Ordóñez de Montalvo, Juan. Tulancingo (México), p. t. s. XVIII – México, 1758. Metalurgia, director de las minas del marqués de Valle-Ameno en el Real del Monte en la Nueva España, presbítero y capellán de las minas del conde de Regla.
Lejanas las Cédulas Reales de Felipe II y Felipe IV que prohibían a frailes y clérigos que se ocuparan de beneficiar minas, y poco respetadas en ejemplos como el de Álvaro Alonso Barba, la honradez profesional de algunos clérigos en estas materias era una garantía, especialmente cuando se basaba en la experiencia. Como Alonso Barba, Juan Ordóñez de Montalvo compuso una erudita obra, repleta de conocimientos sobre la fundición de metales. Sin embargo, era un siglo después, hacia la mitad del XVIII, y las circunstancias en la minería y metalurgia novohispanas eran muy diferentes. Ordóñez conoció perfectamente la composición regional de la población y las particularidades estructurales de la minería en Nueva España. Su Arte o nuevo modo de beneficiar los metales de oro y plata, y de plata con ley de oro, por azogue (1758) ofrece información sobre la estructura tecnológica en las minas de Nueva España y su impacto en la producción de metales. La minería que se desarrolló en Nueva España y el Perú estuvo condicionada a partir del tipo de minerales que explotaba, la fuerza de trabajo que empleaba, las relaciones económicas, políticas y sociales que llevaban a cabo los mineros y la diversificación tecnológica y geográfica.
El texto de Ordóñez tiene la particularidad de idear una variante del beneficio de oro y plata por cazo y cocimiento. Cualquier método similar era bien recibido, como demuestra el hecho de que fuera más fácil su contabilidad, frente a los fraudes fiscales habituales en la minería de Pachuca del siglo XVIII. Además, en estas fechas no se había logrado salvar la crisis que supuso la baja producción, lo que originó un cúmulo de propuestas, la mayoría de sistemas de amalgamación, como ésta. Con todo, la existencia de un texto como el de Ordóñez, y en estas fechas, demuestra que existió una marcada convivencia tecnológica entre la fundición, el método de cazo y la amalgamación, sin que alguno haya podido sustituir a los otros. Ordóñez sigue recurriendo a la amalgamación de plata con azogue en las estufas, método usado desde el siglo XVI. Pero su variante y novedad se centra en el uso de la sal y de la cal. El objetivo, como tantos otros métodos de amalgamación, era lograr un menor tiempo en la obtención del metal y una menor pérdida de mercurio.
En 1743, el conde de Regla, Pedro Romero de Terreros, logró la explotación de las vetas de plata existentes en el Real del Monte (México), y gracias a esto alcanzó su mayor esplendor minero. Sus esfuerzos por relanzar la extracción minera y sus obras religiosas y benéficas le valieron que Carlos III, le otorgara el título de conde de Regla en diciembre de 1768. Antes de esta fecha, Ordóñez, su capellán, edificó en Pachuca el templo de San Cristóbal.
Obras de ~: Arte o nuevo modo de beneficiar los metales de oro y plata, y de plata con ley de oro, por azogue, México, 1758.
Bibl.: F. J. de Gamboa, Comentarios a las ordenanzas de Minas, Madrid, 1761; M. Bargalló, La minería y la metalurgia en la América española durante la época colonial, México, Fondo de Cultura Económica, 1955; B. Hausberger, La Nueva España y sus metales preciosos. La industria minera colonial a través de los libros de cargo y data de la real hacienda, 1761-1767, Frankfurt-Madrid, Vervuert Verlag-Iberoamericana, 1997.
Miguel López Pérez