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Benigno Lorenzo Velázquez

Biografía

Lorenzo Velázquez, Benigno. Ávila, 13.II.1901 – Arenas de San Pedro (Ávila), 27.XII.1985. Médico, catedrático, farmacólogo.

Realizó los estudios de Medicina en la Facultad de Madrid, habiendo sido alumno interno, por oposición, de Terapéutica y Farmacología del Hospital de San Carlos y del Hospital Provincial, obteniendo ya por entonces el Premio Benito Hernando. Obtuvo el Premio Extraordinario de licenciatura y de doctorado, este último en 1925 tras la defensa de la tesis titulada Absorción de la adrenalina por las distintas vías de administración. Durante los años 1926 y 1927 estuvo pensionado por la Junta de Ampliación de Estudios en el Instituto de Farmacología en Koenigsberg con el profesor F. Haffner, donde se inició en los estudios sobre las acciones de la tiroxina y sus interrelaciones con determinados fármacos.

A su vuelta en 1929, ejerció la medicina rural durante un año en una pequeña aldea, Pozo Rubio de Santiago (Cuenca). Ese mismo año, en el mes de diciembre, obtuvo por oposición la cátedra de Terapéutica y Farmacología de la Facultad de Medicina de Zaragoza, pasando en 1941, por concurso de traslado a Madrid, a regentar la cátedra de la misma disciplina, en la que sucedió al que siempre había considerado como su maestro el doctor Teófilo Hernando Ortega.

La actividad de Lorenzo Velázquez en la cátedra fue de gran calado, creando una escuela que se mantiene viva actualmente. Fue un gran universitario con enormes condiciones docentes, grandes inquietudes en el campo de la investigación, con gran capacidad de organización, profundamente trabajador y capaz de ilusionar al que permanecía cerca de él. Creó una de las escuelas más importantes de Farmacología de España de la que salieron multitud de discípulos que ocuparon los más altos cargos en la Universidad española.

Entre otros, sobresalen Manuel Armijo Valenzuela, Perfecto García de Jalón, Pedro Sánchez García, Alfonso Velasco Martín, José María Bayo Bayo, Mariano Mateo Tinao y Alfonso Moreno González y Pedro de Lorenzo. Insistía entre sus colaboradores en la necesidad de tener la tesis doctoral no sólo para poder hacer carrera universitaria, sino para sentir el placer de ser doctor y conocer los caminos de la investigación. En este sentido llegó a dirigir cincuenta y tres tesis doctorales, la mayoría con la máxima calificación.

Sus contribuciones fueron relevantes. En sus primeros años en Zaragoza destacan sus estudios sobre la administración de salicilatos por vía rectal, a partir de los cuales se introdujeron en España. Posteriormente, ya en Madrid, acometió el estudio de la espasmolisis uterina poniendo de manifiesto cómo la glicerina y el glicerofosfato sódico pueden desencadenarla. Estos trabajos tuvieron honda repercusión en el campo de la obstetricia y de la farmacología. Otro grupo de trabajos realizados con uno de sus discípulos, Elio Membrado, fueron los relativos a la concentración en el líquido cefalorraquídeo de acetilcolina hecho de gran importancia para la evaluación de la narcosis. La última década de su vida la dedicó a la investigación de los mecanismos adrenérgicos en el corazón de los mamíferos y de los animales de sangre fría, trabajos que continuaron con posterioridad sus discípulos.

Una de sus aportaciones más importante fue sin duda su libro La Terapéutica con sus fundamentos de Farmacología Experimental, realizando con posterioridad numerosas ediciones que han sido continuadas por sus discípulos. Este libro fue realmente único en su campo y escrito personalmente. Se trataba de una Farmacología con aplicación terapéutica, incluyendo un estudio completo de todos los medicamentos utilizados, profundizando en su acción, eficacia y efectos adversos. Este libro fue manejado, en sus sucesivas ediciones, no sólo por los alumnos para el estudio, sino por el médico práctico y por el experto en farmacología.

Un segundo libro también de gran impacto y varias ediciones, complemento del anterior, fue el Formulario con sus fundamentos de Terapéutica Clínica.

Otros libros a destacar son Materias sólidas y macromoléculas en Medicina, Cirugía e Higiene e Histamina y terapéutica histamínica.

Otras muchas publicaciones trataron sobre temas muy diversos, como las relaciones farmacológicas entre la respiración y circulación, sus estudios farmacológicos sobre la tiroxina fueron innovadores, trabajó en líneas muy diversas sobre la espasmolisis, sobre la existencia de una bacteria saprofita histaminolítica en la atmósfera, sobre narcosis, sobre nuevas técnicas para estudiar la coagulación mediante distintos fármacos, sobre la absorción intestina de diferentes vitaminas, y en general tocó, solo o con sus colaboradores, prácticamente todas las áreas de la farmacología.

Desempeñó multitud de cargos muy diversos, entre ellos consejero numerario del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, director del Instituto de Farmacología Experimental (1944), miembro del Comité de Expertos de Estupefacciones de la Organización Mundial de la Salud y presidente del Comité de Dirección del Instituto de Farmacología Española (Fundación Marqués de Urquijo) (1950). Desde 1953 hasta 1960 fue vicedecano de la Facultad de Medicina de Madrid, siendo elegido decano en 1960. Su labor en esta responsabilidad fue de gran trascendencia. Fundó en 1962 los Archivos de la Facultad de Medicina de Madrid, creó becas de ayudas a la investigación, organizó sesiones científicas conjuntas, etc., enriqueciendo la relación entre la Facultad y el Hospital Clínico de San Carlos y suponiendo un estímulo tanto para los profesores como para muchos jóvenes que iniciaban su carrera universitaria.

Miembro de honor de la Sociedad de Terapéutica Argentina, de la Academia Médica de Roma (1961), de Santiago de Chile (1964), de Buenos Aires (1964), de Río de Janeiro (1964), académico correspondiente de la Academia Nacional de Medicina de París (1965) y académico de honor de la Real Academia de Ciencias Veterinarias. Fue, asimismo, consejero nacional de Educación (1960), presidente horario del Colegio de Médicos de Ávila (1945), Medalla de Oro de la Ciudad de Zaragoza (1954), Gran Cruz de la Orden Civil de Sanidad (1959), la del Mérito Aeronáutico (1965) y la Medalla de Oro de la Cruz Roja (1969).

Ingresó como académico de número en la Real Academia Nacional de Medicina en 1945 con el discurso Farmacología de la sedación y espasmolisis uterina, siendo elegido vicepresidente en 1970 y presidente en 1977, cargo que desempeñó hasta su muerte.

 

Obras de ~: La Terapéutica con sus fundamentos de Farmacología Experimental, Madrid, Tipografía Senén Martín Díaz, 1930; Recientes avances en terapéutica, Barcelona, Editorial Científico Médica, 1940; Farmacología y terapéutica de las vitaminas, Ávila, Tipografía Senén Martín, 1941; Formulario con sus fundamentos de Terapéutica Clínica, Madrid, Gráficas González, 1947; con P. García de Jalón, Histamina y antihistamínicos, Barcelona, Editorial Científico Médica, 1950; Guía terapéutica de urgencia, Madrid Editorial Oteo, 1976; con A. Alsasua del Valle, Farmacología y su proyección en la clínica, Oteo, 1979; B. Lorenzo Velázquez, Memorias, Enseñanzas de una vida, Madrid, Editorial Garsi, 1984.

 

Bibl.: P. Sánchez García, “El Profesor Velázquez, Maestro universitario”, en Libro Homenaje al profesor B. Lorenzo-Velázquez, Madrid, Editorial Oteo, 1971, págs. 33-36; B. Lorenzo Velázquez, Memorias, Enseñanzas de una vida, Madrid, Editorial Garsi, 1984.

 

Manuel Díaz-Rubio García