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Narciso Bermúdez de Castro y Zofra Vázquez

Biografía

Bermúdez de Castro y Zofra Vázquez, Narciso. Granada, 16.VII.1907 – Brunete (Madrid), 12.VII.1937. Militar, aviador.

Hijo de Bermúdez de Castro y de María del Carmen Zofra Vázquez Ruiz de Mendoza.

Ingresa en la Academia de Infantería el 13 de noviembre de 1924 y es promovido a teniente el 8 de julio de 1928. Admitido al curso de oficial aviador de la Aviación Militar el 30 de septiembre de 1929, obtiene el título de observador el 12 de julio de 1930 y el de piloto en 1932, con aptitud de caza.

Hasta julio de 1936 estuvo destinado en la Escuadra número 2 y concretamente en Granada. En esta ciudad residió en 1935 y 1936 el Grupo 12 de Caza, que se había disuelto poco antes de producirse el levantamiento y sus aviones se habían trasladado a Getafe (Madrid), excepto algunos que fueron enviados a Tablada (Sevilla), al Parque Regional del Sur, para su revisión. El personal de tierra quedó en el aeródromo de Armilla hasta que el 20 de julio la guarnición de Granada se unió al levantamiento; dicho personal recibió orden de la Jefatura de Aviación de retirarse hacia Motril, Almería y Los Alcázares, orden que cumplió. El teniente Bermúdez de Castro estaba de permiso en su ciudad natal y, en unión de otros aviadores y de una sección del Regimiento de Artillería de guarnición en Granada, procedió a la ocupación del aeródromo de Armilla.

El 21 de julio de 1936 tomaron tierra en dicho campo de vuelo tres cazas Nieuport Ni-52 procedentes de Getafe, ignorantes sus pilotos de que el aeródromo había cambiado de bando. Bermúdez de Castro tomó a su cargo uno de los Nieuport con el que realizó el primer vuelo de enlace con Sevilla. Al día siguiente atacó a una columna enemiga en camino hacia Granada y logró destruir un camión portador de explosivos.

El 24 de julio, cuando ametrallaba concentraciones de fuerzas enemigas sobre Loja, su avión 11-12 fue alcanzado por fuego de tierra y obligado a aterrizar en Trasmulas con averías irreparables. A pesar de estar herido, Bermúdez de Castro pudo reintegrarse a zona propia.

En agosto, una vez recuperado de sus lesiones, se reincorporó a la escuadrilla de Granada, mixta de Nieuport Ni-52 y Breguet Br-19, mandada por el capitán Joaquín Pérez y Martínez de la Victoria.

El 18 de agosto de1936 se estableció el enlace terrestre entre las fuerzas de Córdoba y de Granada y el día 24 Bermúdez de Castro sostuvo su primer combate aéreo, sobre la estación de Piñar, al noreste de Iznalloz, contra otro Nieuport enemigo, al que logró derribar.

La situación se tranquilizó en el otoño en el frente de Granada y en el mes de diciembre Bermúdez de Castro fue destinado al aeródromo de Tablada, que había sido bombardeado reiteradamente por los bimotores rápidos rusos Tupolev SB-2 Katiuska. El día 7 de este mes, cinco SB-2 a las órdenes de Schacht bombardearon el citado aeródromo desde una altura de mil doscientos metros; perseguidos por Narciso Bermúdez de Castro, los alcanzó al norte de Sevilla y uno de los bimotores, el tripulado por españoles, cayó en Castiblanco, a treinta kilómetros de la capital andaluza.

La tripulación abatida estaba formada por el piloto Alejandro Ramos Jiménez, el observador Victoriano Martín Bargueño (de la Aviación Naval) y el radio-bombardero Manuel Tena Acero.

Dos semanas después, Joaquín García Morato y Julio Salvador abandonaron el Grupo Fiat italiano y se dirigieron a Sevilla, donde se unieron, el 29 de diciembre, a Bermúdez de Castro para formar la primera patrulla Fiat autónoma, conocida por Patrulla Azul, que inició dicho día su actividad, desde Córdoba, con la protección de un Junkers Ju 52 en servicio de aprovisionamiento del santuario de la Virgen de la Cabeza. Hasta el 12 de enero siguió operando la patrulla desde Córdoba, normalmente en acciones individuales.

En la jornada del 13, los tres Fiat se trasladaron a Sevilla, para colaborar en el avance por la costa hacia Estepona (Málaga), y el 14, a la vuelta de su primer servicio en este nuevo frente, tomaron tierra en el aeródromo avanzado de Los Barrios (Cádiz).

El 17 de enero, la patrulla se trasladó a Tablada, el 19 retornó a Córdoba, tomó tierra en Armilla el 21 y en este mismo día realizó un servicio de protección de la columna, que avanzó hacia Alhama, en el que ametralla concentraciones y camiones enemigos.

En la fase final de la ofensiva hacia Málaga, a partir del 4 de febrero, la Patrulla Azul operó desde Tablada.

En la jornada del 6 los Fiat efectuaron una protección de Breguet Br-19 y ametrallaron trincheras enemigas, que desalojaron, y recibieron la felicitación de la columna Gómez Cobián.

El 10 de febrero, ya ocupada Málaga, desde su aeródromo la patrulla reconoció la costa mediterránea hasta Motril. Dos días después retornó a Córdoba y hasta el 15 efectuó tres servicios de protección de abastecimientos al santuario de la Vírgen de la Cabeza.

El 16 de febrero de 1937, la Patrulla Azul, a requerimiento del general Kindelán, se trasladó desde Córdoba hasta el aeródromo de Velada, en las cercanías de Talavera de la Reina. Morato se desplazó el 17 a Salamanca, sede del general del Aire, en un De Havilland Dragon, para recibir instrucciones.

La ofensiva del Jarama había fracasado y los contraataques del Ejército Popular aumentaban en intensidad por momentos. Las escuadrillas Junkers españolas que habían intentado contrarrestarlos perdieron uno de sus trimotores el día 16, ante la ineficaz defensa de los Fiat italianos, que habían recibido órdenes de su mando de no traspasar las líneas enemigas sin contar con superioridad numérica.

El 18 de febrero de 1937, los Junkers españoles, escoltados por veintiún Fiat italianos y los tres españoles de la Patrulla Azul, se encontraron en el frente del Jarama con veintiséis cazas de procedencia rusa. Sin dudarlo, Morato, Bermúdez de Castro y Salvador se lanzaron contra los aviones enemigos y no vieron durante algún tiempo más que cazas oponentes que los rodeaban por todas direcciones. Tras una ligera vacilación, los jefes italianos de escuadrilla, animados por su gesto, se unieron sucesivamente a la lucha, logrando una gran victoria. En recompensa a esta excepcional hazaña, a la patrulla se le concedió la Medalla Militar colectiva (Boletín Oficial, n.º 203, mayo de 1937) y Morato fue propuesto para la Laureada.

A finales de febrero, la patrulla Fiat volvió al frente de Córdoba y en los días 15, 16 y 17 de marzo se trasladó a Salamanca, a León y a Navia (Asturias). Hasta el 21 operó en el frente de Oviedo y el 26 empezó a hacerlo, de nuevo, en el de Córdoba.

Bermúdez de Castro reconoció el aeródromo de Andújar el 29 de marzo, en el que vio doce aviones enemigos, y el 30 los ametralló hasta agotar la munición. El 1 de abril, unido a sus compañeros de patrulla, protegió a una formación de Junkers Ju 52 que efectuó un bombardeo de represalia sobre Jaén.

A la patrulla se le entregaron en esta época algunos Fiat adicionales, con los que pudo formarse la 1.ª Escuadrilla Fiat española (la 1E3), en la que se encuadró Bermúdez de Castro, ya ascendido a capitán, como jefe de patrulla.

A finales de abril se creó la 2.ª Escuadrilla Fiat (la 2E3), que se unió a la primera para formar el Grupo Fiat (2G3). Hubo algunos intercambios entre escuadrillas y Bermúdez de Castro pasó a la segunda, mandada por Ángel Salas. El Grupo se trasladó a Torrijos el 12 de mayo, a Zaragoza el 15 y a Ávila el 1 de junio.

Desde este aeródromo, Bermúdez de Castro participó en los combates en el frente de La Granja, que duraron hasta el 8 de dicho mes.

El Grupo 2G3 retornó a Zaragoza el 10 de junio, a causa del ataque a Huesca del Ejército Popular, que dio origen a enconados combates aéreos los días 11 y 12 y del 14 al 16. En el segundo combate del 12 de junio, al capitán Bermúdez de Castro se le reconoció el derribo de un caza monoplano soviético.

Los Fiat españoles siguieron actuando por el frente de Aragón hasta el 21 de junio, y el 22 se trasladaron a Sevilla, con escala en Ávila, donde ingresaron en el Parque Regional del Sur, para pasar la revisión reglamentaria.

En los primeros días de julio, cuando se inició la ofensiva gubernamental de Brunete, sólo estaban revisados la mitad de los Fiat del 2G3 y la mayor parte de sus pilotos estaban de permiso. Los primeros disponibles fueron destacados el día 7 a Granada y Málaga.

El 9 de julio se recibió en Sevilla orden de salida hacia Ávila de los Fiat del 2G3 y ese mismo día partió Bermúdez de Castro al frente de una patrulla, en la que también formaban García Pardo y Rubio Paz. Al día siguiente lo hicieron otros dos Fiat mandados por García Morato.

La superioridad aérea gubernamental era acusada en estos primeros días de la batalla y, así, el 2G3, que no había perdido avión alguno en dos meses y medio de lucha continua, perdió dos Fiat en tres días, el de Rubio, quien salvó la vida el 10, y el de Bermúdez de Castro, el 12.

En esta jornada, los cuatro Fiat existentes en el 2G3 combatieron con tres Polikarpov I-16 y quince I-15. En el combate, el avión de Bermúdez de Castro (el 3-62) fue incendiado y el piloto perdió la vida al estrellarse contra el suelo junto a la carretera de Villanueva de la Cañada.

En un año de guerra, Bermúdez de Castro había efectuado 226 servicios de guerra, con 255 horas y 45 minutos de vuelo, participado en 13 combates aéreos y abatido tres aviones enemigos.

El general Franco ordenó que se impusiera la Medalla Militar a su cadáver, lo que se formalizó después por una orden de 28 de agosto de 1937 del general Gil Yuste, secretario de Guerra de la Junta Técnica del Estado. Incoado el 30 de septiembre de 1939 el oportuno expediente para la concesión del ascenso por méritos de guerra, fue promovido con carácter póstumo a comandante (decreto de 23 de febrero de 1940, Boletín Oficial del Estado [BOE], n.º 69, 9 de marzo de 1940). Dos días antes se le había concedido la Cruz del Águila Alemana (BOE, n.º 67).

 

Bibl.: J. García Morato, Guerra en el Aire, Madrid, Editora Nacional, 1940; J. Gomá, La guerra en el Aire, Barcelona, Editorial AHR, 1958; J. Salas, La Guerra de España desde el Aire, Esplugues de Llobregat, Ediciones Ariel, 1970; J. L. Alcofar Nassaes, La aviación legionaria en la guerra española, Barcelona, Editorial Euros, 1975; Instituto de Historia y Cultura Aérea (IHYCA), Historia de la Aviación Española, Madrid, IHYCA, 1988; F. Pedriali, Guerra di Spagna e Aviazione Italiana, Roma, Nuevo Studio Tecno, 1992; J. Salas, Guerra Aérea, 1936/39, Madrid, IHCA y Servicio Histórico y Cultural del Ejército del Aire (SHYCEA), 1998-2003, 4 vols.

 

Jesús María Salas Larrazábal