Fajardo de Tenza, Juan. Marqués de Espinardo (I). Murcia, s. m. s. XVI – La Coruña, VII.1631. Almirante y gobernador y capitán general de Galicia.
Nieto paterno de Luis Fajardo de la Cueva (Vélez Blanco c. 1504-1574), II marqués de Los Vélez y I de Molina, adelantado y capitán mayor del reino de Murcia y capitán general del reino de Granada, y segundogénito del célebre almirante Luis Fajardo y Ruiz de Avendaño (c. 1554-Madrid, 1617) –hijo bastardo del aludido marqués–, capitán general de la Armada de la Guardia de la Carrera de Indias (1598) y de la Armada del mar Océano (1603-1616), y de Luisa de Tenza Cascales y Pacheco (c. 1540-¿?), señora de Ontur y Albatana, en cuyo mayorazgo se incluían importantes propiedades en Espinardo (Murcia) y Mojón Blanco (Hellín). Inicialmente soldado y capitán de arcabuceros en la Armada del mar Océano, en la que empezó a servir hacia 1600 a las órdenes de su padre, obtuvo en 1601, junto con su hermano Alonso Fajardo de Tenza, el grado de entretenido con sueldo.
El 28 de abril de 1603 fue investido caballero de Calatrava y comendador de Montanchuelos y en 1607 ascendió a almirante general de la flota del Atlántico con carácter interino, puesto que ejerció como titular desde 1609 hasta aproximadamente 1622. En esos años, como mando de la Marina española, tomó parte en la expulsión de los moriscos de Valencia, por Alicante (octubre de 1609), y Murcia, por Cartagena (noviembre de 1609-febrero de 1610). Y en la guerra naval, junto a una flota combinada al lado de su padre, contra magrebíes, ingleses (Tremecén, mayo de 1610), holandeses, como de Simón Dancer (La Goleta, agosto de 1610), y turcos. Tras estas operaciones volvió al océano Atlántico, arribando el 6 de noviembre de 1610 a Lisboa, ordenándosele, en contra de su parecer, que prescindiese de la escuadra lusa y potenciase las escuadras gallegas y cantábricas.
El 19 de enero de 1613 se le ordenó proporcionar marineros al almirante Rui González de Sequeira para la armada que se preparaba para el de socorro de las Filipinas. En paralelo, y tras la llegada de una armada holandesa a Gibraltar, le obligó a dar cobertura al príncipe Filiberto de Saboya y patrullar, entre enero y abril, la costa desde el Estrecho al cabo Espartel. Acto seguido volvió a la costa portuguesa para realizar con su hermano Alonso Fajardo una segunda leva de marinería para la flota del Mar Océano. En enero de 1617 se reunió en Sanlúcar de Barrameda con el príncipe Filiberto de Saboya y el marqués de Santa Cruz en apoyo a la defensa del estrecho de Gibraltar ante una nueva incursión de otra flota holandesa. La muerte de su padre, el 21 de abril de aquel año, y la sustitución del nuevo almirante general –Fadrique de Toledo Osorio– le valieron un ascenso, ya que, en septiembre de 1618, fue designado capitán general de la Armada de la Guardia del Estrecho.
Su nombramiento disgustó al almirante Antonio de Oquendo, quien entró en disputas con él por este mando naval. Sus diferencias las resolvió el Consejo de Guerra con el encarcelamiento de Fajardo en el castillo de Sanlúcar de Barrameda. Tras su puesta en libertad se retiró a su finca de Espinardo, en la que levantó un espacio idílico en el entorno de la huerta murciana, donde estableció una pequeña corte literaria que fue muy elogiada en 1619 en Madrid por el doctor Alonso Cano de Urreta en su obra Días de Jardín.
Juan Fajardo de Tenza volvió a la carrera naval en 1621, cuando fue ratificado general de la Armada del Estrecho y Gobernador de Gibraltar, dedicándose a la defensa de las flotas de Indias en el área del cabo de San Vicente (1622-1623). Muy exitosa sería su intervención contra la flota del almirante Willem Haultain de Zoete, que iba en apoyo a los franceses y, tras recoger algunas tropas en Tánger, Ceuta y Gibraltar, recaló en Fuengirola, donde el 6 de agosto 1621 destruyó a la armada enemiga.
Una segunda acción donde destacó ocurrió en 1622 contra el almirante holandés Joachim Hendricksz Swartenhondt, a quien interceptó en aguas gibraltareñas el 6 de octubre, dándole batalla en Fuengirola, en una primera fase, que siguió en una segunda persecución en el Estrecho, donde confrontó el 18 de octubre. Esta batalla naval le dio gran fama, por la serie de pinturas que se realizaron, toda vez que al año siguiente se publicó en Lima un impreso titulado Batalla naval que tuvo el general don Juan Fajardo de Guevara, junto a Málaga, con 80 navios olandeses.
A partir de 1623 Fajardo trasladó sus acciones a las costas del Brasil, donde aquel año expulsó del puerto de Pernambuco al almirante Pieter Pietersz Heyn. A su retorno a la Península, el 6 de octubre de 1624 se enfrentó nuevamente en aguas de Gibraltar con los holandeses, volviendo al Brasil al año siguiente para luchar con el almirante holandés Jacobo Willekens, recuperando en 1625 Bahía para la Monarquía hispánica. Esta hazaña fue rememorada por el conde-duque de Olivares, quien encargó un óleo a Maíno, popularizándose también por la obra teatral de Lope de Vega Brasil Restituído, que alude diversas veces el aguerrido valor de Fajardo.
Con la muerte de su hermano mayor en Manila, el 11 de mayo de 1624, heredó los señoríos de Ontur y Albatana; toda vez que fue miembro del Consejo de Guerra de Felipe IV. En septiembre de 1626, y como recompensa a sus servicios, fue nombrado gobernador y capitán general de Galicia y al mes siguiente –24 de octubre– se le concedió, por compra al rey, el señorío de Espinardo, hasta entonces únicamente un mayorazgo. Por su experiencia en asuntos navales parecía, por otro lado, el candidato idóneo para ocupar la Gobernación y Capitanía General de Galicia en ese momento en el que la construcción de una escuadra en el reino, que habría de componerse de ocho naves según el ofrecimiento hecho al monarca por las ciudades en las juntas, era prioritaria para la Corona debido a su falta de recursos y la debilidad defensiva de sus plazas ante las crecientes hostilidades con Inglaterra y Holanda. La construcción de la escuadra de Galicia fue abordada por Fajardo al poco de su llegada a La Coruña. Sin embargo, aunque adoptó diversas medidas de carácter extraordinario para preparar los primeros cuatro buques, las gestiones fueron lentas y de escasos resultados. En mayo de 1628 recibió órdenes de convocar al reino para tratar sobre esta materia. Reunida en julio, la junta adoptó varias resoluciones en este asunto, sobre todo acerca de su funcionamiento y del asiento que habría de otorgarse con el rey, pero algunas de ellas fueron tomadas con el desacuerdo de Espinardo, que pretendía conservar la merced de proveer él las compañías de infantería vacantes, la del general de dicha escuadra y las de los oficiales, a lo que se opusieron tajantemente las oligarquías de las capitales gallegas.
Junto a su intervención en la puesta en marcha de la escuadra gallega, otro aspecto que marcó su mandato fue su enfrentamiento por cuestiones de competencia con los restantes miembros de la Real Audiencia de Galicia, especialmente con los alcaldes mayores, que llegaron a celebrar un acuerdo en su contra y cuyas desavenencias eran del dominio público. De hecho, las relaciones institucionales entre el titular del cargo de gobernador y los alcaldes mayores de ese tribunal registraron entonces la máxima tensión experimentada en el transcurso del siglo XVII.
El 7 de agosto de 1627, con el vizcondado previo de Monteagudo, se le concedió el título de I marqués de Espinardo. Los últimos años de su vida los dedicó a desempeñar los mayorazgos heredados de su hermano y a engrandecer su casa de Espinardo, en donde fue un auténtico mecenas. Entre los muchos artistas que protegió sobresale el licenciado Francisco Cascales, quien le dedicó sus Discursos históricos de la muy noble y muy leal ciudad de Murcia, obra publicada en 1621 en la capital de aquel reino. Aunque en febrero de 1631 fue propuesto para virrey de Nueva España, que no se le otorgó, y permaneció en Galicia en el ejercicio de sus empleos hasta su fallecimiento pocos meses después.
Casó el 18 de julio de 1613 en Morata de Tajuña con su prima hermana Leonor María Fajardo de Guevara (Morata de Tajuña, 1556-¿?), señora de Ceutí, castillo de Monteagudo y mayorazgo de Morata, hija de su tío Diego Fajardo Fernández de Córdoba, caballero de Santiago y de Calatrava, y de Juana de Guevara Rocafull Velasco y Otazo, señora de la Vega de Morata, de la villa de Ceutí y del castillo de Monteagudo. De este matrimonio nació un hijo, Diego Ambrosio Fajardo de Guevara (¿?-Murcia, 1649), desde 1631 II marqués de Espinardo, y dos hijas: Luisa Antonia Fajardo de Guevara (Madrid, 1580-¿?), desde 1649 III marquesa de Espinardo, esposa de Luis Felipe de Guevara y Zúñiga, señor de la Casa de Guevara (Madrid), caballero de Santiago, gentilhombre de boca del rey, desde 1631 veedor general del ejército en Flandes y, desde 1636, miembro del Consejo de Guerra. Y Juana Antonia Fajardo de Guevara (Cádiz, ¿?-Madrid, 1647), casada el 19 de octubre de 1642 con Alonso Ortiz de Zúñiga y Leyva, caballero de Santiago y Alcántara, alférez mayor de Sevilla, tesorero y del consejo de Felipe IV, estribero mayor y mayordomo mayor de la reina Isabel de Borbón.
Bibl.: A. Eiras Roel, “Las Juntas del Reino de Galicia en el período protoinstitucional, 1599-1629”, en Actas de las Juntas del Reino de Galicia (1599- 1629), vol. I, Santiago de Compostela, Xunta de Galicia, 1995, págs. 5-55; M. del C.ª Saavedra Vázquez, Galicia en el Camino de Flandes. Actividad militar, economía y sociedad en la España noratlántica, 1556-1648, La Coruña, Edicións do Castro, 1996, págs. 150-153; D. Goodman, El poderío naval español. Historia de la armada española del siglo XVII, Barcelona, Península, 2001, págs. 39, 226, 332, 345, 393 y 397; V. Sánchez Ramos, “Sangre, honor y mentalidad nobiliaria: La casa Fajardo entre dos siglos”, en Revista Velezana, 24 (2005), págs. 31-50; V. Sánchez Ramos, “El almirante Juan Fajardo de Tenza, I marqués de Espinardo, y su sucesión. La consolidación de un linaje hasta mediados del siglo XVIII”, en Historia y Genealogía, 6 (2016), págs. 223-249.
Valeriano Sánchez Ramos
