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Francisco Bolarín García

Biografía

Bolarín García, Francisco. Murcia, 1768 – 1838. Arquitecto.

Perteneció a una familia de profesionales de la construcción. Se le conoce, asimismo, como Francisco Bolarín el Viejo, para distinguirle de su hijo Francisco Bolarín Gómez, también arquitecto, conocido como Francisco Bolarín el Joven (1805-1871). A través de los diferentes cargos que ocupó reflejó en la ciudad de Murcia las preocupaciones y programas de la arquitectura de su época. El lenguaje de su obra está dentro del academicismo italianizante en boga en el reinado de Fernando VII. Trabajó en las más variadas tipologías: proyectó templos, posadas, palacios, viviendas, puentes, hospicios, fábricas y cementerios, así como intervenciones urbanísticas que siguen las pautas de la edilicia ilustrada. La penuria económica y la situación política del momento hicieron que muchos de estos proyectos no llegaran a realizarse.

Su padre, Francisco Bolarín Sainz (1740-1796), fue maestro de obras, titular del Ayuntamiento de Murcia y del cabildo de la catedral. Su primer contacto con el mundo de la arquitectura, desde un punto de vista teórico y práctico, tuvo lugar a través de las enseñanzas paternas. En Murcia recibió el título de maestro-alarife, pero siguiendo las exigencias de titulación establecidas por la Academia de San Fernando se trasladó a Madrid para completar sus estudios. En 1795, y después de tres años de aprendizaje en los que fue discípulo, entre otros, de Juan Pedro Arnal, se tituló como maestro de obras y regresó a Murcia, donde se incorporó al trabajo junto a su padre, entonces enfermo, sustituyéndole esporádicamente en algunas de sus tareas. A la muerte de éste, tras el correspondiente concurso, el Cabildo le nombró su maestro de obras en 1796, cargo que ostentó hasta el fin de sus días. De ese mismo año se conserva algún proyecto y referencias de construcción de templos para poblaciones cercanas. Son obras que contrastan con el barroquismo imperante en la zona por la escasa ornamentación y el énfasis en el ritmo de las composiciones, de ecos palladianos.

En 1799, siguiendo las ordenanzas de la Academia en títulos y competencias, se presentó a examen y consiguió el título de arquitecto, esta vez, por la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. Ya como arquitecto se iniciaron los años más fecundos de su carrera, sólo alterados por la invasión francesa. En los años previos al conflicto trabajó en la construcción de la Real Fábrica de la Pólvora de Jabalí Viejo y en 1807 fue nombrado arquitecto maestro mayor del Real Cuerpo de Artillería, trabajo que compatibilizó con el de maestro del cabildo, llevando a cabo reformas en algunas capillas de la catedral y diseños de nuevos cementerios que intentaban implantarse de forma generalizada en aquellos años, como el de Abanilla en 1807, modelo de austeridad y academicismo. Los años posteriores a la guerra fueron los más prolíficos. En 1814 fue nombrado arquitecto titular del Ayuntamiento. En 1816 recibió el encargo de reformar el edificio de la Inquisición que estaba instalado en un alcázar medieval; el edificio, de gran elegancia y rigor académico, es actualmente sede del Colegio de Arquitectos de Murcia. Por esas mismas fechas realizó en la catedral una ampliación de la sacristía, convertida hoy en capilla del Cristo del Consuelo. En 1828, el cabildo le encargó la realización de un panteón para los canónigos, anexo a la iglesia del cementerio de la Puerta de Orihuela, y obtuvo de la Academia madrileña el grado de académico de mérito, disertando para la ocasión acerca de la utilización de los órdenes en la arquitectura. Al año siguiente, tras el terremoto que asoló la región murciana, se encargó de la valoración de los daños sufridos en la torre de la catedral. Los últimos años de su vida los dedicó a distintas intervenciones en la reordenación urbanística de la ciudad de Murcia, llevando a cabo además proyectos para otras poblaciones.

 

Obras de ~: proyecto de iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, Guadalupe de Maciascoque (Murcia), 1798; construcción de la Real Fábrica de la Pólvora, Jabalí Viejo (Murcia), 1806; proyecto de cementerio de Abanilla (Murcia), 1807; reforma y ampliación del edificio de la Inquisición, Murcia, 1816; ampliación de la sacristía de la catedral, Murcia, 1816; proyecto de cementerio de Espinardo (Murcia), 1816; con F. Elías, monumento a Fernando VII, Murcia, 1824; panteón de canónigos del cementerio de la Puerta de Orihuela, Murcia, 1828; proyecto para puertas de entrada al Malecón, Murcia, 1834.

 

Bibl.: P. A. Berenguer, “Arquitectos murcianos. Siglo xviii. Don Francisco Bolarín. 1768-1838”, en El Diario de Murcia, 6 de diciembre de 1896, pág. 1; A. Baquero Almansa, Los profesores de las Bellas Artes murcianos, Murcia, Imprenta Sucesores de Nogués, 1913, págs. 336-338; A. E. Pérez Sánchez et al., Tierras de España. Murcia, Madrid, Fundación Juan March, 1975, pág. 304; F. J. Pérez Rojas, “Arquitectura y Urbanismo”, en VV. AA., Historia de la Región Murciana, vol. VIII, Murcia, Mediterráneo, 1980, pág. 192; J. Bérchez y V. Corell, Catálogo de diseños de arquitectura de la Real Academia de BB. AA. de San Carlos de Valencia (1768-1846), Valencia, Colegio Oficial de Arquitectos de Valencia y Murcia, 1981, págs. XXIII y 148; C. de la Peña Velasco, “Significado de un proyecto para un templo en la trayectoria profesional de Francisco Bolarín García”, en Murgetana, vol. LXVI (1984), págs. 75-87; D. Nicolás Gómez, Arquitectura y arquitectos del siglo xix en Murcia, Murcia, Ayuntamiento y Colegio Oficial de Arquitectos de Murcia, 1992, págs. 79-83, 181-184 y 223; P. Navascués Palacio, Arquitectura española (1808-1914), en J. Pijoan (dir.), Summa Artis: historia general del Arte, t. XXXV, vol. II, Madrid, Espasa Calpe, [1993], pág. 173; A. Moreno Atance, Cementerios murcianos. Arte y arquitectura, Madrid, Universidad Complutense, 2005, págs. 60-61 y 636.

 

Ana Moreno Atance

Relación con otros personajes del DBE

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