Canarias, Tadeo de. ¿Portugal?, p. m. s. xv – Tagaos (Marruecos), f. s. xv – p. t. s. xvi. Religioso agustino (OSA), primer misionero en las costas saharianas del actual Marruecos.
Muy poco se conoce sobre la vida de este audaz misionero. Se sabe que profesó como agustino en el convento de Nuestra Señora de Gracia, en Lisboa.
Se empeñó en ir a las costas africanas a misionar y lo consiguió por parte de sus superiores. En principio, más que convertir infieles, su propósito, más lógico, era el de sostener en la fe cristiana a algunos grupos de cristianos cautivos que se encontraban en las costas saharianas, frente a las Islas Canarias. Aunque no estaba fuera de su mente, como un nuevo Raimundo Lulio, predicar el Evangelio a los seguidores de Mahoma, solamente se tienen noticias de que sus superiores, como se ha dicho, le dieron el permiso para su viaje. En el archivo del convento de la Orden Agustina de Canarias, que en principio perteneció a la provincia portuguesa de dicha orden hay una constatación de la estancia de Tadeo de Canarias en las costas africanas en el año 1470. Puede suponerse, a partir de la fecha anteriormente citada, que su estancia duró algunos lustros, puesto que, por otra parte, se atribuye a Alonso Ortiz de Zambrano, sargento mayor de la isla de Fuerteventura, a fines del siglo xv, que él fuera un “testigo ocular” de algunos milagros obrados por este santo misionero (no se especifica si en su vida o después de muerto).
El historiador canario J. Viera y Clavijo, en sus Noticias de la Historia general... (1863) da una “Noticia del Venerable varón Tadeo agustiniano en África” (§ XLVIII), tomando datos de un manuscrito de Pedro Agustín del Castillo y Ruiz de Vergara (1669- 1741), hombre “de cultura enciclopédica”. En el parágrafo hace una larga descripción, un poco difusa, pareciéndose casi más una leyenda que un hecho histórico.
Dice que “al tiempo que nuestros canarios hacían sus entradas en la costa de África” se hizo prisionero al alcaide moro de Tagaos; fue llevado a La Laguna y puesto en una “prisión decente”. Desde allí, por una ventana, vio a dos frailes agustinos y alegrándose mucho pidió verlos y ante ellos se hincó de rodillas besándoles los hábitos. Creyeron que era cristiano, pero era de fe mahometana, y contó que en Tagaos existía el cuerpo (¿incorrupto?) de un santo vestido con los mismos hábitos. El prior fray Enrique Olivera, portugués, con otro fraile agustino portugués y unos moros intérpretes, viajó a Tagaos. Hablaron con el alcaide sobre su pretensión. Los llevó a un extenso campo donde había un gran árbol y una casita con tejadillo, donde encontraron en una tabla un cuerpo humano con el hábito agustino. Los moros del lugar lo veneraban como un santo. “Preguntóseles ¿por qué razón lo estimaban tanto? y respondieron que por los que les favorecía en todas las calamidades”. Acudieron a otra casa, donde había “algunos papeles y alhajas” y libros del santo varón y les dijeron que en esos libros rezaba. Volviéronse a Tenerife, e hicieron información de lo visto, que tomó fray Juan Márquez y lo reflejó en un párrafo de un libro (¿manuscrito?) sobre los ermitaños de San Agustín. El manuscrito de Pedro Agustín del Castillo añade que a aquel santo varón lo llamaban unos “Tadeo” y otros “Bartolomé de Canarias”, creyéndose que pasó a África cuando las Canarias eran “gentiles [...] por los años de 1450”.
El artículo de T. López (1886) se titula: “Beato Tadeo de Canarias”, pero en la fiable Biblioteca Sanctorum (Roma, Istituto Giovanni XXIII, vol. XII, 1969), donde también vienen los declarados por la Iglesia “Beatos”, no aparece con tal condición.
Bibl.: J. Viera y Clavijo, Noticias de la Historia general de las Islas Canarias, nueva ed. corr. y aum. por el autor, vol. IV, Santa Cruz de Tenerife, Imprenta y Litografía isleña de D. Juan N. Romero, 1863, págs. 385-386; T. López, “El primer misionero del desierto del Sahara y de las costas de Marruecos, o sea, el Beato Tadeo de Canarias”, en La Ciudad de Dios (El Escorial), n.º 12 (1886), págs. 232-235; A. Manrique, “Canarias, Tadeo de”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 331; Index Bio-Bibliographicus Notorum Hominum, vol. 31, Osnabrück, Biblio Verlag, 1984, pág. 1320.
Fernando Rodríguez de la Torre