agujeros). La sección primera se subdivide en tonadas de primero, segundo y tercer orden, con respecto a “[…] la delicadeza de su estructura” y al ambiente modal que se evidencia. Este Cancionero ha sido fuente de inspiración para importantes compositores; cabe citar a Tomás Bretón (Salamanca, Poema sinfónico para gran orquesta); Federico Moreno Torroba (Bailando un fandango charro, para dos guitarras); Gerardo Gombáu (Escena y Danza Charra, Campocerrado, Rondela de cantos charros); o Miguel Alonso (Tríptico Salmantino, Homenaje a Juan del Encina). También se inspiraron en este Cancionero, Hilario Goyenechea, Manuel de Falla, Conrado del Campo, Bernardo García-Bernalt Huertos, José Antonio de San Sebastián (padre Donostia), Joaquín Nin Culmell, Manuel Parada de la Puente, Miguel Querol Gavaldá, Miguel Manzano Alonso, etc.
Fue este Cancionero “[…] libro de cabecera de Federico García Lorca [...]”, según José F. Montesinos.
Lorca armonizó para piano y canto los Mozos de Monleón, romance clasificado como tonada de primer orden.
La labor de Dámaso Ledesma despertó interés en Miguel de Unamuno y en Luis Maldonado de Guevara y Fernández de Ocampo. Este último, ya en 1904, puso en relación a Dámaso Ledesma con Ramón Menéndez Pidal, que recibió variantes salmantinas de romances, recogidas por el musicólogo. Para la obra póstuma de Luis Maldonado, La Farsa de Matallana, aparecía en el archivo musical de la familia de Dámaso Ledesma una Loa sobre el romance de La Bastarda, en dos versiones inéditas: Para canto y piano y Para orquesta, coro y armonio.
En el importantísimo archivo musical custodiado por la familia Ledesma en Ciudad Rodrigo, hasta 1999-2000, se encontraba el fondo bibliográfico de enorme valor que poseía Dámaso Ledesma, y gran parte de su obra inédita y autógrafa (otra parte está en distintos archivos casi siempre inaccesibles). Desde octubre de 2001, los manuscritos del archivo familiar se encuentran en la Biblioteca Nacional, tras ser cotejados con el inventario existente. No así el fondo bibliográfico que, desgraciadamente, se dispersa en “mercado de viejo”.
Entre sus obras (inéditas entonces) destacaba El arado cantaré. Bajo este lema se guardaban dieciséis cuadernillos en el archivo musical de Dámaso Ledesma, inventariado por la autora de esta biografía en Ciudad Rodrigo, el año 1999. Estos cuadernillos contenían la transcripción autografiada de ciento noventa y ocho canciones y tocatas populares catalogadas sistemáticamente, como hiciera en el Cancionero Salmantino en 1907. También su estructura es casi idéntica: siete Secciones con variación de contenido sólo para la sexta, que recoge Canciones de Gaita, y la séptima, integrada por: 1.º Canciones infantiles de rueda y 2.º Romances.
Estos ciento noventa y ocho documentos, tras no pocos episodios, han visto la luz en julio de 2011, como edición facsimilar y digitalizada, con estudios introductorios que, a través de 692 páginas, rescata la Segunda Parte del Cancionero Salmantino de Dámaso Ledesma Hernández. Fue editada por iniciativa del Centro de Estudios Mirobrigenses (CEM), con muy especial ayuda de ADECOCIR (Fondo Europeo de Desarrollo para la zona de Ciudad Rodrigo), la Sociedad Española de Musicología (SEdEM), y la suscripción popular convocada por el CEM.
Los contenidos de esta segunda parte y los del Cancionero editado en l907, inspiraron a Dámaso Ledesma numerosas composiciones, también inéditas; parte importante de las mismas permanecía en dicho archivo, casi siempre revestidas con buen desarrollo orquestal y coral. Cabe citar algunas (solían carecer de fecha): Kalenda Nativitate D. N. Chrtº, sin fecha; Oh, admirable Redentor, motete a cuatro voces, sobre canto popular de Pasión que se canta en Aldearrubia, 1906; La Carrera, sobre canto popular de Pasión que se canta en Tamames de la Sierra, sin fecha; La Cadena, sobre canto popular de Pasión que se canta en Mieza, sin fecha; Lo primero después de la Cena, sobre canto popular de Pasión que se canta en tierras de Ledesma, sin fecha; Cántico a la Virgen de la Cuesta, sobre canto popular de Miranda del Castañar; Auto de los Reyes Magos, sobre el recogido y transcrito en Carbajosa de la Sagrada; Villancico que se canta en Robleda; Canto infantil de rueda (para canto y piano); Loa sobre el romance de La Bastarda (dos versiones).
Entre otras obras inéditas, aunque menos inspiradas en la tradición popular, se pueden citar: Versos de 8.º tono para dos órganos: Interludios para la Nona de la Ascensión; Misa (para tiples, bajo y órgano); Ave María (a voces blancas y solo); O vos omnes (tres coros de voces blancas); O quam suavis (motete al S. S. a cuatro voces y órgano); Mirabilia testimonia tua (canto y órgano); Canto al Smo. Cristo de la Misericordia, de Hinojosa de Duero (coro y órgano); Es el mar, tan inmenso y tan bonito (canto y piano); Himno a Ciudad Rodrigo (coro, orquesta y órgano), etc.
Su obra póstuma, El maldito ochavo, requiere atención especial: es una zarzuela de ambiente charro, en dos actos, con libreto de G. Santos Diego. El 20 de enero de 1930 la Asociación de la Prensa organizó un homenaje a la memoria de Dámaso Ledesma, en el teatro Bretón de Salamanca. Se estrenó el primer acto de esta zarzuela, con éxito de partitura, coros y orquesta, dirigidos por el profesor Bernardo García- Bernalt Huertos, su antiguo alumno y colaborador.
En el archivo musical inventariado (recogido ahora en la Biblioteca Nacional) no aparecían los manuscritos de este primer acto. Sí figuraban, como “entrada al Segundo Acto”, borradores autografiados y numerados (164 compases) de la Marcha Nupcial Charra y también como (1) del Segundo Acto, veinte caras autografiadas (de 0,59 por 0,25) del Preludio, firmadas el 23 de enero de 1927.
En la obra Bernardo García-Bernalt Huertos: Folklore musical Salamantino […], de Bernardo García-Bernalt Alonso (Salamanca, 1995), se publican la Marcha Nupcial Charra (págs. 373-429) y otras obras, sobre las que el autor del libro avanza sus razones sobre una co-autoría Dámaso Ledesma/García-Bernalt Huertos y viceversa, con varios planteamientos (págs. 87-93), entre otros, la necesidad de reducir la plantilla orquestal, para adaptarla a las posibilidades reales de la Salamanca de aquellas fechas.
Dámaso Ledesma presentó ponencias sobre la canción popular religiosa, con ejemplos armonizados por él, en los Congresos de Música Sacra de Valladolid (1907) y Sevilla (1908). Formó parte de los tribunales de oposición para plazas de organistas, maestros de capilla y cantores: Salamanca, Valladolid, Zamora, Plasencia y Sevilla. El Liceo de América le concedió el Primer Premio del Concurso Internacional de Canciones Populares el 27 de noviembre de 1923.
Obras de ~: Folk-Lore o Cancionero Salmantino, Madrid, Diputación de Salamanca, Imprenta Alemana, 1907 (reed., Salamanca Imprenta Provincial, 1972); P. Magadán Chao, F. Rodilla León y M. Manzano Alonso (eds.), Dámaso Ledesma Hernández Cancionero Salmantino. Segunda Parte, Salamanca, CEM (CECEL-CESIC)-Imprenta Gráficas Varona, 2011; O Salutaris (a cuatro voces iguales y órgano), Madrid, Casa Dotesio, s. f.; Despedida a la Virgen (tiples y órgano), Madrid, Casa Dotesio, s. f.; Libera me (voces iguales y piano o harmonium), Madrid, Casa Dotesio, s. f.; Bienvenida (pasodoble torero para piano), Madrid, Casa Dotesio, s. f.
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Pilar Magadán Chao