Romana, Pedro. Córdoba, c. 1460 – 1529. Pintor.
Uno de los pintores más significativos de Córdoba, activo en los últimos años del siglo XV y primeros años del XVI, es Pedro Romana. Hijo de Alonso Sánchez Gaviria y cuñado del pintor Pedro Anzures, debió de nacer en Córdoba hacia 1460. Casó con Catalina Fernández, con la que tuvo tres hijos, Pedro, Luisa y Andrés Francisco. Las primeras noticias que de él se tienen es un contrato del 3 de marzo de 1488, por el que se comprometía, junto con Luis Fernández, a pintar las figuras y dorar los ocho tableros con sus guardapolvos del retablo mayor de la iglesia del Convento de San Agustín, que estaba tallando Guillermo Alemán.
Tenían que realizarlo por 65.000 maravedís. Desgraciadamente esta obra no se ha conservado.
Tenía que tener un taller importante y gozar de prestigio, ya que a partir de este momento se conservan varios contratos de aprendizaje por los que se comprometía a enseñar el oficio de pintor; el primero es del 16 de julio de 1490 por el que tiene, por cuatro años, que enseñar a Fernando de Guadalcanal el oficio de pintor.
Algunos años después, el 5 de octubre de 1493 aparece otorgando un poder a Andrés Martínez y Pedro Fernández, junto con otros compañeros para que estos redacten las Ordenanzas de los pintores que el Concejo de la ciudad les había mandado hacer. Posteriormente, el 9 de octubre de 1500 Pedro Fernández se comprometía a realizar la tercera parte de la obra que Pedro Romana se había obligado a pintar en las casas del señor Antonio de Córdoba, pinturas que hoy se identifican con las que se han conservado en la llamada Casa Mudéjar, situada en la calle Samuel de los Santos Gener, pinturas de carácter internacional que Laguna Paúl ha fechado en el último cuarto del XIV o comienzos del XV.
En los primeros años del siglo XVI debió de realizar el retablo de la capilla de San Andrés de la parroquial de Espejo, concluida en 1504, fecha que lleva a situar en 1507 la ejecución del retablo. El conjunto está formado por cinco tablas en las que se representan el Nacimiento, La Adoración de los magos, San Andrés adorando la cruz, Calvario y La Crucifixión de San Andrés. Sólo está firmada la tabla de La Adoración de los magos o Epifanía, y es la única pieza que hoy se acepta como obra del maestro. A partir de esta obra firmada se han podido identificar otras piezas del pintor, ya que presentan los caracteres de su arte. Así se ha ratificado como obra suya la Virgen con el Niño del Museo de Bellas Artes de Córdoba; el antiguo retablo de la parroquia de San Nicolás, hoy disperso entre la Hispanic Society de Nueva York, el Victoria and Albert Museum de Londres y una colección particular, la Virgen con el Niño de una colección privada sevillana y las tablas del Convento del Corpus Christi de Córdoba, Visitación, Nacimiento de la Virgen y Oración en el Huerto y Visión de Santa Catalina del Museo del Prado.
El 22 de octubre de 1522 Pedro Romana cedió a Pedro Fernández la cuarta parte de la pintura y dorado del retablo de la iglesia de Morente (Córdoba); hoy sólo se conservan las tablas de la Anunciación, Natividad, Epifanía y San Sebastián, que se encuentran en las dependencias particulares del obispo de Córdoba.
Post atribuye al maestro las tablas del Martirio de San Sebastián, Anunciación y Epifanía, mientras que Natividad piensa que es obra de Pedro Fernández.
Su vida no debió de ser muy ordenada, ya que tuvo que ser varias veces avalado por su cuñado Pedro Anzures para que pudiera acabar las obras que había contratado o las deudas que había contraído. El 15 de enero de 1528 Pedro Anzures se obligó a pagar 3210 maravedís que Pedro Romana debía a los recaudadores Juan de Valladolid y Francisco Jiménez de Plasencia.
Pedro Romana no podía satisfacer la deuda por encontrarse preso en la cárcel.
La última noticia que hay del maestro es una escritura, del 12 de septiembre de 1529, que otorgaron su mujer, Catalina Fernández, y su hijo, Pedro Fernández Romana, liquidando las cuentas de la pintura de un retablo para la iglesia de El Carpio (Córdoba), por muerte del pintor. Según dicha escritura, Pedro Romana se había obligado a pintar un retablo por 39.000 maravedís, había cedido una quinta parte de la obra a Francisco Fernández y dos quintas partes a Pedro de Anzures. Es importante resaltar que en esta escritura Catalina Fernández se dice “viuda de Pedro Romana”, dato importante, ya que indica que para septiembre de 1529 había muerto el maestro.
Su estilo muestra gran interés por el espacio y por el uso de las arquitecturas clásicas, por la profusión de oro, gusto por los tejidos brocados, interés por minimizar las figuras de los donantes, rostros femeninos de óvalos redondos y rasgos menudos.
Obras de ~: Virgen con el Niño, Museo de Bellas Artes, Córdoba; Epifanía, Retablo de San Andrés, Iglesia de San Bartolomé, Espejo (Córdoba), c. 1507; Anunciación, Adoración de los Magos, Martirio de San Sebastián, proceden de Morente (Córdoba), hoy en el Obispado, Córdoba, 1522; Purificación, Cañete de las Torres, Museo Episcopal, Córdoba; Tablas del convento del Corpus Christi, Córdoba; Tablas de un retablo, procedente de la parroquia de San Nicolás de Córdoba, hoy disperso entre la Hispanic Society, Nueva York, el Victoria and Albert Museum, Londres, y una colección particular; Virgen con el Niño, colección particular, Sevilla; Visitación, Nacimiento de la Virgen y Adoración en el Huerto, Convento del Corpus Christi, hoy Convento de Santa María de Gracia, Córdoba; Visión de Santa Catalina, Museo del Prado, Madrid.
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María Ángeles Raya Raya