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Martín García Puyazuelo

Biografía

García Puyazuelo, Martín. Caspe (Zaragoza), c. 1441 – 7.III.1521. Obispo de Barcelona, arcediano de Daroca, prior de San Vicente de Roda, vicario general de la Inquisición de la diócesis de Zaragoza, embajador de Fernando el Católico en la Santa Sede, confesor de Isabel la Católica, administrador del hospital de Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza, teólogo, predicador y escritor.

Proveniente de una familia humilde, fue pastor en su infancia. Ya desde muy temprano entró a servir como infante en la seo de Zaragoza y posteriormente viajó a la Universidad de Bolonia, donde obtuvo la beca del colegio de San Clemente de los españoles (1466). En 1467 tradujo del latín al castellano los dichos y sentencias de Catón, si bien no fueron impresos hasta finales del siglo xv o comienzos del xvi.

Ya como doctor en Teología regresó a Zaragoza e ingresó como canónigo regular de la Orden de San Agustín (1480), profesando en 1481.

Su formación como orador y predicador, en la que destacó con la conversión de numerosos moros y judíos y con la redacción de una abundante colección de sermones —de los que han llegado hasta la actualidad un total de ciento cincuenta y cinco, de temática teológica y fundamentalmente de carácter mariano—, fue considerada por Torquemada como idónea para ingresar en la Inquisición. Algunos autores han creído que pudo ser el primer inquisidor de Barcelona, junto con fray Alonso de Espino (1487).

Sin embargo, documentos coetáneos, como el Libro Verde de Aragón, o diversas actas de autos de fe en los que participó durante esos años (1484-1486) muestran su labor como inquisidor en la ciudad y diócesis de Zaragoza. En 1486 ascendió al cargo de vicario general de este mismo organismo.

En 1489 los canónigos del monasterio de San Vicente de Roda lo eligieron prior del establecimiento, donde él también residía, con el apoyo de Fernando el Católico y en competencia con el cardenal Luis Juan del Milá, designado por la Santa Sede. A pesar de que Martín García tomó posesión del cargo por procurador, el cardenal Milá se negó a renunciar a sus derechos y a su pensión de 300 ducados. El Tribunal de la Rota resolvió el pleito a favor del cardenal, pero los religiosos de la comunidad prioral y el obispado de Vic hicieron caso omiso de dicha sentencia. Inocencio VIII negoció con los Reyes Católicos su intervención para lograr la resolución del conflicto y, a pesar de que se propusieron varias alternativas, finalmente no se consiguió una conciliación.

En 1493 fue nombrado arcediano de Daroca, dignidad de la catedral de Zaragoza.

Por mandato de los Reyes Católicos (1493), Martín García cesó sus labores como inquisidor en 1494 y se encargó de la reforma de los monasterios femeninos de las diócesis de Zaragoza, Huesca, Lérida y Tarazona. En 1496 recibió el nombramiento definitivo y oficial junto con el franciscano fray Alfonso de Guadalajara y Sancho de Acebes, aunque mantuvo su condición de vicario general de Zaragoza y arcediano de Daroca. Estas tareas de reforma —entre las cuales destaca la del monasterio de agustinas del Santo Sepulcro de Zaragoza, efectuada expresamente por Martín García— estuvieron sujetas a notables dificultades que limitaron y redujeron los objetivos iniciales previstos por los Monarcas. Finalmente, García abandonó estas ocupaciones en el año 1498. Fernando el Católico, con el afán de recompensarle por sus esfuerzos, obtuvo del Papa el arzobispado de Mesina (Sicilia) en 1500, al cual Martín García rehusó en favor de Pedro de Belorado, abad de San Pedro de Cardeña.

Posteriormente, desempeñó el cargo de confesor de la reina Isabel —que le encargó la instrucción de los moros de la recién conquistada Granada (1500)— y fue administrador del hospital de Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza. Además en 1498 y 1502 acudió a las Cortes como procurador del Cabildo de esta ciudad.

En 1511 fue nombrado obispo de Barcelona, si bien debió de insistir en rehusar tal cargo, ya que no tomó posesión de él hasta 1516 y evitó intervenir en la resolución de los problemas que sucedían, desde hacía años, en el monasterio de Santa Clara de Pedralbes, a pesar de que los consejeros del municipio se dirigieron a él por escrito exponiéndole la gravedad del asunto (1512). En este lapso de tiempo se dedicó a desempeñar la función de embajador de Fernando el Católico en la Santa Sede y pudo concurrir al V Concilio de Letrán, a pesar de que no existe constancia documental de su presencia en ninguna sesión. Tampoco asistió personalmente al Concilio de Tarragona en 1517, sino que envió a un procurador en su nombre.

En 1518 continuaba ausente, por lo que en 1519 el cardenal Guillén Ramón de Vich fue nombrado obispo coadjutor de Barcelona con pleno derecho a la sucesión de Martín García, ya muy anciano, que se había retirado a Caspe, donde falleció en 1521, a los ochenta años.

La inhumación provisional de su cuerpo tuvo lugar en el altar de Santa Ana y de la Virgen de la iglesia mayor de Caspe, si bien varias décadas después fue trasladado a un sepulcro ubicado en la capilla de Santa Mónica y San Martín, que él mismo había encargado edificar, en ese mismo templo.

 

Obras de ~: Notas y advertencias para la reforma del Misal Cesaraugustano, K. 1485; Sermones eminentissimi, totiusque Barchinonensis gregis tutatoris acerrimi, necnon immarcessibilis sacre theologie paludamento insigniti Martini Garsie (ed. del canónigo A. Oliván), Zaragoza, impresor J. Coci, 1520; Anales de los reyes de Aragón, s. f. (perdida); Refutación del Corán, s. f. (perdida); La traslation del muy excellente doctor Chaton llamado, por un egregio maestro Martín García nombrado, s. f. (reprod. facs. por A. Pérez Gómez, Valencia, 1954).

 

Bibl.: J. A. de Hebrera, Vida prodigiosa del Ilmo. y V. D. Martín García, Obispo de Barcelona, hijo de la Fidelísima y Antigua Villa de Caspe, Zaragoza, Diego Larumbe-Imprenta de Domingo Gascón, 1700; L. Sancho Bonal, Leyenda histórica sobre la vida del ilustre obispo de Barcelona don Martín García, Zaragoza, 1905; S. Cirac Estopañán, “Don Martín García, canónigo de Zaragoza y obispo de Barcelona (s. xv-xvi), predicador máximo de la Virgen María”, en Estudios Mariológicos. Memoria del Congreso Mariano Nacional de Zaragoza, pról. y presentación de C. Morcillo y González, Zaragoza, Artes Gráficas el Noticiero, 1956, págs. 663-712; T. de Azcona, Isabel la Católica. Estudio crítico de su vida y de su reinado, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1964, págs. 602-603; H. Ch. Lea, A History of the Inquisition of Spain, vol. I, New York, AMS Press, 1966, págs. 244 y 250, y apéndice documental, 12; L. Suárez Fernández, Política internacional de Isabel la Católica, vol. III, Valladolid, Instituto Isabel la Católica de Historia Eclesiástica, 1969, págs. 164-165; J. García Oro, Cisneros y la reforma del clero español en tiempo de los Reyes Católicos, Madrid, Instituto Jerónimo Zurita, 1971, págs. 110-114; A. Alcalá, Los orígenes de la Inquisición en Aragón. San Pedro Arbués, mártir de la autonomía aragonesa, Zaragoza, Diputación General de Aragón, 1984, pág. 72, nota 35; J. Goñi, “García, Martín”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España. Suplemento I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Instituto Enrique Flórez, 1987, págs. 357-360; J. A. Sesma Muñoz, El establecimiento de la Inquisición en Aragón (1484-1486). Documentos para su estudio, Zaragoza, CSIC, Institución Fernando el Católico, 1987 (Colección Fuentes Históricas Aragonesas, vol. XV), docs. 16, 139, 151, 171 y 180; El Libro Verde de Aragón, introd. y transcrip. de M. Combescure Thiry, presentación y est. prelim., M. A. Motis Dolader, Zaragoza, Libros Certeza, 2003, págs. 204, 206 y 209.

 

Julia Baldó Alcoz

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