Pérez, Lorenzo. ?, p. t. s. xvi – c. 1584. Farmacéutico.
Boticario con ejercicio profesional en Toledo. Debió de nacer en torno a la década de 1530, pues, para 1569, ya había formado boticarios, según relata, al referirse a los materiales de aristoloquia, en su Libro de Theriaca [...] (Toledo, 1575: 311): “me embio de Chinchon un discipulo mio el año de 1569”.
Probablemente fue hijo de boticario y, en cualquier caso, parece bien relacionado con este gremio, sobre cuya experiencia sostiene alguna de sus observaciones, tal al ocuparse del nombre de “asumbar” para referirse al nardo gálico, en el Libro de Theriaca [...] (Toledo, 1575: 250): “según tengo de relacion de mi padre, y de otros viejos versados en mi profesion...”.
No obstante, ni su nombre ni el de su padre figuran en el censo de la ciudad de Toledo realizado en 1561, al menos bajo las profesiones de boticario, herbolario y afines (Martz y Porres, 1974). Luis Hurtado menciona, en su memorial fechado en 1576, a un Juan Pérez, a quien recomienda como informante “de las cuentas de su hijo, que conocen las cantidades y calidades de los negociantes de Toledo y la estimacion de sus caudales” (Viñas y Paz, eds., 1963); quizás fuera descendiente de un Juan Pérez Olmo, boticario, a quien la Inquisición condenó a sufrir prisión temporal, tras ser juzgado por judeo-converso, en los primeros años del siglo (Parello, 1999).
Antes del 11 de abril de 1588, fecha en que se firma la licencia de impresión de De medicamentorum simplicium [...] (Toledo, 1590), “Lorenzo Perez Boticario [...] avia dexado de ejercitar el dicho arte”. Puede que emigrara o falleciera en torno a 1584, como consecuencia de la carestía de los cereales que sufrió Toledo, causante de no poca mortandad; también pudo fenecer a causa de la epidemia de peste que asoló la ciudad entre 1578 y 1580; en cualquier caso, se carece de datos documentales al respecto.
De lo poco que no queda duda es del amplio conocimiento del autor sobre la literatura botánica y de su dominio de las lenguas clásicas; en sus textos analiza tanto las descripciones de autores antiguos (Serapio, Avicena, Galeno o Plinio), como de sus coetáneos (Andreas Mathiolo, Jean Ruell, García da Orta, Leonahrd Fuchs, Antonio Musa Brasavolo o Andrés Laguna), anotando las disimilitudes encontradas y cotejándolas con su propia experiencia.
Debió herborizar por Castilla, los “montes de Cercedilla” y “Sierra de Bejar” figuran entre las localidades visitadas; no parece que llegara mucho más allá, el resto de sus conocimientos florísticos proceden de fuentes bibliográficas y no del trabajo en el campo como, equivocadamente, señalaran algunos autores ilustrados.
El Libro de Theriaca [...], dedicado al Ayuntamiento de Toledo, es rico en descripciones botánicas; éstas están elaboradas en claro servicio a la terapéutica: el interés del autor no reside en describir la flora sino en ofrecer a los preparadores de medicamentos una información adecuada para el reconocimiento de los simples.
Su De medicamentorum simplicium [...] fue llevado a la imprenta por Diego Serrano, también boticario toledano, en cuyo poder quedaron los escritos de Lorenzo Pérez. El texto incluye, en tres columnas, los nombres latinos, sus corrupciones y el original castellano de hierbas, flores, raíces, cortezas, leños, hojas, frutas, semillas, gomas y resinas, piedras, metales, animales, polvos, zumos, infusiones y aguas destiladas, jarabes, conservas, electuarios, píldoras, trociscos, aceites, ungüentos, ceratos y emplastos; todo un muestrario del arsenal terapéutico disponible en las boticas del seiscientos hispano.
Mantuvo una excelente amistad con el médico Antonio Angulo, a quien alaba en sus obras; Tomás de Arroyo y Pedro Suárez, ambos médicos, le dedicaron sendos sonetos laudatorios con los que hace preceder el Libro de Theriaca [...]; Rodrigo Fontano y Juan Bautista Rincón, también médicos, firmaron un par de epigramas latinos laudatorios que sirven de prólogo su De medicamentorum simplicium [...]; Mariano La Gasca (1811: 31) le dedicó el género Perezia Lag.
Diego Serrano, en la dedicatoria de De medicamentorum simplicium [...], realizada a favor de Juan de Almazán, médico de Felipe II, recoge la opinión de “que los muchos doctos le davan el primado en la eleccion de los medicamentos simples, y en averiguar las dudas de los compuestos”.
Obras de ~: Libro de Theriaca, limpio de los errores hasta nuestros tiempos en ella cometidos, y utilissimo para preparar y consiguir muchos Simples y Compuestos cada dia recibidos en el uso de Medicina [...], Toledo, Juan de Ayala, 1575; De medicamentorum simplicium et compositorum odierno aevo apud nostros pharmacopolas extantium delectu, repositione, & [...], Toledo, Juan Rodriguez, 1590.
Bibl.: A. J. Cavanilles, “Discurso sobre algunos botánicos españoles del siglo XVI [...]”, en Anales de Ciencias Naturales, 7(20) (1804), págs. 99-141; M. La Gasca, Amenidades naturales de las Españas: o bien disertaciones varias sobre las producciones naturales espontáneas, ó connaturalizadas en los dominios españoles [número I], Orihuela, Imprenta de la Muy Ilustre Junta, 1811; C. Mallaina, Historia crítico-literaria de la Farmacia [...], Madrid, Tipografía del Hospicio, 1875, págs. 251-256; L. Hurtado de Toledo, “Memorial de algunas cosas notables que tiene la Imperial Ciudad de Toledo” [1576], en C. Viñas y R. Paz (eds.), Relaciones histórico-geográfico- estadísticas de los pueblos de España hechas por iniciativa de Felipe II. Reino de Toledo (tercera parte), Madrid, CSIC, 1963, págs. 481-576; L. Martz y J. Porres Martín-Cleto, Toledo y los toledanos en 1561, Toledo, Instituto de Investigaciones y Estudios Toledanos, 1974; V. Parello, Les judéoconvers: Tolède xve-xvie siècles. De l’eclusion à l’intégration, Paris, L’Harmattan, 1999.
Antonio González Bueno