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Pedro Calderón

Biografía

Calderón, Pedro. San Vicente de la Barquera (Cantabria), c. 1637 – Bogotá (Colombia), 31.X.1708. Jesuita (SI), misionero, superior y escritor.

Ingresó en la Compañía de Jesús el 28 de febrero de 1657, probablemente en el noviciado de Villlagarcía de Campos (Valladolid). Siendo aún novicio, partió para la provincia del Nuevo Reino de Granada, el 5 de junio de 1658, en la expedición de veinticuatro sujetos que mandaba el padre Hernando Cavero de Henao (Albarracín, Teruel, 1599 – Bogotá, 1697), a la sazón procurador en Roma y Madrid (1652- 1658).

Tras sus estudios en el Colegio Mayor de Santafé, enseñó Gramática en el Colegio de San Fernando (1668-1671) de Cartagena de Indias y en el de Tunja, donde permaneció por algún tiempo ejerciendo funciones apostólicas hasta que, en 1672, se incorporó a la Universidad Javeriana de Santafé, como profesor de Filosofía y más tarde de Teología. De 1678 a 1684 compartió la docencia universitaria con el rectorado del Colegio-Seminario de San Bartolomé de Santafé.

Además de maestro de novicios y rector (1684-1690) en Tunja, fue nombrado secretario del visitador (inspector) del Nuevo Reino en 1689, Diego Francisco Altamirano (Madrid 1625-Lima 1715), quien lo envió a Madrid para tratar, entre otros asuntos graves, el caso del ascético jesuita Diego Álvarez de Paz (Toledo, 1561 – Potosí, 1620) y el de los grados académicos de la Universidad Javeriana de Santafé y San Gregorio de Quito. Antes de partir dejó constancia de su labor en Cartagena redactando una Relación del fruto que se ha hecho en Cartagena de Indias este año de 1791 con los sermones que se han tenido en nuestro colegio. En Madrid también realizó la censura de algunos libros, como la Verdadera histórica relación del origen de Nuestra Señora del Rosario de Chinquinquira, de Pedro de Tobar.

A su regreso a Colombia (1695) con una nutrida expedición misionera de cuarenta y cuatro jesuitas, de la que dejó constancia histórica (Relación que escribió el P. procurador, Pedro Calderón, de su viaje de España al Nuevo Reyno con los 45 misioneros de los 60 para que había licencia de su Majestad, desde el 22 de septiembre de 1795, en que embarcaron, hasta el 1.º de diciembre en que desembarcaron en Cartagena de Indias), fue el primer provincial (1696-1699) de la provincia de Quito, al separarse esta última provincia de la del Nuevo Reino. Pero en el intermedio, aparece como visitador del Nuevo Reyno de Granada en 1796. Sin duda, ayudó a consolidar la nueva provincia jesuítica de Quito y redactó el 27 de marzo de 1697 unos Usos y costumbres de esta provincia de Quito, sacados de los antiguos, confirmados por nuestro padre general Vincencio Carafa, dispuestos por el padre visitador, Diego Francisco Altamirano, y reconocidos por el padre provincial, Pedro Calderón, habiéndolos consultado con sus consultores de Provincia.

El padre general Tirso González accedió a su petición del volver al Nuevo Reino de Granada, adonde lo envió como provincial (1700-1706). El 5 de junio de 1703 concedió un poder al padre Matías de Tapia y otros jesuitas para defender los derechos de la Compañía ante el tribunal del obispo de Santa Marta.

En 1704 fue nombrado rector de la Universidad Javeriana, cargo que aún ostentaba cuando le sobrevino la muerte en octubre de 1708.

Destacó por sus dotes de gobierno y espíritu emprendedor, de cuyo buen hacer dan fe los abundantes memoriales que iba desgranando en sus diversos y altos empleos para los que fue nombrado.

 

Obras de ~: Cartas annuas de la Provincia del Nuevo Reino de Granada, de los años de 1700 al 1703 (ms.); Memorial del Padre Calderón al Rey sobre el pleito del P. Juan Antonio Riera, Santa Fe, 1690; Memorial del reverendísimo padre maestro, Pedro Calderón, de la Compañía de Jesús, procurador general de la provincia de Nuevo Reyno y Quito, presentado en el Real y Supremo Consejo de las Indias en 30 de marzo de 1693, en respuesta de otro impreso del reverendísimo padre maestro fray Ignacio de Quesada, del Orden de Santo Domingo, procurador general de su provincia de Santa Catalina, mártir de Quito. Dalo a la estampa don Gerónimo Lezcano y Sepúlveda, doctor en ambos derechos, Colonia, en la oficina de Hernando Dehmen, 1795; Tractatus de Verbo Incarnatos, s. f. [Biblioteca Nacional de Bogotá (BNB), ms.]; Tractatus de divina sciencia, s. f. (BNB); Tractatus de Praedestinatione et Reprobatione, s. f. (BNB, ms.); Tractatus de Auxiliis, s. f. (BNB, ms.); Breve noticia de los privilegios perpetuos con que la Sede apostólica ha favorecido a la Compañía de Jesús para poder graduar en sus colegios a todos los estudiantes que cursan en sus escuelas, s. f. (ms.).

 

Bibl.: C. Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie de Jésus, vol. II, Bruxelles-Paris, Nouvelle edition, 1890, col. 539; J. E. Uriarte y L. M. Lecina, Biblioteca de Escritores de la Compañía de Jesús pertenecientes a la antigua Asistencia de España, vol. II, Madrid, Imprenta de la Viuda de López del Horno, 1925, págs. 47-48; F. Quevedo, “Manuscritos teológico- filosóficos coloniales santaferaños”, en Ecclesiastica Xaveriana (Bogotá), 2 (1952), págs. 234-237; J. del Rey Fajardo, Bio-bibliografía de los jesuitas en la Venezuela colonial, Caracas, Universidad Católica Andrés Bello, Instituto de Investigaciones Históricas, 1974, págs. 96-100; J. M. Pacheco, “Calderón, Pedro”, en Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús, Madrid, Universidad Pontificia de Comillas, 2001, pág. 601; J. del Rey Fajardo, Los Jesuitas en Venezuela, tomo II: Los hombres, Caracas-Bogotá, Universidad Católica Andrés Bello-Pontificia Universidad Javeriana, 2006, págs. 97-101.

 

Antonio Astorgano Abajo

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