Aldama y Pruaño, José Antonio de. Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), 9.VII.1903 – Granada, 23.III.1980. Religioso jesuita (SI), profesor y superior.
Hijo del matrimonio formado el 9 de junio de 1899 entre Dolores Pruaño Velarde y Antonio de Aldama y Mendívil (Amurrio (Álava), 10.V.1867 – Loyola (Guipúzcoa), 1.II.1930), que fue agraciado por el papa León XIII con los títulos pontificios de conde de Aldama y marqués de Ayala, recibiendo la Real Autorización para usarlos en España en 1901, mismo año en que salió elegido diputado por el distrito de Azpeitia, tras haber sido presentada su candidatura con el Partido Liberal.
Se trataba de una familia profundamente cristiana, pues los cinco hijos que sobrevivieron a los siete que nacieron en el matrimonio, se consagraron a Dios por los votos religiosos. Así, mientras los varones: José Antonio, Antonio María y Francisco de Borja (1915-1989) se hicieron jesuitas, sus dos hermanas, Concepción y Natividad, se convirtieron en esclavas del Sagrado Corazón. Entonces los progenitores decidieron seguir el mismo camino que los hijos. El conde de Aldama se ordenó de sacerdote el 24 de diciembre de 1929, y al día siguiente, día de la fiesta de la Natividad, impuso el hábito de salesa a su esposa en Sevilla, tras lo cual marchó a Loyola, entrando el 5 de enero de 1930 en la Compañía de Jesús, donde falleció antes de un mes, asistido espiritualmente por su hijo, el padre José Antonio Aldama, ante quien emitió los votos in articulo mortis. Éste, José Antonio Aldama y Pruaño, había cursado estudios humanísticos (1920-1923) en Granada, y obtuvo el doctorado; su principal maestro de Filosofía fue José Hellín, de quien aprendió el vigor especulativo. El curso 1925- 1926 enseñó en el juniorado de la nueva Provincia de Andalucía en El Puerto de Santa María (Cádiz).
Su formación teológica hasta obtener el grado de doctor se divide entre los teologados de Oña (1926- 1927); Burgos (1929-1930), donde fue discípulo de Blas Beraza y Marcos Martínez; y Balkuenbur (Holanda, 1927-1929), donde tiene como profesores a Hermann, Dieckmann, Hermann Lange y Johannes Rabeneck. De este último aprendió el gusto por una teología positiva, más patrística que bíblica. Por este doble influjo (de Rabeneck y Hellín), el ideal teológico de Aldama procuró unir lo positivo y lo especulativo, tomando como modelos a los grandes maestros de la escuela teológica clásica de la Compañía.
Completó sus estudios (1931-1933) en la Universidad Gregoriana de Roma y logró el grado de maestro agregado con su tesis El símbolo toledano I, bajo la guía de Joseph de Chellinck.
Su actividad principal consistió en ser profesor de Teología Dogmática en la Universidad Gregoriana (1934-1937), en la facultad de Granada (1939-1949, 1964-1979) y en la Universidad Pontificia de Salamanca (1950-1959). Rector de la Facultad de Teología de Granada (1940-1945), organizó la vida académica al concluir la Guerra Civil española (1939), así como de los seminarios de las diócesis de la provincia eclesiástica granadina, destruidos por la guerra.
Es uno de los teólogos jesuitas más notables en España en el siglo xx. Sus campos de trabajo fueron fundamentalmente la Patrología, la Historia de la Teología Postridentina (fundó el anuario Archivo Teológico Granadino, revista especializada del Centro de Estudios Postridentino de la Facultad de Teología de Granada) y la Mariología, para lo que él colaboró activamente con el franciscano C. Balic en el movimiento mariano que caracterizó, sobre todo, el pontificado de Pío XII. Se preocupó por un método teológico que subrayara fuertemente el magisterio de la Iglesia, en especial la tarea del teólogo; en ello hay seguramente un reflejo de su espiritualidad jesuítica y de la importancia que en ésta tiene un vínculo especial de amor y servicio al Romano Pontífice. Intervino muy decididamente en el proyecto y la elaboración de dos series de manuales de teología: uno en latín, anterior al Concilio Vaticano II (Sacrae Theologiae Summa, de gran difusión en España y fuera de ella, y en la que publicó varios tratados dogmáticos (mariología, virtudes infusas, sacramentos en general, eucaristía), y otro en castellano posterior al concilio (Historia salutis).
Obras de ~: El Símbolo toledano I: su texto, su origen, su posición en la historia de los símbolos, Romae, Apud Aedes Pontificiae Universitatis Gregorianae, 1934; Virgo Mater. Estudios de teología patrística, Granada, Facultad de Teología, 1963; De quaestione mariali in hodierna vita Ecclesiae, Romae, Academia Mariana Internationalis, 1964; Repertorium pseudochrysostomicum, Paris, Centre National de la Recherche Scientifique, 1965 (Documents, Études et Répertoires, X); María en la Patrística de los siglos i y ii, Madrid, La Editorial Católica, 1970.
Bibl.: C. Pozo, “Aldama y Pruaño, José Antonio”, en Ch. E. O’Neill y J. M.ª Domínguez (dirs.), Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús. Biográfico-Temático, vol. I, Roma- Madrid, Institutum Historicum, S.I., Universidad Pontificia Comillas, 2001, págs. 42, 43.
Damián Yáñez Neira, OCSO