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Gaspar Durango

Biografía

Durango, Gaspar. ?, p. m. s. XVI – 1572. Consejero del Consejo Real de Castilla.

Nació en la primera mitad del siglo XVI, en lugar desconocido. Tras su labor como alcalde en Navarra, pasó a ejercer como alcalde del Crimen en la Chancillería de Granada en lugar del licenciado Morillas, cargo en el que, durante la regencia de Maximiliano y María, entre 1548 y 1551, fue repetidamente propuesto para alcalde de Casa y Corte. En el primero de esos años lo fue para cubrir la vacante dejada por el licenciado Francisco de Menchaca, y en el segundo, fue incluido por el patriarca Hernando Niño en una relación de candidatos para cubrir una cuarta alcaldía de Casa y Corte. En su labor como alcalde se advirtió el servicio inmediato que prestaba a las necesidades de las personas reales con mayor claridad que en el caso de sus otros compañeros. A poco de recibir título como alcalde de Casa y Corte, el 28 de marzo de 1552, fue comisionado para la organización del mantenimiento y alojamiento del príncipe Carlos durante su jornada entre Toro y Madrid a comienzos de 1553, cuando ya había partido su tía Juana a Portugal. Igualmente se le encargó participar en el recibimiento, en Laredo, del Emperador y sus hermanas, las reinas Leonor de Francia y María de Hungría, consiguiendo su presencia atenuar el disgusto del Emperador por la pobre acogida dispensada. La llegada de Carlos V se produjo el 28 de septiembre de 1556 y, pese a las prevenciones realizadas por la regente Juana por encargo de su hermano para que todo estuviese preparado, el primero sólo encontró al flamante obispo de Salamanca, Francisco Manrique de Lara, y al alcalde Durango, por todo recibimiento, sin haber obtenido el dinero necesario para atender al César. Esta presencia, inmediatamente anterior a la del condestable de Castilla o a la del propio Luis Méndez Quijada, y el efecto lenitivo de la ira del Emperador que tuvo, bien pudo explicar el recurrente acompañamiento de diferentes personas reales encargado desde entonces al alcalde Durango.

Éste permaneció por el momento en el séquito del Emperador en Jarandilla, realizando servicios que testimoniaban el aprecio que le confería el Emperador, como la toma de declaración a confidentes que decían poseer información importante para el interés de la Monarquía. A continuación, pasó al servicio de Leonor y de María, apreciándose su señal en las cartas que la primera remitía primero desde Talavera y más tarde desde Cigales, quejándose, por ejemplo, de la negativa del duque del Infantado a cederle para su alojamiento sus casas en Guadalajara y de la venta a Orche de gran parte de su término, pese a habérseles sido concedidas. Durango alternó esta vertiente “doméstica” con el ejercicio judicial cortesano, faceta en la que alojó en su posada a Mayor Osorio, cuya familia mantenía retenida con intención de ordenarla religiosa, ya que, estando desposada con Fernando de Valdés, sobrino del inquisidor general, éste no había renunciado aún a su legítima mujer y a sus derechos de sucesión. La intervención de Durango, así como la inmediata de los oidores Anaya y Arrieta, se encaminó a garantizar que Mayor Osorio tomara su decisión libremente.

Fue nombrado consejero del Consejo Real el 17 de noviembre de 1562, durante la presidencia del Marqués de Mondéjar. Sus labores resolviendo pleitos en Contaduría, con el licenciado Atienza, a lo largo de 1564 no pudieron, sin embargo, con las reticencias que su origen faccional provocaban en el cardenal Diego de Espinosa, presidente del Consejo desde 1565. A pesar de sus intentos de atraerse su favor con regalos, ocupó un papel secundario durante su gobierno, y llevó a cabo la comisión de presidente del Honrado Concejo de la Mesta en 1567 y 1569. Tomó parte con el licenciado Menchaca en el traslado de los restos de la reina de Hungría desde el convento de San Benito de Valladolid a San Lorenzo, según correspondía a las funciones que había ejercido como alcalde. Sirvió hasta 1572, pero su muerte no significó el fin de la relación de su familia con la administración, dado que su hijo, el licenciado Melchor Durango, fue, en vida del doctor Durango, alcalde del Crimen de la Chancillería de Granada —cargo al que bien pudo acceder tras solicitar el alcalde oficio para su hijo—, para ser nombrado a continuación oidor de Valladolid por título de 12 de enero de 1566.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Quitaciones de Corte, leg. 13 n.os 129v. 144, 163 y 168; Estado, leg. 92, n.º 66; leg. 116, n.os 40, 77-79 y 83; leg. 121, n.os 134, 286; leg. 128, n.os 380 y 385-386; leg. 156, n.os 5-8.

P. Gan Giménez, “El Consejo Real de Castilla: tablas cronológicas (1499-1558)”, en Chrónica Nova, 4-5 (1969), pág. 145; La Real Chancillería de Granada (1505-1834), Granada, Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino, 1988, pág. 231; El consejo Real de Carlos V, Granada, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Granada, 1988, pág. 234; J. Martínez Millán, “Grupos de poder en la corte durante el reinado de Felipe II: la facción ebolista, 1554-1573”, en (coord.), Instituciones y elites de poder en la Monarquía Hispana durante el siglo xvi, Madrid, Ediciones de la Universidad Autónoma de Madrid, 1992, pág. 174; I. J. Ezquerra Revilla, “Gaspar Durango”, en J. Martínez Millán y C. J. de Carlos Morales (dirs.), Felipe II 1527-1598. La configuración de la Monarquía hispana, Valladolid, Junta de Castilla y León, 1998, pág. 366; “Gaspar Durango”, en J. Martínez Millán y S. Fernández Conti (dirs.), La Monarquía de Felipe II: la Casa del Rey, vol. II, Madrid, Fundación Mapfre Tavera, 2005, págs. 709-710.

 

Alejandro López Álvarez

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