Fernández, Nuño. ?, f. s. xii – Astorga (León), 1241. Arcediano, capellán real, obispo.
Fue tesorero y arcediano de la catedral astorgana, así como administrador de los cuantiosos bienes que poseía el Monasterio de Santa Leocadia de Castañeda y de Foncebadón. En mayo de 1226, falleció el obispo Pedro Andrés, y la elección recayó sobre el arcediano Nuño, quien, en octubre, ya obispo, aparecía en la Corte de Alfonso IX. Asimismo, participaba activamente en las correrías por el sur, como en la conquista de Cáceres, Mérida y Badajoz.
Según el Tudense, Nuño remató las obras de la catedral, aunque la consagración la hiciera su sucesor, construyendo el campanario y la claustra. En presencia del legado pontificio, el obispo de Sabina Juan de Halgrin, en 1228 se formó nuevos estatutos para el cabildo catedralicio, realizando separación de los bienes propios de la Iglesia y de la mesa episcopal; asimismo, reguló el culto en la catedral y la asistencia de los capitulares, las funciones de cada miembro y las retribuciones. Por estas fechas, y también bajo la presidencia del obispo sabinense, se celebró en Villafranca del Bierzo un concilio al que acudieron obispos y abades del noroeste peninsular; en él se discutieron veinte puntos referentes al funcionamiento, servicios, economía y otros aspectos de la Iglesia.
Nuño se alineó con Fernando III, frente a la candidatura de las infantas Sancha y Dulce, recibiendo como premio a esa fidelidad, en 1231 la concesión de la villa de Santa Marina del Rey, en las riberas del Órbigo, “por el grande y laudable servicio que en el principio de mi reinado me habéis prestado, exponiendo muchas veces en peligro vuestra persona y vuestra iglesia [...]” (Archivo Histórico Nacional, Códices, 1197 B. F. 65v.).
Las tensiones de esas semanas fueron más duras en Astorga, pues de Astorga era Rodrigo Fernández de Valduerna, alférez de Alfonso IX y teniente de Astorga, defensor de los derechos de las infantas. Las respectivas madres de éstas, Teresa de Portugal y Berenguela de Castilla, encontraron la solución amistosa en su encuentro de Valencia de Don Juan. Así, el reino de León quedó anexionado al de Castilla.
El obispo Nuño viajó a Roma, en 1234, para ante el papa Gregorio IX arreglar las desavenencias que Fernando tenía con el papado a causa de la fortaleza de Castrotorafe que Fernando II había concedido al papado en 1176; Roma la entregó a la Orden de Santiago y Fernando hacía entrega de la misma a sus hermanas. En este viaje consiguió bula del Papa para disponer libremente de los bienes actuales y futuros de su iglesia diocesana.
Con el rey Fernando, y tropas propias, Nuño acudió a la campaña del sur, en 1239, y luchó en la conquista de Córdoba, lo que le supone nuevas dádivas reales.
Camino de Roma para asistir a un concilio, en 1241, el barco en el que viajaba con otros obispos franceses, fue atacado y hundido en el puerto de Génova por Federico II, muriendo varios obispos; el concilio se suspendió y Nuño regresó a Astorga. El 22 de noviembre de este año aparece en la documentación un nuevo obispo. Nuño fue enterrado en la capilla de San Juan y San Pablo de la catedral astorgana.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Códices, 1197 B. F. 65v.
E. Flórez, España Sagrada, vol. XVI, Madrid, Oficina de A. Martín-Imprenta de José Rodríguez, 1762, págs. 231-265; M. Contreras, Historia del célebre santuario de Nuestra Señora de las Hermitas, Salamanca, Francisco de Toxar, 1798, págs. 161-162; P. Rodríguez, Episcopologio Asturicense, vol. II, Astorga, Porfirio López, 1907, págs. 262-272; A. Quintana Prieto, “Astorga, Dióc. de”, en Q. Aldea Vaquero, J. Vives Gatell y T. Marín Martínez (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 148; E. Carrero, “La claustra y la canónica medieval de la catedral de Astorga”, en VV. AA., La catedral de Astorga, Astorga, 2001, págs. 112-113; A. Quintana, El obispado de Astorga en el siglo xiii, Astorga, Martín Martínez Martínez, 2002, págs. 141-252.
Martín Martínez Martínez