Ríos, Gregorio de los. ?, f. s. XVI – s. XVII. Clérigo, agrónomo, jardinero.
Las referencias en sus escritos, así como su lenguaje, hacen pensar que su lugar de nacimiento y vida fue la meseta castellana. A la muerte de Jerónimo Carruba, encargado de la Casa de Campo de Madrid, Felipe II le nombra en 1589 capellán y jardinero, cargos que también había ejercido su antecesor. El nombramiento está justificado por “la experiencia que tiene de las cosas de plantíos y jardines y aunque se desconoce dónde trabajó anteriormente, su experiencia parece indiscutible ya que sólo dos años más tarde, en 1592, el Rey da licencia para la impresión del libro Agricultura de jardines, que Gregorio de los Ríos le presenta.
Esta obra, dedicada al cultivo de los jardines, es el primer tratado de jardinería que se conoce en lengua castellana, como el mismo autor apunta en la introducción: “jamás han tocado este particular de la población de los jardines [...] podré decir con razón ser yo el primero de esta materia”. El libro tuvo una segunda edición tamaño folio en 1604 en Zaragoza.
Esta dos ediciones se dividían en tres partes, la primera alabando la afición de los jardines y el provecho que se puede obtener de ello, tanto para el cuerpo como para el espíritu —no hay que olvidar el amor del Monarca por la jardinería, que se plasmará en todos los jardines de los Reales Sitios— dirigiéndose tanto a los dueños como a los jardineros. La segunda parte, y la más importante, se dedica al conocimiento y cuidado de las plantas, más que al diseño de jardines, puesto que, según el autor, “trazadores hay muchos, pero no por eso saben cuidar un jardín”. La tercera parte trata de los naranjos, las parras y curiosamente del cuidado de los ruiseñores, a los que había gran afición, incluido el propio Rey. No hubo más ediciones hasta que en 1620 el rey Felipe III autoriza una nueva edición del tratado que se adicionó a la Agricultura General de Gabriel Alonso de Herrera, con una novedosa segunda parte, que trataba de los árboles. Se puede afirmar que la escritura de esta parte debió de realizarse entre 1604 y 1609.
El tratado es el primero que se aparta de la tradición “botánica” medieval en la que las plantas se consideraban casi únicamente desde un punto de vista medicinal o práctico y se ha considerado como el primer tratado del mundo de jardinería en sentido moderno.
El autor dedica su obra a las plantas ornamentales y está dedicado tanto a los jardineros como a los dueños mismos de los jardines y por ello emplea los nombres comunes de las plantas y no los latinos, en un estilo llano y directo, recogiendo los cuidados necesarios como las características fundamentales de cada planta, incluyendo su perfume.
Gregorio de los Ríos permaneció al menos treinta y un años al servicio de la corona, haciéndose cargo de los jardines de la Casa de Campo, trazados por Juan Bautista de Toledo y Jerónimo de Algora, que en su día fueron ejemplo perfecto de la jardinería filipina y colaborando en ellos con artistas italianos, encargados de las fuentes, y especialistas flamencos al cargo de los estanques. Asimismo parece que realizó allí intentos de aclimatación de plantas y un pequeño jardín experimental con vivero.
Obras de ~: Jardín de la Casa de Campo, Madrid, 1589.
Escritos: Agricultura de jardines, Madrid, Imprenta de Pedro Madrigal, 1592.
Bibl.: A. G. de Amezúa, “Prólogo”, en Agricultura de Jardines de Gregorio de los Ríos, Madrid, Sociedad de Bibliófilos Españoles, 1951; J. Fernández Pérez e I. González Tascón (eds.), A propósito de la Agricultura de Jardines de Gregorio de los Ríos, Madrid, Ayuntamiento de Madrid-CSIC, 1991; B. Tejero Villarreal, Casa de Campo, Madrid, Lavapiés-Caja de Madrid, 1994; VV. AA., La Casa de Campo. Más de un millón de años de historia, Madrid, Ayuntamiento de Madrid-Lunwerg, 2003; L. M. Aparisi Laporta, La Casa de Campo. Historia Documental, Madrid, Ayuntamiento de Madrid-Lunwerg, 2003.
Carmen Añon Feliú