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Manuel María José de Galdo López

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Biografía

Galdo López, Manuel María José de. Madrid, 16.I.1825 – 19.VII.1895. Profesor de Historia Natural, médico y político.

Cursó los estudios elementales y universitarios en Madrid, y obtuvo, muy joven, los títulos de doctor en Medicina y en Ciencias. Bastante más tarde, contando ya cuarenta y tres años, se licenció en la Facultad de Derecho en la sección de Derecho Civil y Canónico (recibió la investidura, en esta última, el 30 de junio de 1868).

Con fecha 25 de septiembre de 1845 fue nombrado catedrático de Nociones de Historia Natural con destino a los institutos superiores de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Madrid.

En 1847, concretamente el 15 de mayo, fue nombrado, por oposición, catedrático de Mineralogía y Zoología de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Barcelona, si bien sólo permaneció durante diez días en ese destino, pues el 25 de mayo fue nombrado, de nuevo, catedrático de Nociones de Historia Natural de la Universidad de Madrid, siendo destinado a las cátedras de Historia Natural en los institutos de San Isidro y de Noviciado. En el primero permanecería hasta el comienzo del curso 1853-1854, pero en el de Noviciado, con las únicas interrupciones que motivaron su actividad política, continuó hasta su fallecimiento, ocupando durante bastantes años (desde 1881) el cargo de director. Para seguir la asignatura, compuso un texto, que llevaba por título Manual de Historia Natural, que se publicó por vez primera en 1849. En el prólogo de aquella edición Galdo señalaba que “desde que en 1845 el Gobierno de S. M. tuvo á bien conferirme la Cátedra de Historia Natural, desde entonces, repito, pude convencerme de la urgente necesidad, que tenían los alumnos de una obra verdaderamente elemental y arreglada al estado actual de la ciencia. De pocas (quizá de ninguna) pude valerme en aquellos momentos, pues si bien en España varias obras elementales, ninguna a excepción de la publicada en Barcelona y en 1820 por el distinguido profesor D. Agustín Yánez podía llevar el título de tal, pues casi todas traducidas del francés y arregladas á otro plan de enseñanza, dejaban un gran vacío: en una palabra, no eran tan elementales, cual convenía”.

A esta primera edición siguieron otras nueve hasta completar diez ediciones entre 1849 y 1888. Las seis primeras sin ilustraciones, pero a partir de la séptima intercalan en el texto trescientos cuarenta y dos grabados.

Hay que advertir que la octava, publicada en Madrid en la imprenta de D. G. Hernando en el año 1878, erróneamente dice en la portada “Séptima edición”.

Incluso en los años 1894 y 1895, en dos volúmenes, aparecieron unos Elementos de Historia Natural.

Novísima edición con numerosos grabados en el texto y una lamina espectral en colores.

Desde la primera edición de su Manual de Historia Natural, Galdo distribuyó la estructura de la obra en cuatro partes: Mineralogía, Zoología, Botánica y Geología, en las que procuraba dar a conocer, con brevedad y claridad, las riquezas naturales de nuestro suelo. En Mineralogía adopta el sistema de Beudant; en Zoología sigue a Cuvier; mientras que en Botánica es De-Candolle el autor elegido. En Geología, dice demostrar, “aunque con brevedad, la concordancia de los Libros Sagrados con los descubrimientos de la ciencia”. A esta última aseveración dedica los últimos párrafos del texto, en donde sostiene que las palabras del Génesis han sido mal interpretadas, sobre todo en lo que hace referencia a la palabra “días”, sosteniendo que él es de los que hacen corresponder la palabra “día” con “época”.

Entre su producción escrita, debe destacarse también su amplia participación en el ambicioso proyecto editorial de Gaspar y Roig Los tres Reinos de la Naturaleza.

Museo pintoresco de Historia Natural. Descripción completa de los animales, vegetales y minerales útiles y agradables... (1852-1958) obra en nueve grandes tomos arreglada sobre los trabajos de los más eminentes naturalistas de todos los países. Galdo dirigió los tomos VI. Zoología. Animales articulados (1856); VII. Zoología. Miriápodos (1857); VIII. Botánica (1857), y IX. Mineralogía (1858).

No debió de cultivar la profesión de la Medicina, pero, a pesar de ello, vivió siempre muy próximo a la clase médica, perteneciendo a varias instituciones médicas.

En este sentido, su actuación más sobresaliente tuvo lugar en la Academia Médico-Quirúrgica Matritense que, precisamente, por iniciativa suya —en diciembre de 1872— se convirtió en Academia Médico- Quirúrgica Española. Galdo presidió la academia en dos períodos: el primero, desde 1873 a 1881, de presidencia efectiva, y un segundo, desde 1882 hasta su fallecimiento en 1895, como presidente de honor o protector, si bien durante este tiempo no se limitó a figurar con carácter simbólico, sino que su actuación siguió implicándose en la dirección de la Academia.

Además del cambio de denominación, Galdo promovió el traslado de la academia en 1873, desde la plaza del Cordón, al n.º 16 de la calle de la Montera, donde mandó construir una artística estantería e instalar elegante mobiliario. Entre los discursos que leyó, en la misma, cabe apuntar el del 10 de octubre de 1878 con el título de Breves reflexiones sobre algunos puntos de higiene pública en Madrid.

Militó en el partido progresista, siendo senador del reino en dos legislaturas y, tras la revolución de septiembre de 1868, fue elegido alcalde presidente del Ayuntamiento Constitucional de Madrid. Abogó por la libertad de enseñanza y promovió, desde la alcaldía, mejoras en educación, siendo firme impulsor de las Escuelas Aguirre. También puso especial atención a la salubridad y el ornato de la ciudad. En 1869 fue invitado por el virrey de Egipto a la inauguración del canal de Suez, evento al que asistió, tras obtener la oportuna licencia, como representante oficial.

Fue elegido académico de número de la Real Academia de Ciencias el 30 de diciembre de 1867, sin que al fallecer, casi veintiocho años después, hubiera tomado posesión. Santiago Ramón y Cajal, que le sustituyó, en el discurso de ingreso en la academia le retrató como “un hombre completo, en el cual, por rara ponderación y harmonía, se juntaban lo penetrante del entendimiento, lo firme de la voluntad, la grandeza del corazón, y la religión del trabajo. Manejó millones en sus épocas de actividad política, y murió pobre, porque jamás aspiró á gozar, ni atesorar, sino á vivir y ser útil a los demás”.

 

Obras de ~: Manual de Historia Natural, Madrid, González, 1849 (2.ª ed., Madrid, B. González, 1853; 3.ª ed., Madrid, José Rodríguez, 1855; 4.ª ed., Madrid, José Rodríguez, 1856; 5.ª ed., Madrid, Santiago Aguado, 1858; 6.ª ed., Madrid, Santiago Aguado, 1860; 7.ª ed., Madrid, Santiago Aguado, 1865; 8.ª ed., Madrid, G. Hernando, 1878; 9.ª ed., Madrid, Gregorio Hernando, 1883; 10.ª ed., Madrid, Vda. de Hernando y Cía., 1888); Los tres Reinos de la Naturaleza. Museo pintoresco de Historia Natural. Descripción completa de los animales, vegetales y minerales útiles y agradables [...], Madrid, Imprenta de Gaspar y Roig, editores, 1852-1858; Elementos de Historia Natural. Novísima edición con numerosos grabados en el texto y una lamina espectral en colores, Madrid, Vda. de Hernando y Cía., 1894-1895.

 

Bibl.: F. Mesoneros Romanos, “Manuel María José de Galdo”, en La Correspondencia de España, 20 de julio de 1895; S. Ramón y Cajal, Discursos leídos ante la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales en la recepción pública del Sr. D. Santiago Ramón y Cajal, Madrid, L. Aguado, 1897; J. Álvarez Sierra, Historia de la Academia Médico-Quirúrgica Española, Madrid, Imprenta Héroes, 1964; A. Gomis Blanco, “Los libros de texto de Ciencias Naturales desde el siglo XVIII al XX”, en Memorias de la Real Sociedad Española de Historia Natural, 2.ª época, III (2004), págs. 73-115.

 

Alberto Gomis Blanco