Miranda y Argaiz, Gaspar de. Calahorra (La Rioja), 19.I.1687 ant. – Pamplona (Navarra), 11.XII.1767.
Arcediano, teólogo, obispo de Pamplona.
Era hijo de Manuel de Miranda y de Argaiz, y de Ana Moreno González. Fue su padrino de pila su tío paterno José, poderoso prebendado de la catedral de Calahorra, donde fundó, junto al palacio episcopal, su propio palacio que aún persiste, verdadero museo de historia y de arte durante generaciones, incluido el cardenal Cascajares que emparentó siglo y medio después con la vieja estirpe, y donde murió en 1901.
Miranda y Argaiz inició sus estudios en Calahorra a la sombra de su tío paterno y padrino, así como de otro tío materno, Moreno, igualmente poderoso canónigo de la catedral. Continuó su formación en Valladolid, Osma y Salamanca, obteniendo los grados de doctor en Teología, Leyes y Cánones, y abogado de los Reales Consejos. Pronto recibió un beneficio eclesiástico en Calahorra, y luego la dignidad de arcediano.
Fue sucesivamente vicario general de Pamplona y de Burgos, y ganó por oposición la doctoría de Toledo. El 24 de septiembre de 1742 fue preconizado obispo de Pamplona, sede que ocupó durante veinticinco años, hasta su muerte.
Durante su largo episcopado defendió enérgicamente la inmunidad eclesiástica, promovió la enseñanza del catecismo, fue amable y llano con el pueblo, ameno y hasta gracioso en el trato, dadivoso con los necesitados, promotor del culto divino y de los santos, entusiasta de la devoción mariana, impulsor de obras y mecenas generoso de cuantas instituciones y personas se acogieron a su valimiento. En su tiempo fueron consagrados cinco obispos navarros para las sedes de Tuy, Astorga, Puerto Rico, Burgos y Segovia, y un sexto riojano, pariente suyo, Manuel Murillo y Argaiz, también de Segovia. Tuvo una memoria felicísima que conservó hasta el final de sus días. Admira el orden y claridad de su contabilidad.
Celebró treinta ordenaciones generales. El número de clérigos ordenados por él alcanza la cifra de cuatro mil setecientos treinta y ocho, de los cuales la mitad aproximadamente pertenecen a su diócesis de Pamplona, y el resto a otras diócesis, en especial Calahorra, por la edad y achaques de su obispo titular. Fue muy amante de su familia. De 1750 a 1753 tuvo como provisor del obispado a su joven pariente Marcos de Argaiz, más tarde ilustre consejero de Castilla, natural de Arnedo, donde fundó un palacio en el que se conserva hasta hoy un retrato de su tío obispo. A dos sobrinas suyas, Javiera y Manuela de Miranda, dotó generosamente como clarisas de Arnedo. Al monasterio de Vico envió cuatrocientos pesos para su reconstrucción cuando sufrió un incendio en 1766. Y así, tantas otras generosidades. Destacan las fundaciones en su diócesis, en la catedral y en la parroquia de Santiago de Calahorra.
Fue muy amigo de los jesuitas; Loyola estaba dentro de su territorio diocesano. Frecuentó la visita pastoral que iba precedida de misiones populares, en castellano y en vascuence, a cargo de los varones más doctos y piadosos de la Compañía de Jesús, de otras órdenes religiosas y del clero secular, cuya voz se dejó sentir hasta en los lugares más apartados.
Para la comunicación escrita, en vez de recurrir al procedimiento de las cartas pastorales, se valió del vehículo más rápido y fácil de los edictos impresos. Se conservan unos cuarenta. En la mayor parte de ellos, el obispo es portavoz del Papa o del Rey. Uno de los edictos más célebres, aunque de ningún modo el más importante, fue el relativo a los bailes y danzas, de fecha 12 de marzo de 1750. Se publicó también en vasco. Fue copiado a la letra en los libros de cuentas parroquiales. Algunos folcloristas actuales lo malinterpretan sin tener en cuenta la sensibilidad y las condiciones de la época. Es también destacable su Decreto [...] de 16 de agosto de 1754, donde Miranda y Argaiz se esmeró en un verdadero tratado en cinco amplios capítulos sobre la vida, milagros y culto de san Gregorio, un santo tan popular entonces en La Rioja, donde murió, en Navarra donde está enterrado, en Aragón y en todos los reinos de España, hasta el punto de invocarse como copatrono de España; el obispo Miranda, además de escribir este estudio, levantó a sus expensas una capilla en su honor en la parroquia de Santiago de Calahorra.
Cultivó con éxito el género epistolar. Se conservan centenares de cartas suyas escritas a vuela pluma, muchas de ellas en su palacio familiar de Calahorra. A través de ellas se llega al conocimiento más íntimo de su personalidad y, a la vez, se puede reconstruir un cuadro muy interesante de su biografía, de las costumbres, personas e incluso fiestas de la región, por ejemplo las de Arnedo, a las que concurría con asiduidad uno de sus sobrinos, recibiendo las debidas recomendaciones de su tío obispo. Se conservan igualmente en Calahorra y en Arnedo media docena de retratos suyos que muestran a un prelado de gran humanidad, ojos vivos y gestos bondadosos.
Obras de ~: Edicto promulgando un Breve de [...] Benedicto XIV sobre rogativas [...] dado en Pamplona a 13 de junio de 1743, Pamplona, 1743; Todos los fieles cristianos de este reino de Navarra [...] Hacemos saber que se ha dignado [...] Benedicto XIV [...] de conceder un indulto y Breve apostólico, en 13 de septiembre de 1745, s. l., 1745; A todos los vicarios [...] hacemos saber que [...] Benedicto Papa décimo cuarto se ha servido expedir un indulto y Breve a Nos [...], s. l., 1746; Decreto [...] de 16 de agosto de 1754, en que (el obispo de Pamplona) hizo la asignación de Oficio propio y Misa a San Gregorio, Cardenal, Obispo de Ostia y Legado a Látere de la Sede Apostólica en estos reinos y provincias de Cantabria, Navarra y Aragón, cuyo cuerpo y reliquias se veneran en la iglesia y basílica, sita en los términos de la villa de Sorlada del valle de Berrueza de dicho obispado de Pamplona, Pamplona, 1756.
Fuentes y bibl.: Archivo catedral de Calahorra; Archivo del palacio familiar de los Miranda.
P. de Jesús María, Oración fúnebre en las exequias del señor don Gaspar de Miranda y Argaiz, Pamplona, 1768; J. Urtasun y Nabarte, El célebre Abrahán, fúnebre panegírica oración, Pamplona, Imprenta de Pascual Ibáñez, 1768; M. de Lecuona, “La parroquia de Santiago de Calahorra”, en Berceo (Logroño), XXIV y XXV (1952), págs. 469-490 y 601-634; J. Goñi, “Miranda y Argaiz, Gaspar”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. III, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1973, pág. 1494; R. Fernández Gracia, “El mecenazgo artístico de don Gaspar de Miranda y Argaiz, obispo de Pamplona”, en De la Iglesia y Navarra. Estudios en honor del profesor Goñi Gaztambide, Pamplona, Eunsa, 1984, págs. 393- 401; J. Goñi Gaztambide, Historia de los obispos de Pamplona, vol. VII, Pamplona, Eunsa, 1989, págs. 415-632; M. de las Heras y Núñez, “La Virgen de Guadalupe en la iglesia de Santiago de Calahorra y el obispo de Pamplona Gaspar de Miranda y Argaiz”, en VV. AA., IV Jornadas de arte riojano, Logroño, Instituto de Estudios Riojanos, 1994, págs. 165-170; C. Pérez Barriocanal y E. Sacristán Marín, Diccionario bio-bibliográfico de autores riojanos, vol. III, Logroño, Instituto de Estudios Riojanos, 2003, págs. 423-424.
Felipe Abad León
